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Reseña – A Good Person

A veces creemos tener el control completo de nuestra vida, olvidando que el destino siempre nos prepara sorpresas en el trayecto. Tal es el caso de Allison (Florence Pugh), cuyo prometedor futuro se viene abajo en cuestión de segundos luego de protagonizar un catastrófico accidente automovilístico en el que fallecen dos personas cercanas a ella. Todos sus sueños, incluyendo el plan de contraer matrimonio con Nathan (Chinaza Uche), se derrumban en un abrir y cerrar de ojos. En busca de un nuevo comienzo, la joven regresa a casa de su madre en su natal Orange, Nueva Jersey, sin imaginar que el camino hacia la redención será más difícil de lo esperado. Y es que los medicamentos controlados, que en un principio le fueron prescritos para aminorar sus dolores físicos, se han convertido ahora en el antídoto ideal para tolerar la aflicción que carga en su interior. Una dependencia que ha llegado a los niveles más extremos.

Unidos por la tragedia, las vidas de Allison y Daniel (Morgan Freeman), el padre de su ex-prometido, convergen de forma inesperada en una reunión de individuos que luchan contra las adicciones al alcohol y a las drogas. El duelo ha empujado al hombre a romper su promesa de sobriedad, especialmente al no saber cómo apoyar emocionalmente a su nieta adolescente Ryan (Celeste O’Connor). Y aunque está casi convencido que su encuentro fortuito con la protagonista sea quizá una señal divina que ha recibido desde el más allá, éste es incapaz de perdonarla por el daño que sus irresponsables actos han provocado a su familia. Es así, entre culpas y penas, que surge un lazo entrañable que llevará a ambos a superar sus errores del pasado para poder convertirse en las buenas personas que estaban destinadas a ser.

La pandemia del COVID-19 fue un periodo muy difícil para todos. En el caso particular del escritor y director Zach Braff, la pérdida de un amigo cercano a causa de este novel virus fue un momento doloroso que le llevó a reflexionar sobre la fragilidad de la vida humana y las distintas maneras en que cada persona procesa el duelo. Dicha etapa de introspección fue una importante fuente de inspiración y el génesis de A Good Person, un filme que no solo marca su regreso a la pantalla grande, luego de dirigir la cinta Going in Style en el año 2017, sino también a las raíces del cine norteamericano independiente, el cual lo catapultó a la fama hace casi dos décadas gracias a la aclamada comedia dramática Garden State. De nueva cuenta, Braff retorna a su hogar – el estado de Nueva Jersey – para contarnos una historia íntima y agridulce que mezcla humor y tragedia al ritmo de un soundtrack de música alternativa.

Concebida desde el inicio para ser protagonizada por Florence Pugh, entonces pareja sentimental del realizador, el personaje de Allison permite a la actriz británica dar muestra de su enorme talento, incluyendo su habilidad para componer melodías e interpretarlas en piano. Un rol complejo y lleno de matices que pone a prueba nuevamente su versatilidad en distintos géneros cinematográficos. Su extraordinario trabajo es complementado a la perfección por el legendario Morgan Freeman quien, tras un breve receso, retorna a los reflectores y nos atrapa desde los primeros minutos gracias a su inigualable voz como narrador. La química entre Freeman y Pugh es prodigiosa, elevando el guion y logrando que instantes donde ambos comparten un abrazo a través de su mirada sean tremendamente efectivos y conmovedores.

A pesar de que A Good Person tiene el corazón en el lugar correcto, resulta inevitable comparar la película con el primer largometraje de Zach Braff como director y darse cuenta que, aunque su sello personal se mantiene intacto, la fórmula del filme indie que esconde sus emociones detrás de las tiernas melodías de Cary Brothers (Stardust es excepcional) y del humor de sus simpáticos diálogos se sienta un tanto anticuada. Tampoco ayuda que algunas de sus situaciones se alarguen de forma innecesaria, o bien, que éstas rayen en lo artificial, al grado que ni siquiera la naturalidad de sus protagonistas consiga agilizar su ritmo tan letárgico.

Si bien decíamos que la vida suele sorprendernos con sus giros tan inesperados, desafortunadamente no podemos afirmar lo mismo de A Good Person. Una predecible comedia dramática sobre las adicciones, el duelo y las segundas oportunidades que además de tardar demasiado en llegar a una resolución, tampoco ofrece algo distinto en cuestión temática. No obstante, una vez que ésta arriba a su destino final, es imposible no conmoverse hasta el llanto con el singular toque melodramático que Braff inyecta a la historia, aunado al trabajo estelar de Florence y Morgan que vale por sí solo el precio de admisión. Una cinta que nos invita a dejar el mando del ferrocarril para disfrutar del viaje desde alguno de sus vagones, asomándonos por la ventanilla para admirar los bellos paisajes mientras éste continua su veloz y efímero recorrido por las vías del camino que llamamos vida.

A Good Person se estrena en cines de Estados Unidos a partir del 24 de marzo del 2023.

(2.5 estrellas de 4)

Título original: A Good Person

Año: 2023

País: Estados Unidos, Canadá

Dirige: Zach Braff

Con: Florence Pugh, Morgan Freeman, Chinaza Uche, Celeste O’Connor, Molly Shannon y Zoe Lister-Jones

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