El agente secreto Ethan Hunt regresa por sexta ocasión a la pantalla grande para enfrentarse a la misión más peligrosa de su carrera. Mission: Impossible – Fallout (Misión: Imposible – Repercusión) es la entrega más ambiciosa de la franquicia de acción, y su protagonista Tom Cruise nos demuestra el porqué, a sus 56 años de edad, continúa siendo una de las estrellas más importantes y rentables de la industria cinematográfica. Christopher McQuarrie, quien estuvo a cargo de la última cinta titulada Rogue Nation, es el primer director en ocupar la silla principal en más de una ocasión. Brian De Palma, John Woo, J.J. Abrams y Brad Bird han sido responsables de forjar la estructura de esta saga, la cual acaba de cumplir sus veintidós primaveras desde su adaptación al cine. McQuarrie, quien vuelve a hacer mancuerna por tercera ocasión junto a Cruise, también escribe este intrincado relato lleno de secretos y acertijos por resolver.
Luego de recibir instrucciones de una nueva operación secreta, Hunt y sus dos fieles acompañantes Luther (Ving Rhames) y Benji (Simon Pegg) se embarcan en una peligrosa misión para recuperar una carga de plutonio que será utilizada para fines terroristas. Sin embargo, el plan fracasa rotundamente luego de que Ethan se ve obligado a elegir entre salvar la vida de Luther, o la de miles de personas en el mundo. Es entonces cuando la CIA, comandada por Erica Sloan (Angela Bassett), asigna a August Walker (Henry Cavill) para ayudar al protagonista a recuperar el material perdido. La frenética búsqueda los llevará hasta la ciudad de Paris, lugar donde se desatará una persecución llena de adrenalina, y en la cual dos personajes de la entrega anterior hacen su aparición en pantalla: Ilsa (Rebecca Ferguson), quien mantiene una postura ambigua en el asunto, y Solomon Lane (Sean Harris), el archi-enemigo de Hunt, quien se convierte en una pieza clave dentro de esta encrucijada.
Cada una de las secuencias de acción de Mission: Impossible – Fallout está orquestada con tal precisión y perfección que el resultado final es un absoluto deleite. Desde la inquietante caída en paracaídas hasta la persecución en motocicleta por las calles de la capital francesa, cada movimiento de cámara va elevando la tensión y el ritmo cardiaco en el espectador. La coreografía que observamos en la pelea dentro de un baño público está perfectamente ejecutada, y el clímax de la cinta (aunque un tanto ridículo) es una interminable secuencia de proporciones épicas que consigue un espectacular cierre con broche de oro. La fotografía y el diseño sonoro son otras de sus grandes cualidades que vale la pena resaltar.
A ello hay que sumarle la entrega y dedicación de Tom Cruise a este personaje. Mientras la mayoría de las cintas de acción recurren al uso de efectos especiales o CGI, Cruise y el equipo detrás de Mission: Impossible – Fallout deciden hacerlo a la antigua, valiéndose de peligrosos stunts que aportan un toque de realismo a la -en ocasiones- absurda premisa. En lugar de utilizar un doble para las escenas de alto riesgo, Tom Cruise opta por realizar los stunts él mismo, desde colgarse de un helicóptero en movimiento, hasta saltar por las azoteas de varios edificios. Pese a que esta última escena le ocasionó una fractura en el tobillo durante el rodaje, la determinación del protagonista fue tal que éste terminó por aprender como volar un helicóptero. Quizá la interpretación de Ethan Hunt no sea un reto actoral para Tom Cruise, pero el trabajo y esfuerzo físico necesario para personificarlo es digno de respeto y reconocimiento.
El resto del elenco hace un buen trabajo de soporte. Ving Rhames y Simon Pegg agregan un toque de humor al filme. Rebecca Ferguson tiene una presencia cautivadora en la historia, y la británica Vanessa Kirby, a quien hemos visto en la serie de Netflix The Crown, sorprende como White Widow, una femme fatale que esperamos regrese en la siguiente aventura de Ethan Hunt. El que nos decepcionó un poco fue Henry Cavill. A veces lo sentíamos un tanto acartonado, y constantemente opacado ante la presencia protagónica de Tom Cruise.
Obviamente, como en cualquier otra cinta de Misión Imposible, la historia está plagada de situaciones absurdas que incluso llegan a provocar risa involuntaria. Especialmente la secuencia donde los personajes deben desactivar una bomba en tan sólo 15 minutos. La cinta comienza a jugar con la noción del tiempo, estirando cada minuto y segundo del conteo de una manera ridícula pero entretenida. Con sus casi dos horas y media de duración, la película comienza a sentirse un poco pesada y tediosa durante su último acto. Asimismo, los múltiples giros en la historia terminan por sobre-complicar una trama que bien pudo haber sido contada con el mismo nivel de efectividad de una forma más simple.
Definitivamente Mission: Impossible – Fallout es un espectáculo visual que vale la pena disfrutar en la pantalla grande. Es una película de acción ejecutada con tremenda precisión y con un ritmo vertiginoso. Prepárense para quedar boquiabiertos con las hazañas de Tom Cruise, quien literalmente pone su vida en riesgo para conseguir momentos de alta tensión. Una entrega que pone la barra muy alta para futuras iteraciones, así como para otras películas del mismo género cinematográfico.
Calificación: ***
Recomendada si te gustaron: las películas previas de Mission: Impossible, o si eres fanático de las cintas de James Bond y/o Jason Bourne
Ficha técnica:
Mission: Impossible – Fallout
Misión: Imposible – Repercusión
Año: 2018
País: Estados Unidos
Dirige: Christopher McQuarrie
Con: Tom Cruise, Henry Cavill, Rebecca Ferguson, Ving Rhames, Simon Pegg, Angela Bassett, Vanessa Kirby, Michelle Monaghan y Alec Baldwin