Si hay algo que distingue a los hermanos Josh y Benny Safdie es su gran habilidad para llevarnos a través de sub-mundos de la ciudad de Nueva York que jamás habíamos visto retratados en la pantalla grande. Experiencias cinematográficas ultra-sensoriales que nos mantienen al filo de la butaca y con la frecuencia cardiaca a máxima potencia de principio a fin. Uncut Gems (Diamantes en Bruto), su cuarto largometraje, no es ninguna excepción. Con un ritmo frenético que no otorga un solo momento de calma, esta odisea bañada en color neón y acompañada por una pulsante música electrónica a cargo de Daniel Lopatin, nos avienta directo a las entrañas del llamado Diamond District (Distrito Diamante) de Manhattan. Un lugar caótico y sórdido que se ha convertido en el escenario ideal para la realización de transacciones ilícitas, apuestas millonarias, y estafas a plena luz del día.
Uncut Gems nos sumerge en el agobiante mundo de Howard Ratner (Adam Sandler), un joyero adicto a las apuestas que vive en su propia burbuja, y que gusta de empujar su vida desordenada al límite. Para el protagonista, todo es un peligroso juego de azar, un volado que constantemente pone en riesgo su vida y sus pertenencias. Mientras Howard atiende a los clientes que visitan su discreto showroom, éste debe lidiar también con un grupo de matones enviados para cobrar sus deudas pendientes. Fuera del trabajo, la situación no es nada distinta. En casa, los problemas con su esposa Dinah (Idina Menzel) son tales, que la única opción por considerar es la disolución de su matrimonio. Incluso su temperamento colérico le ha traído fuertes enfrentamientos con su amante Julia (Julia Fox), una de las trabajadoras de la joyería a quien mantiene económicamente.
Las cosas se complican aún más para el protagonista tras la llegada de un ópalo multicolor proveniente de Etiopía, el cual supuestamente tiene una cotización de más de un millón de dólares. El jugador de basquetbol Kevin Garnett, uno de sus clientes exclusivos, cae rendido ante el encanto de la piedra, la cual se convierte de inmediato en su amuleto de la buena suerte. Sin otra alternativa mas que complacer las demandas de su cliente, Howard presta a KG el diamante por una noche. Sin embargo, cuando el deportista incumple con su promesa de regresar la gema a tiempo, los planes del protagonista se caen a pedazos. Dispuesto a recuperar la piedra preciosa para registrarla en una subasta que le ayudará a salir de deudas, el joyero se verá envuelto en una intensa y frenética carrera contra el tiempo.
Uncut Gems es una experiencia cinematográfica tan visceral que incluso ésta da inicio con las imágenes de la colonoscopía a la cual se somete el protagonista. El ritmo jamás decae, y el nivel de tensión y suspenso van en aumento gracias al increíble trabajo de edición a cargo de Benny Safdie y Ronald Bronstein, quien también co-escribe el guion junto a los hermanos, y al punzante score que suena de forma continua a lo largo de la cinta. El estilo retro-neón con toques de videojuego de los años ochenta es propio de los Safdies, y lo hemos visto previamente en sus filmes Heaven Knows What y Good Time. No obstante, a diferencia de dichos trabajos, aquí observamos una maduración en su estilo que a la vez se complementa con una historia mucho más profunda e interesante.
«Así es como yo gano», exclama el personaje principal en una de las escenas más abrumadoras de la película. Las decisiones tan impulsivas de Howard nos tienen con el alma colgada de un hilo muy delgado, siempre a la espera del peor resultado. Uncut Gems es más que la historia de gente como Howard que vive su vida como si todo se tratara de una gran apuesta. Esta es un reflejo de un sistema capitalista que empuja a los individuos al éxito, a triunfar y convertirse en ganadores. Pero todo pareciera ser parte un embuste, de un ciclo vicioso de explotación en el que solamente existen perdedores: desde los trabajadores en la mina de Etiopía, hasta Howard, KG, y los recaudadores de deudas. Y todo por una piedra cuyo valor económico no es más que una simple ilusión.
Adam Sandler demuestra nuevamente que bajo la dirección correcta, éste es capaz de brindarnos una interpretación de lujo. Lo hemos visto ya con Paul Thomas Anderson en Punch Drunk Love y con Noah Baumbach en The Meyerowitz Stories (New and Selected). En esta ocasión, el comediante vuelve a sorprender con un giro muy distinto al que acostumbramos verlo. Lo que hace Sandler es espectacular, al construir un personaje detestable que no solamente se mete debajo de nuestra piel, sino que también inspira compasión ante sus pobres decisiones y su visión tan ingenua sobre la suerte y el destino. El gran descubrimiento actoral en Uncut Gems es Julia Fox, quien comanda el tercer acto de la cinta con gran fuerza y presencia.
Impredecible y cautivadora, Uncut Gems es el mejor trabajo de los hermanos Safdie, tanto en cuestión narrativa como visual, al mostrar su madurez como guionistas y directores. Una obra en la que consiguen encontrar el balance adecuado entre estilo y sustancia con el que habían estado experimentando en sus filmes anteriores, y lo logran sin renunciar al sello tan único que les caracteriza. Como toda piedra preciosa, Uncut Gems tiene sus asperezas e imperfecciones, pero su originalidad la convierte en uno de los diamantes más brillantes del año.
Calificación: *** 1/2
Título original: Uncut Gems (Diamantes en Bruto)
Año: 2019
País: Estados Unidos
Dirige: Benny Safdie y Josh Safdie
Con: Adam Sandler, Julia Fox, Idina Menzel, Kevin Garnett y LaKeith Stanfield