Luego de que un grupo de manifestantes toma las calles en señal de protesta contra el uso de animales en los espectáculos de un circo local, los dueños del festival rodante no tienen más opción que acatar las órdenes de las autoridades y otorgar la libertad a los artistas principales de su show. Entre ellos se encuentra EO, un burro de color gris que ha crecido y vivido en cautiverio. Un cúmulo de emociones encontradas se apoderan del simpático animal. Por un lado, la felicidad y curiosidad por explorar las maravillas del enorme mundo que existe fuera de los confines de la carpa. Por el otro, la melancolía de tener que separarse de Kasandra (Sandra Drzymalska), su entrenadora, quien es lo más cercano que conoce a una familia. Después de una conmovedora despedida, el pequeño protagonista emprende un largo e inesperado viaje que lo llevará desde Polonia hasta Italia en busca de un lugar seguro que pueda volver a llamar hogar.
Durante su extraordinario recorrido, EO va encontrándose con una serie de obstáculos y de personajes que representan el bien y el mal que existe en el mundo. A través de su inocente mirada, el burrito observa no solo la salvaje naturaleza humana mientras un grupo de aficionados de futbol golpean brutalmente a sus contrincantes, sino también la bestialidad con la que estos destruyen el planeta. Flora y fauna en constante peligro ante la ambición del hombre y su complejo de superioridad. Devastadoras imágenes que muestran la incongruencia de quienes luchan por la libertad de los animales sin preocuparse también por la protección de su hábitat, dejando a indefensas criaturas en completo desamparo.
Sin necesidad de diálogos, el director polaco Jerzy Skolimowski utiliza el poder de las imágenes y de la música para crear una fábula moderna sobre la bondad y la maldad que encontramos a través de nuestra vida y de ese espíritu perenne por alcanzar la felicidad bajo el supuesto ideal de libertad que se nos ha prometido. Inspirado en la obra clásica Au Hasard Balthazar del francés Robert Bresson, EO es un viaje conmovedor que muestra esa dualidad del mundo por medio del contraste entre la belleza de las praderas que recorre nuestro tierno protagonista – interpretado por seis distintos burros – y las atrocidades que el ser humano es capaz de cometer sin titubeos ni remordimientos.
Partiendo de la evidencia científica, la cual confirma que los animales tienen sentimientos, Skolimowski decide colocar la cámara desde la perspectiva de EO no solo para permitirnos ver el mundo exterior a través de sus ojos, sino también para explorar sus emociones. Desde la tristeza al recordar aquellos momentos que compartió junto a su entrenadora en el circo, la soledad al sentirse como un extraño dentro de una nueva granja, y el enojo al ver cómo un grupo de traficantes aniquila a unos visones europeos. Hasta la envidia que le corroe al darse cuenta del trato preferencial que reciben los caballos a pesar de pertenecer a la familia de los équidos. Este último tema resulta fascinante, ya que podríamos observar el viaje del protagonista como una alegoría de los prejuicios, el privilegio y la desigualdad en el mundo de los humanos y como, en ocasiones, ciertos elementos limitan o condicionan nuestros caminos de forma injusta e irracional.
Apoyada por la magnífica fotografía de Michal Dymek y la hipnótica música de Pawel Mykietyn, EO es una emotiva aventura que cuestiona el valor y el significado de la felicidad, la libertad, y el sentimiento de pertenencia en un mundo hostil. Una pequeña joya que voltea la cámara al espectador para invitarnos a reflexionar quiénes son las verdaderas bestias que actúan por mero instinto y egoísmo, sin preocuparse por el bienestar de aquellos que habitan a su alrededor.
EO estrenó en el Festival de Cannes 2022, donde recibió el Premio del Jurado. La película está exhibiéndose en Estados Unidos en cines selectos y ha sido seleccionada por Polonia para representar al país en la edición 95 de los premios Oscar.

Título original: EO
Año: 2022
País: Polonia, Italia
Dirige: Jerzy Skolimowski
Con: Sandra Drzymalska, Lorenzo Zurzolo e Isabelle Huppert