Han pasado tres semanas desde que Netflix estrenó mundialmente la cinta española El Hoyo (The Platform), la cual se convirtió de inmediato en uno de los grandes éxitos del servicio de streaming. En gran parte, su popularidad se debe a un atinado y oportuno lanzamiento, el cual coincidió con el inicio de la cuarentena en varios países a causa del coronavirus. La llegada de la pandemia trajo consigo pánico alrededor del mundo, provocando que miles de personas corrieran desesperadamente a los supermercados en busca de artículos de limpieza, alimentos y papel higiénico, los cuales desaparecieron de los anaqueles en cuestión de segundos. Lo mismo ha sucedido con las máscaras y demás equipo de protección necesario tanto en hospitales como en centros de salud. La avaricia de unos cuantos ha provocado la escasez y el desabasto de productos esenciales que pudieron haber sido distribuidos de forma equitativa. Es entonces cuando la historia de El Hoyo se vuelve extrañamente familiar y relevante.
Este artículo contiene muchos spoilers. Obvio. Así que, si no quieren arruinarse la película antes de verla, les recomendamos dejar de leer los siguientes párrafos, y dirigirse a nuestra reseña sin spoilers.
Como siempre, los invitamos a unirse a la conversación en la sección de comentarios al final del artículo para compartir sus interpretaciones, teorías y explicaciones.
¿Qué es El Hoyo?
El Hoyo es el nombre informal con el que se le conoce al Centro Vertical de Autogestión, una edificación que cuenta con 333 niveles subterráneos. En lo alto se encuentra un restaurante de alta cocina que diariamente prepara un decadente banquete, diseñado para alimentar a todos los individuos que habitan dentro del inmueble. Al mando de este proyecto se encuentra «la administración», aunque su verdadera identidad jamás es revelada. Habrá quienes asuman que se trate del gobierno, o bien, del mismísimo Dios.
Tenemos cuatro teorías sobre lo que realmente es El Hoyo: una cárcel, un purgatorio, un experimento social, o una alegoría religiosa. Exploraremos cada una de ellas a más detalle a continuación, pero primero, hablemos sobre las reglas del juego.
Las reglas del juego
Estas son algunas de las normas que observamos en El Hoyo:
- Dos individuos en cada nivel
- La asignación de niveles ocurre cada mes y es completamente arbitraria
- No es posible elegir al compañero o compañera de nivel
- Cada individuo que ingresa al edificio tiene la oportunidad de traer consigo un objeto personal
- La única manera de cambiar de compañero de nivel es si éste o ésta mueren, o si terminan su estancia en el recinto. La asignación de un nuevo compañero es aleatoria
- Los individuos son alimentados una vez al día a través de una plataforma descendiente, la cual se detiene en cada nivel por solo un par de minutos
- Nadie puede guardar o reservar comida una vez que la plataforma abandona el nivel. De lo contrario, sus habitantes son expuestos a temperaturas extremas de frío o calor
- Una vez que la plataforma descendió por todos los niveles, ésta sube rápidamente hasta el nivel 0 cada noche
«El Hoyo es una puta cárcel»
La explicación más obvia es que el edificio es una prisión, y todos sus habitantes están pagando una condena por los crímenes que cometieron. Aunque Goreng e Imoguiri aseguran que ingresaron al recinto de forma voluntaria, ninguno de los dos personajes son muy confiables que digamos. Por ejemplo, es imposible que después de trabajar más de 25 años para la administración, Imoguiri desconociera que existiesen más de 200 niveles, o que no supiera de la presencia de un menor de 16 años en las instalaciones.
Sabemos que Trimagasi mató accidentalmente a una persona luego de arrojar su televisor por su ventana. Sin embargo, desconocemos los crímenes del resto de los personajes. Es posible que Imoguiri fuera sorprendida por la administración al permitir el ingreso de personas inocentes a la institución a base de engaños. En el caso del protagonista, bajo la excusa de otorgarle un título homologado al término de su estancia de seis meses. De ser así, es probable que Goreng sea el único inocente entre los convictos.
El purgatorio
Nuestra segunda teoría es que El Hoyo es una especie de purgatorio – un lugar entre el cielo y el infierno. De ahí que éste tenga 333 niveles, justamente la mitad de 666, un número comúnmente asociado con el demonio y el inframundo.
Los argumentos que respaldan esta teoría son los siguientes: Imoguiri confiesa al protagonista que ésta padece de cáncer. Sabemos que Goreng fumaba demasiado, y que su ingreso al recinto fue para dejar el vicio. No suena tan descabellado que ambos hayan fallecido, y que se encuentren en el limbo purgando sus pecados.
La otra idea proviene de la constante referencia hacia los caracoles o escargot, el platillo preferido de Goreng. Para la realización de este manjar francés, los moluscos deben pasar por un riguroso proceso de purificación previo a su degustación. De igual forma, la experiencia en El Hoyo podría ser una forma de purgar el alma antes de pasar al inframundo, como pareciera ser el caso de todos los personajes que acompañan al protagonista.
