La gentrificación se ha convertido en una problemática latente en las principales ciudades de la Unión Americana. En Nueva York, San Francisco, e incluso – en menor medida – en el área metropolitana de Seattle, barrios que históricamente han pertenecido a minorías étnicas han sido invadidos por grandes corporaciones e individuos acaudalados. Como resultado, estos grupos han sido desplazados ante el aumento del costo de vida. Muchos de ellos no solamente han quedado sin hogar, sino que también han perdido ese sentimiento de pertenencia, de esa comunidad que habían construido durante años.
Esta es la principal temática de The Last Black Man in San Francisco, ópera prima del director Joe Talbot, la cual se basa en las anécdotas del protagonista de la cinta, Jimmie Fails. Talbot, al igual que Fails, también es oriundo de la Bahía y ha presenciado la rápida transformación de la ciudad tras el asentamiento de importantes compañías de tecnología. Sin embargo, como el título de la película lo indica, la historia es presentada desde la perspectiva de la comunidad afroamericana y la manera en como ésta intenta rescatar las memorias del olvido colectivo.
Desde el inicio del filme, vemos a Jimmie obsesionado con una vieja casona de estilo victoriano que pareciera estar cayéndose a pedazos. El joven, en compañía de su mejor amigo Montgomery (Jonathan Majors, toda una revelación), acuden a dicho domicilio casi a diario. En ocasiones, el protagonista llega acompañado de brocha y pintura para retocar los ornamentos de los decrépitos ventanales. Pronto nos damos cuenta que esta casa es el último remanente de la familia del chico, la casa que su abuelo – supuestamente el primer hombre afroamericano en llegar a la ciudad de San Francisco – construyó con sus propias manos a mediados del siglo pasado. Aunque el inmueble se ubica hoy en día en una de las zonas residenciales más exclusivas de la Bahía, Jimmie hará todo lo posible por recuperar el único patrimonio que lo mantiene fuertemente atado a la ciudad, y que metafóricamente representa al resto de su comunidad.
Irónicamente, Jimmie termina convirtiéndose en el último hombre afroamericano en San Francisco – al menos de su familia, lo cual sirve para reflejar ese constante ciclo de desplazamiento urbano que aqueja a las principales metrópolis de los Estados Unidos. Talbot y Fails plasman sus propias vivencias y experiencias de manera casi lírica en pantalla. Desde los primeros instantes de la película, ésta nos cautiva con su estilo tan único y fresco. Las hipnóticas imágenes, acompañadas por la impresionante música compuesta por Emile Mosseri, evocan en ocasiones la esencia de realizadores como Barry Jenkins y, en cierta medida, Terrence Malick. Secuencias que van armando una triste poesía sobre una comunidad que se ha resignado a perder la batalla, y de un individuo quien, pese a tener todo en su contra, se aferra a luchar por su lugar en la sociedad.
En cuestión temática, The Last Black Man in San Francisco se asemeja a la cinta Blindspotting, estrenada en cines el año pasado, la cuál también exploraba de cierta forma la gentrificación desde los ojos de un joven afroamericano. Sin embargo, a diferencia de dicho filme, The Last Black Man in San Francisco no tiene ese espíritu activista y hasta furioso que caracterizó a la historia escrita por Rafael Casal y Daveed Diggs. Tanto Talbot como Fails consiguen transmitir su mensaje de una forma más sutil, valiéndose más de sus imágenes, sin jamás llegar a perder ese sentido de urgencia y relevancia.
Estrenada en el Festival de Sundance 2019 ante gran aclamo, la cinta es un impresionante trabajo debut por parte de su realizador, y un semillero de talento histriónico: Jimmie Fails y Jonathan Majors. Este último interpreta a Montgomery, un tipo tímido y lleno de empatía que no solamente se convierte en cómplice de las aventuras de Jimmie, sino que también, al ser testigo silente de lo que ocurre en la ciudad, logra plasmar toda esa rabia e impotencia en un monólogo que si bien se extiende un poco más de lo necesario, provee ese punch para que la película funcione. Majors es una de las grandes revelaciones del 2019, y no podemos esperar a ver lo que este trío de artistas nos ofrecerán en años próximos. Danny Glover y Mike Epps complementan el reparto de este extraordinario largometraje.
The Last Black Man in San Francisco ofrece una crónica casi poética de los efectos de la gentrificación de una de las comunidades más marginadas en una de las principales ciudades de la Unión Americana. Una fábula que pese a sus idílicos instantes esconde una triste realidad que aqueja a millones de personas en la actualidad. Gente sin hogar y sin oportunidades que no tienen otra alternativa más que huir del lugar en el que nacieron, en el que crecieron, y en el que sus antepasados construyeron arduamente las bases de un futuro que hoy se tambalea por una cuerda floja. Memorias que lentamente son borradas por edificios y restaurantes de lujo, y junto con ellas, desaparece también la identidad y el pasado de muchos. Huellas de un olvido que lucha por sobrevivir entre el caos y el bullicio de la ciudad.
Calificación: *** 1/2
Título original: The Last Black Man in San Francisco
Año: 2019
País: Estados Unidos
Dirige: Joe Talbot
Con: Jimmie Fails, Jonathan Majors, Danny Glover y Mike Epps