Quienes estén familiarizados con el tipo de cine de François Ozon sabrán de la obsesión del director francés por retratar y explorar la sexualidad humana en la mayoría de sus filmes. Desde Criminal Lovers (Les Amants Criminels), una pervertida adaptación de Hansel y Gretel, hasta más recientemente The New Girlfriend (Une Nouvelle Amie) sobre un hombre viudo que ha encontrado su libertad al vestirse de mujer. Double Lover (Doble Amante, Amante Doble) no es la excepción. En este filme, Ozon nuevamente vuelve a recetarnos una historia truculenta y sexualmente explícita, capaz de mantener al espectador en total incógnita durante sus casi dos horas de duración.
Desde la primera secuencia, en la cuál el director marca una conexión entre los genitales y el ojo de la protagonista, está más que claro que Double Lover nos llevará por un laberinto donde la psicología y la sexualidad de sus personajes serán parte importante en el desarrollo de la historia. Chloé (Marine Vacht) es una enigmática ex-modelo que padece de dolores abdominales. Al parecer, éstos son producto de su mente, y no tanto de una condición física. Es así como la protagonista termina buscando ayuda en el consultorio del doctor Paul Meyer (Jérémie Renier), un psicoanalista que cae rendido ante la belleza de su paciente.
Con el transcurso del tiempo, la relación profesional entre Chloé y Paul pasa a términos más íntimos. Los padecimientos de la protagonista desaparecen, y ésta decide mudarse al apartamento de su ex-doctor. Entre las pertenencias de Paul, Chloé descubre un pasaporte con su fotografía, pero con un apellido distinto: Delord. La explicación de éste no basta, por lo que la mujer se involucra en una frenética búsqueda que la lleva a descubrir que su pareja tiene un hermano gemelo: Louis, también psicoanalista, del cuál jamás hace referencia alguna. Mientras la relación sentimental entre Chloé y Paul va madurando, la protagonista encuentra en Louis un complemento y escaparate sexual a su rutina diaria.
Desde el título de la película, Ozon hace referencia a una dualidad, la cuál obviamente está representada de forma literal por la existencia de los gemelos idénticos. Sin embargo, la cinta también explora este tema desde un punto de vista más abstracto a través de la psicología del personaje principal. La historia va jugando con el espectador, de manera que uno no sabe si los dos hermanos existen, o si solamente forman parte de la mente de Chloé, quien representa en ambos personajes esa dualidad dentro de ella. Double Lover también se ayuda en sus imágenes para ir entretejiendo un thriller erótico que incluso combina elementos de horror. El realizador francés constantemente nos muestra el reflejo de los personajes a través de espejos, simbolizando esa existencia de múltiples personalidades dentro de uno.
Desafortunadamente, a diferencia de otras retorcidas historias de François Ozon, Double Lover va perdiendo su intensidad ante la complejidad y lo rebuscado de sus giros de tuerca, los cuales, en su afán por producir shock en el espectador, terminan dejando más interrogantes que respuestas al término de la cinta. Double Lover es un filme steamy que ofrece una buena dosis de misterio y perversión, y que visualmente complacerá a los seguidores del realizador francés que gustan de su estilo. Sin embargo, su historia termina sobre-complicándose innecesariamente y provocando momentos de risa involuntaria ante la absurdidad de algunas de sus situaciones.
Calificación: ** 1/2
Título original: L’Amant Double (Double Lover / Doble Amante, Amante Doble)
Año: 2017
País: Francia
Dirige: François Ozon
Con: Marine Vacth, Jérémie Renier, Jacqueline Bisset