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Reseña – Frozen 2

Crecer suele ser un proceso difícil. Es una etapa complicada, llena de tropiezos y de aprendizajes, en la que luchamos por encontrar nuestra propia voz e identidad. A veces, dicha búsqueda termina llevándonos por caminos inesperados, separándonos de aquellas personas que más queremos en el mundo. En otras ocasiones, este proceso de maduración nos permite observar el mundo a través de un lente completamente distinto, llevándonos a cuestionar la fragilidad y la veracidad de algunas historias que, en nuestra inocencia, quizá habíamos aceptado sin titubear.

Esta temática se convierte en el eje principal de la nueva cinta animada de los estudios Disney Frozen 2, la cual vuelve a reunir a los entrañables personajes que conquistaron nuestro corazón hace seis años en otra mágica y divertida aventura musical llena de color. Seis años suenan breves, sobretodo cuando Disney ha sabido capitalizar hasta el último centavo de Elsa, Anna y Olaf, y la melodía ganadora del premio Oscar Let It Go continúa sonando por todos lados. Sin embargo, hay que recordar que en este periodo de tiempo, aquellos pequeños que disfrutaron de la primera película en el cine durante su estreno en el 2013, hoy están a punto de iniciar su adolescencia. Es por ello que tiene sentido que los personajes de esta saga enfrenten situaciones y problemáticas que resulten cercanas para quienes hayan crecido junto a éstos.

La vida en el reino de Arendelle es agradable y tranquila. Elsa (Idina Menzel) se ha acostumbrado a cumplir con los deberes de la corona, mientras que Anna (Kristen Bell) y Kristoff (Jonathan Groff) han continuado fortaleciendo su noviazgo con el paso de los años. Justo cuando creíamos que las hermanas vivirían felices para siempre, una extraña voz comienza a llamar a Elsa hacia el bosque encantado, un tenebroso lugar que ha permanecido cubierto bajo una espesa capa de neblina durante un largo tiempo. Elsa decide responder al enigmático llamado, lanzándose hacia lo desconocido con la esperanza de descubrir el origen de sus poderes mágicos. Anna insiste en acompañar a su hermana en esta peligrosa travesía, y junto a Kristoff, el reno Sven, y el simpático hombre de nieve Olaf, los personajes se embarcan en una épica aventura que pondrá a prueba su amor y su lealtad.

Los directores Chris Buck y Jennifer Lee regresan al mando de esta secuela y hacen realidad una hazaña que parecía casi imposible. Ambos consiguen que Frozen 2 capture de nueva cuenta esa magia que caracterizó al filme anterior, valiéndose no sólo del cariño del público hacia sus entrañables personajes, sino también de una historia más madura pero igualmente divertida. En cuestión musical, Frozen 2 también muestra un lado más sazonado y menos infantil. Aunque ciertamente ninguna de las nuevas melodías posee la misma fuerza instantánea de Let It Go, eso no desestima la fantástica labor realizada por el dúo conformado por Robert Lopez y Kristen Anderson-Lopez. A pesar de que cada una de las canciones tiene su propia identidad y estilo, el resultado final continúa siendo sumamente cohesivo.

Idina Menzel vuelve a conquistarnos con su maravillosa voz, añadiéndole un toque de Broadway a los dos números musicales más poderosos de la cinta: Into the Unknown, digno sucesor de Let It Go, y Show Yourself, un enorme himno de empoderamiento y aceptación al mero estilo Disney. El momento emotivo de la película se lo lleva Kristen Bell con la melodía The Next Right Thing la cual, en mi opinión, es una de las mejores de toda la franquicia en cuestión lírica. Un tema que resultará oscuro para los espectadores más pequeños, pero que consigue complacer y conmover al público adulto.

Jonathan Groff finalmente tiene la oportunidad de mostrar su gran talento musical en la saga animada, y su rendición de Lost in the Woods es uno de los momentos más hilarantes de la secuela. Una balada al estilo del rock pop de los años ochenta, cuyo montaje rinde tributo a los videos musicales de la época, con todo y su buena dosis de cursilería. Mientras tanto, Josh Gad nuevamente consigue que Olaf se robe la película con sus simpáticas ocurrencias. When I Am Older es un divertido throwback a los musicales clásicos de Disney, pero son sus chistes («¿Samantha?») y su breve descripción de lo ocurrido en la primera película de Frozen lo que nos dejó botados de la risa.

Para los estándares de Disney, la técnica de animación de Frozen 2 está en otro nivel. En lo que corresponde a este aspecto, nos atrevemos a decir que la secuela logra superar a su antecesora. Desde las secuencias musicales llenas de magia y color, hasta las escenas acuáticas cuando Elsa monta un caballo a toda velocidad, cada detalle visual está perfectamente calculado.

Frozen 2 brinda un gran rato de entretenimiento para pequeños y grandes. Una historia mágica que nos enseña a siempre seguir nuestra voz interior y a luchar por alcanzar nuestros sueños, aunque en ocasiones eso signifique tener que desafiar los obstáculos que se nos presenten de frente. Asimismo, es un relato sobre la búsqueda de la verdad y la importancia de remendar los errores de nuestros antepasados. Tener la capacidad de aceptar estos errores y esforzarnos por corregirlos nos ayudan a crecer no sólo como individuos, sino también como sociedad. Alcanzar la madurez no es tarea fácil y cuesta trabajo. Sin embargo, el cariño y el apoyo de los demás son indispensables para enfrentar las adversidades y continuar caminando juntos a través de este interminable proceso de aprendizaje.

Calificación: *** 1/2

Título original: Frozen 2

Año: 2019

País: Estados Unidos

Dirige: Chris Buck y Jennifer Lee

Con: Idina Menzel, Kristen Bell, Josh Gad, Jonathan Groff, Sterling K. Brown y Evan Rachel Wood

 

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