Kingsman: The Secret Service, estrenada hace tres años y dirigida por Matthew Vaughn (Kick-Ass, X-Men: First Class), fue un modesto éxito de taquilla al menos en los Estados Unidos donde recaudó poco más de 128 millones de dólares. La cinta basada en un cómic era un interesante combo entre acción y comedia, acompañada de una alta dosis de violencia gratuita. El resultado final fue del agrado del público y ayudó a catapultar a su joven protagonista Taron Egerton al estrellato. Ante dicha respuesta, el estudio Fox vio la oportunidad económica de crear una nueva franquicia cinematográfica, aunque siendo honestos, pese a que la primera película de la saga Kingsman fue entretenida, jamás nos pareció una aventura demasiado memorable.
Kingsman: The Golden Circle (Kingsman: El Círculo Dorado) vuelve a reunir a Vaughn junto a los protagonistas de la primera cinta Colin Flirth y Taron Egerton en una nueva misión que los llevará a enfrentarse a una villana maquiavélica interpretada por la ganadora del Oscar Julianne Moore, quien busca obtener el control y poder mundial a través de su negocio de venta de drogas. La secuela también opta por ofrecer un appeal más internacional, y es por ello que parte de la historia transcurre en los Estados Unidos, donde conocemos a un nuevo grupo secreto llamado Statesman (la contra-parte americana de Kingsman), comandado por el magnífico Jeff Bridges.
Luego de una intensa persecución por las calles de Londres, Eggsy (Egerton) y Merlin (Mark Strong) son los únicos sobrevivientes de un ataque que ocasionó la destrucción de todas las instalaciones de la sociedad secreta de los Kingsman. La búsqueda del responsable los llevará directo hasta el estado de Kentucky en los Estados Unidos donde unirán sus fuerzas al grupo de espías norteamericanos Statesman, donde trabajan Whiskey (Pedro Pascal), Tequila (Channing Tatum) y Ginger (Halle Berry). Ahí, el grupo descubrirá que la organización The Golden Circle (El Círculo Dorado), encabezada por Poppy (Moore) no sólo está detrás del ataque a los Kingsman, sino que también está poniendo en marcha un plan que busca la dominación mundial.
En Kingsman: The Golden Circle, la violencia vuelve a sentirse gratuita, sin embargo en esta ocasión, el humor no funciona de la misma forma que en la película anterior. La química entre los personajes de Eggsy, Merlin y Harry es lo más rescatable, así como el divertidísimo cameo del cantante Elton John. Julianne Moore cumple como la tremenda villana que tiene pinta de ser la persona más amable y buena del mundo. Para quienes se vayan con la finta, Channing Tatum tiene una participación muy breve y desaprovechada, aunque la cinta pareciera sugerir que éste regresará en las próximas aventuras de espías, tal vez en un rol más prominente.
Los efectos especiales se sienten muy falsos desde el arranque de la película, y de inmediato nos colocan en un mood que pareciera transportarnos a una realidad alterna. Es por ello que cuando Kingsman: The Golden Circle decide poner la agenda política sobre la mesa al presentarnos a un mandatario de los Estados Unidos incapaz de sentir compasión por sus compatriotas, el resultado no tiene la misma fuerza e impacto. La cinta se mueve por lo predecible, no existen grandes sorpresas y al final, no logra superar la simpatía y el nivel de entretenimiento de su antecesora.
A final de cuentas, Kingsman: The Golden Circle termina siendo un producto meramente comercial, destinado para pasar un buen rato en el cine pero sin una propuesta fresca, innovadora o memorable. Esperemos que la siguiente entrega eleve la barra dentro del género del cine de espías, de lo contrario Eggsy y compañía no correrán con la misma suerte de su paisano James Bond, quien lleva más de seis décadas de actividad en la pantalla grande.
Calificación: **
Título original: Kingsman: The Golden Circle (Kingsman: El Círculo Dorado)
Año: 2017
País: Inglaterra, Estados Unidos
Dirige: Matthew Vaughn
Con: Taron Egerton, Colin Firth, Julianne Moore, Mark Strong, Jeff Bridges, Halle Berry y Channing Tatum