Un experimento social
Puede que El Hoyo no sea una cárcel, sino un experimento social en el que la administración, quien quiera que ésta sea, busca observar y evaluar el comportamiento y la naturaleza humana a través de un peligroso juego que saca a relucir lo peor de cada individuo.
Uno de los objetivos de dicho juego pareciera enfocarse en tratar de comprobar que la «solidaridad espontánea» es posible de alcanzar aún en condiciones extremas.
El segundo, y quizá el más importante, es el de encontrar al supuesto niño que habita en El Hoyo. Sabemos de la existencia del menor de edad por medio de Miharu, la mujer que baja por la plataforma cada mes para alimentar y cuidar de su supuesto hijo. Imoguiri confirma posteriormente que Miharu es una actriz, lo que nos hace pensar que ella es un personaje dentro de este juego. Asimismo, siempre vemos a la mujer descender desde lo alto, al menos en tres ocasiones.
La historia de un niño dentro del edificio debería causar revuelo y conmoción entre los participantes, pero Goreng es el único que se preocupa al respecto. Otro detalle interesante es que las reglas del nivel 333 son distintas al resto. Para empezar, solamente hay una persona en dicho nivel, y la temperatura del lugar no aumenta o disminuye si ésta se queda con alimento una vez que la plataforma ha continuado su descenso.
Una alegoría religiosa
Escuchamos en repetidas ocasiones que Goreng es el Mesías. ¿Podría ser acaso que el protagonista represente a Jesús, y El Hoyo sea un reflejo del mundo al que llegó a salvarnos?
Al observar la muerte, la violencia y la desigualdad que existe en el mundo, éste decide sacrificar su propia vida con tal de enviar un poderoso mensaje (la niña) que sea capaz de tocar y transformar los corazones de los individuos.
Hay ciertos detalles que respaldan esta teoría. «La panna cotta es el mensaje» proviene de un profeta, el hombre en silla de ruedas. Hay una escena crucial en la película cuando vemos que el chef reclama a sus trabajadores mientras sostiene en su mano una panna cotta. Esto quiere decir que alguien ya siguió la enseñanza del profeta y logró enviar el postre intacto hasta el nivel 0 como señal divina. No obstante, es claro que el chef no captó el mensaje, y prefirió desquitarse con los otros miembros de la cocina.
El número 333 también tiene connotaciones celestiales, y la niñez comúnmente simboliza la esperanza.
La conexión con Don Quijote de la Mancha
El objeto personal que Goreng elige para llevar a El Hoyo es una copia física de la novela clásica de Miguel de Cervantes. No sólo se trata de uno de los personajes más emblemáticos de la literatura española, sino que también simboliza esa lucha por la justicia. Al igual que el protagonista de la cinta, Don Quijote es un caballero idealista y bondadoso que busca construir un mundo mejor a través de sus valores.
Un reflejo de la sociedad y la condición humana
Independientemente de la teoría que prefieran, lo cierto es que El Hoyo ofrece una incisiva crítica sobre la sociedad y sobre los individuos que habitan en ella. Una escala social que promueve la desigualdad, donde el de arriba se siente con el privilegio de acaparar los recursos, aún cuando no los necesite, dejando al de abajo sin nada. Esta precaria situación ocasiona que los de abajo se coman mutuamente con tal de sobrevivir.
El constante movimiento entre niveles representa la fluctuación que existe dentro de la sociedad. Uno creyera que cuando el de abajo va ascendiendo por los peldaños de la escalera social, éste recordará su situación previa y hará lo posible para ayudar a quienes se encuentran en necesidad. Desafortunadamente, ese no es el caso, y la película nos muestra la indiferencia de aquellos que tras haber sobrevivido varios meses sin alimento, no velan por los intereses de los demás.
El Hoyo es también un reflejo de un sistema individualista que conlleva al egoísmo, y de un gobierno que se dedica a poner los recursos disponibles en una charola de plata, pero que evita preocuparse por que todos ellos sean distribuidos de forma equitativa entre cada uno de los habitantes.
El significado del final
Ya sea que Goreng haya estado dentro de una prisión, haya sido partícipe de un experimento social, o simplemente se encontrase pagando su condena en el purgatorio, al final el protagonista muere. Es por ello que lo vemos re-encontrarse con Trimagasi, el compañero que conoció en el nivel 48 durante su primer mes en El Hoyo.
El hombre sacrificó su vida para enviar a la niña por la plataforma hasta el nivel 0, el supuesto «mensaje» que cambiará todo. Sin embargo, la película opta por un final abierto en el que cada uno de nosotros elige el desenlace que más le plazca. Habrá algunos idealistas que crean firmemente que, tras la llegada de la niña al nivel 0, la administración cancelará El Hoyo, o bien, pondrá en efecto órdenes que se encarguen de monitorear la presencia de menores de edad, y que permitan que cada uno de los habitantes reciba su ración diaria de comida. Otros verán el final desde una perspectiva más cínica. Así como la panna cotta fue ignorada, es probable que el mensaje termine mal interpretándose, y que no se llegue a ningún cambio.