La frontera es más que un límite territorial en el mapa que separa a dos o más naciones. Es una línea invisible que también nos divide como humanos, que genera fricción y odio, y que ensalza sentimientos nacionalistas fundados en la xenofobia. A pesar de vivir en un mundo globalizado, cada día estas barreras parecieran ir aumentando en tamaño, acompañadas por leyes que han perdido toda sensibilidad y compasión. Tan solo este año, fuimos testigos del trato tan inhumano al que cientos de niños migrantes fueron sometidos en distintos centros de detención en los Estados Unidos tras haber sido apartados de sus padres.
El dolor causado por las fronteras creadas por el hombre se transforma en un destello de esperanza en el cortometraje A 3 Minute Hug (Un Abrazo de 3 Minutos) del director Everardo González (La Libertad del Diablo). Esta producción, distribuida a nivel mundial por la compañía de streaming Netflix, nos lleva hasta la línea que separa a Ciudad Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas para documentar el evento Hugs Not Walls (Abrazos No Muros), organizado por la asociación estadounidense Border Network for Human Rights. Una conmovedora ocasión que permite a cientos de familias re-encontrarse con sus seres queridos para compartir un fuerte abrazo durante un periodo de tres minutos. Algunos llevan más de una década sin verse en persona, otros aún no conocen a los nuevos integrantes de la familia. Ciento ochenta segundos que se convierten en un tesoro, en una indeleble memoria del corazón.
En menos de treinta minutos, el documental nos arropa por completo con su poderoso y emotivo mensaje. Somos partícipes de la inquietante espera de estas personas que han viajado desde lejos para encontrarse nuevamente con sus padres, hermanos, hijos y nietos. Posteriormente, la cámara nos hace testigos de este histórico evento, y las imágenes son tan desgarradoras que es imposible contener las lágrimas para desatar el nudo en la garganta. Potentes escenas que lanzan un fuerte discurso político, y que también sirven para derrumbar los prejuicios que el actual presidente de los Estados Unidos se ha encargado de reforzar y difundir por todo el país.
Fuera de unas cuantas conversaciones telefónicas que escuchamos al inicio del cortometraje mientras observamos las fantásticas tomas aéreas del amanecer en la frontera México-Estados Unidos, A 3 Minute Hug no profundiza en las historias de las familias que aparecen en pantalla. Es una decisión arriesgada, pero que al final funciona. Una elección inteligente por parte de González, ya que en lugar de inclinarse hacia lo chantajista, prefiere mostrarnos las emociones humanas al natural, sin demasiado contexto o adorno. Lo que si resulta a veces un poco invasivo (y hasta repetitivo) es el tema musical utilizado durante la parte central del filme.
A 3 Minute Hug consigue en media hora lo que muchas cintas no logran transmitir en 90 a 120 minutos de duración. Un relato breve pero tremendamente esperanzador que resulta efectivo gracias a su simpleza y naturalidad. Las bellísimas tomas aéreas no sólo retratan la ironía de esa barrera invisible creada por el hombre, sino que también muestran esos puentes que conectan a las dos ciudades. Un puente como lo es Hugs Not Walls. Espero que A 3 Minute Hug se convierta también en un puente que ayude a borrar el odio y la indiferencia, y que consiga fomentar el respeto y la comprensión hacia el vecino.
Calificación: ***
Título original: A 3 Minute Hug (Un Abrazo de 3 Minutos)
Año: 2019
País: México, Estados Unidos
Dirige: Everardo González
Cine Sin Fronteras 