Justo cuando Beau Wassermann (Joaquin Phoenix) estaba listo para dirigirse al aeropuerto y emprender un viaje hacia la casa de su madre, éste pierde las llaves de su apartamento, quedándose sin otra alternativa más que cancelar por completo su visita planeada. Dejar la puerta de su hogar abierta no es una opción viable, en especial cuando el mundo exterior está lleno de peligrosos criminales, vagabundos y drogadictos que se han adueñado de las principales calles de la ciudad. Personajes que parecieran ser producto de la paranoia y la ansiedad que sufre el protagonista, y cuya amenazante presencia resulta constante con o sin las píldoras anti-depresivas que le fueron recetadas por su terapeuta de cabecera. Afuera del deteriorado inmueble cubierto en grafiti obsceno y toneladas de basura, una tienda de artículos para adultos se ubica en contra esquina de un enorme anuncio panorámico de tipo religioso, simbolizando la represión sexual del hombre de casi 50 años de edad, así como los sentimientos de culpa y pudor que le fueron inculcados por las instituciones eclesiásticas, dos de los tantos miedos que lo han convertido en un individuo agorafóbico, prisionero entre las cuatro paredes de su inhóspito condominio.
Sin embargo, sus planes cambiarán drásticamente luego de recibir la noticia que algo terrible ha ocurrido en la vivienda de los Wassermann, conduciéndolo rápidamente a través de una desquiciada odisea con el propósito final de reunirse con Mona, su progenitora. Una aventura alucinante y llena de contratiempos en la que deberá escapar del cuidado de Roger (Nathan Lane) y Grace (Amy Ryan), dos buenos samaritanos que esconden un doloroso secreto detrás de su aparente fachada de amabilidad y desinterés, y de las seductoras – aunque mundanas – distracciones que ofrece un grupo de actores que monta sus obras teatrales en la oscuridad del bosque. Un peregrinaje existencial en el que resulta imposible distinguir lo real de lo imaginario, y que lo llevará a enfrentar no solo los traumas de su infancia, sino también los sentimientos ambivalentes hacia su madre, el duelo y los pecados que ha heredado de sus antepasados y que cargado desde su llegada a este mundo, y los remordimientos y fobias que ha ido acumulando en su interior, al grado de sentirse vigilado por cámaras de seguridad en incógnito.
Beau Is Afraid (Beau Tiene Miedo), el tercer largometraje de Ari Aster (Hereditary, Midsommar), es el más arriesgado de su corta pero aclamada carrera como director. Los elementos de terror, los cuales hicieron que sus dos producciones previas, ambas con el respaldo de la distribuidora A24, se convirtieran en celebradas obras de culto entre distintos grupos de cinéfilos, vuelven a estar presentes en este nuevo filme, aunque ahora mezclados en una comedia mordaz e incómoda donde los misterios de la psique se transforman en una absoluta y espeluznante pesadilla. Asombrosa, impredecible y de una escala ambiciosa, esta aventura cinematográfica desafía y fusiona géneros, y rompe con toda expectativa y convencionalismo para llevarnos al interior de la mente del protagonista, haciéndonos partícipes de sus difusas memorias y de sus pensamientos en desorden.
Joaquin Phoenix es el cómplice perfecto de Aster en tan insólito viaje, y no hay otro actor contemporáneo que pudiera haber cargado con el peso completo de la historia y, al mismo tiempo, haber cumplido con las exigencias del personajes de forma tan efectiva como lo hace el ganador del premio Oscar. Sus expresiones faciales transmiten angustia y psicosis, mientras que su mirada fija y penetrante resulta más aterradora que cualquier impetuoso grito de espanto. Nathan Lane y Amy Ryan son un sólido complemento actoral con el suficiente toque de ambigüedad y de enigma, pero es la veterana actriz de Broadway Patti LuPone quien se roba la película durante el último acto gracias a una interpretación que evoca la misma intensidad que el personaje de Toni Collette en la ópera prima del director. A pesar de su participación tan corta, Parker Posey es sensacional, sobre todo en una escena que seguramente pasará a la historia como una de las secuencias de coito más embarazosas, grotescas e hilarantes del cine. Las tres cosas, al mismo tiempo, y al ritmo de Always Be My Baby de Mariah Carey.
No cabe duda alguna sobre la maestría de Ari Aster en el ámbito visual de la película. De hecho, nos atrevemos a decir que la primera hora de Beau Is Afraid es un ejercicio cinematográfico casi perfecto, que además de introducirnos al personaje logra construir una atmósfera sumamente inquietante a través de sus espacios, sus colores, sus sonidos (sólo por ellos vale la pena el precio de admisión en IMAX) y sus movimientos de cámara. No obstante, esta odisea con referencias a Charlie Kaufman, David Lynch, Yorgos Lanthimos, e incluso a The Truman Show, va desinflándose lentamente conforme avanza la historia. Y es que, a diferencia de los trabajos de los autores antes mencionados, donde el denso simbolismo es un mero conducto para desarrollar distintos temas o emociones que son difíciles de plasmar en texto, aquí las analogías son ofuscas y, en ocasiones, escandalosas sin llegar a tener un firme trasfondo. Es tanto el interés del realizador en el carácter expresivo del filme, que la historia pasa a segundo plano, logrando que su tercera obra junto a A24 sea un espectáculo visualmente extraordinario, pero intimidante, inaccesible y extenuante para quien intente desenredar las múltiples tangentes de su relato. Mención especial para los chilenos Cristóbal León y Joaquín Cociña, co-directores de la cinta La Casa Lobo (The Wolf House), quienes son los responsables del increíble segmento animado de la película, uno de los más cautivadores de ésta.
Entre penes antropomorfos gigantes, testículos inflamados, arañas venenosas y demás elementos inauditos, Beau Is Afraid es un filme escalofriante con un impresionante diseño de producción y maquillaje que no dejará indiferente a quien decida ser partícipe de su viaje tan extenso y poco remunerativo. Una historia deprimente, aunque con suficientes instantes de humor, que, desde su primera secuencia, nos muestra cómo desde el nacimiento estamos condenados al trauma y al sufrimiento, y de cómo nuestros miedos son capaces de llevarnos a vivir en realidades distorsionadas, perdiendo todo sentido entre lo certero y lo ficticio, y atrapándonos en una pesadilla eterna, peor que el más brutal de los purgatorios.
Beau Is Afraid (Beau Tiene Miedo) estrena en cines de Estados Unidos a partir del 21 de abril del 2023.

Título original: Beau Is Afraid (Beau Tiene Miedo)
Año: 2023
País: Estados Unidos, Canadá, Finlandia
Dirige: Ari Aster
Con: Joaquin Phoenix, Nathan Lane, Amy Ryan, Patti LuPone, Parker Posey, Kylie Rogers, Denis Ménochet, Zoe Lister-Jones y Armen Nahapetian