Algo extraño despierta dentro de Signe (Kristine Kujath Thorp) luego de auxiliar a una mujer ensangrentada que ingresa a la cafetería donde ésta trabaja. Entre el shock de lo ocurrido y la fascinación de sus amigos por los grotescos detalles de tan insólita y perturbadora experiencia, la joven se ha convertido en el nuevo centro de atención, robándole los reflectores a su novio Thomas (Eirik Sæther), un artista plástico cuyas obras están basadas en objetos hurtados. La única palabra para describir su relación es tóxica. Y aunque resulta difícil comprender qué es lo que los empuja a continuar con dicha unión tan destructiva, lo cierto es que ambos están cortados por la misma tijera: dos narcisistas dispuestos a hacer lo que sea necesario con tal de obtener el reconocimiento público. Una obsesión que se ha convertido en uno de los grandes males de la juventud del siglo 21.
El éxito inusitado de Thomas en una importante galería de arte en Oslo ha lanzado a la protagonista por una desesperada búsqueda que le permita hallar la manera de superar tal hazaña. Consciente de cómo el mundo actual consume historias en torno a eventos trágicos, y de la atención que las víctimas reciben tanto en redes sociales como en los medios de comunicación, Signe comienza a ingerir voluntariamente unas píldoras de origen ruso, las cuales habían sido retiradas del mercado por sus nocivos efectos secundarios. Con su rostro totalmente desfigurado, pero con el interés mediático que tanto anhelaba, la protagonista va cayendo lentamente por un espiral auto-destructivo que representa, de forma irónica, la obsesión de las nuevas generaciones por alcanzar la fama pasajera sin medir las consecuencias.
En Sick of Myself (Enferma de Mi), el realizador Kristoffer Borgli crea una fascinante parábola moderna, muy a tono con las características de la nueva ola de cine noruego, impulsada por reconocidos cineastas como Joachim Trier (The Worst Person in the World, Thelma). Relatos que exploran dilemas juveniles contemporáneos desde un prisma escandinavo, pero que tienen una resonancia universal. Filmada en 35mm, la nitidez de sus colores y la textura en sus imágenes brindan un efecto notable en las inquietantes atmósferas que Borgli nos presenta. El uso de maquillaje y prostéticos, junto a la cautivadora interpretación de Kristine Kujath Thorp, hacen que esta comedia oscura con tintes de body horror sea efectiva en su incisiva crítica a los estándares que rigen a la sociedad actual.
La victimización, el enfermizo morbo colectivo hacia lo catastrófico, el narcisismo desmedido por unos cuantos likes, y la forma tan burda en que las corporaciones abrazan la inclusión son algunos de los temas abordados de manera punzante y, en ocasiones, perturbadora a lo largo del relato. A pesar de que la cinta pierde contundencia en su acto final, apresurando la resolución de los conflictos entre la protagonista y su pareja, Sick of Myself es perversamente divertida, original e incómoda. Su estilo fresco, aunado a su provocador guion, evitan que seamos indiferentes ante el mordaz reflejo de la cultura de la gratificación instantánea y de la veneración de la egolatría.
Sick of Myself (Enferma de Mi) estrena en cines selectos de Estados Unidos a partir del 14 de abril del 2023.

Título original: Syk pike (Sick of Myself / Enferma de Mi)
Año: 2022
País: Noruega, Suecia, Dinamarca y Francia
Dirige: Kristoffer Borgli
Con: Kristine Kujath Thorp, Eirik Sæther, Fanny Vaager, Sarah Francesca Brænne y Anders Danielsen Lie
Muy interesante, me la apunto. Gracias por la recomendación 👌👌