A veces, al enfrentarnos ante una tragedia, decidimos guardar el dolor detrás de una puerta. Lo escondemos bajo llave, creyendo que ahí, en ese lugar oscuro e inalcanzable, éste ira desapareciendo hasta ser incapaz de lastimarnos nuevamente. No obstante, ignoramos que esos sentimientos reprimidos regresarán algún día transformados en gigantescos monstruos, azotando el pórtico con una furia destructora y difícil de eludir. Solamente el amor de nuestros amigos y seres más cercanos podrá ayudarnos a enfrentar dichos demonios que luchan por escapar y causar daño.
Tal es el caso de Suzume, una joven de 17 años que perdió a su madre en el gran sismo y tsunami que azotó a la región este de Japón en el 2011. Aunque las tristes memorias del devastador desastre natural la agobian cada noche entre sueños, la protagonista ha logrado re-hacer su vida gracias al apoyo de su tía Tamaki, quien no titubeó en darle cobijo en su hogar, situado en la prefectura de Miyazaki. Una mañana como cualquier otra, mientras se dirigía en bicicleta a la preparatoria, ésta conoce a Souta, un apuesto chico que está en busca de una ciudad en ruinas. Suzume lo guía hacia las montañas, lugar donde yacen los vestigios de un viejo sauna. Curiosa por saber qué es lo que el enigmático joven está investigando, ésta decide seguirlo hasta llegar a un extraño estanque donde aún se erige una desgastada puerta de madera.
Al abrirla, la adolescente deja escapar un enorme gusano que solamente ella es capaz de apreciar. La colosal oruga color marrón cubre el cielo de la ciudad, amenazando con caer al suelo estrepitosamente para provocar un potente movimiento telúrico. Souta consigue cerrar la puerta y evitar una catástrofe pero, en el proceso, éste es maldecido por Daijin, un gato guardián, quien lo transforma en una pequeña silla infantil. El pícaro felino escapa a toda prisa y comienza a abrir otras puertas similares, situadas en distintos puntos de Japón, con la intención de desatar el caos y la destrucción. Es así como Suzume y su nuevo amigo se embarcan en una fantástica aventura por mar y tierra actuando como «closers», individuos que poseen habilidades mágicas para evitar que estos portales hacia el inframundo ocasionen una serie de desastres naturales.
El escritor y director Makoto Shinkai (Your Name, Weathering With You) vuelve a anotarse otro acierto en su filmografía con Suzume, una increíble cinta animada que además de divertida y encantadora, tiene un mensaje importante y conmovedor. En su trabajo previo, Shinkai utilizó elementos mágicos dentro del relato para hacer consciencia sobre las consecuencias del cambio climático. En esta ocasión, el aclamado realizador japonés toma un evento verídico – el Gran Terremoto de Japón Oriental – una de las catástrofes más devastadoras en la historia moderna del país, como el punto de partida de una historia que nuevamente recurre a lo místico para buscar reconciliar el dolor de toda una nación, y rendir tributo al espíritu solidario y de resiliencia que caracteriza a sus habitantes.
A nivel técnico, la cinta sorprende con sus fantásticos paisajes animados y sus vibrantes secuencias de acción. La música, compuesta por Kazuma Jinnouchi y la banda de rock RADWIMPS, estos últimos colaboradores de cabecera del director, cumple con su objetivo y consigue transportarnos a este colorido mundo donde la línea entre lo terrenal y lo espiritual va desdibujándose. El guion tiene una buena dosis de humor, especialmente cuando Souta se convierte en un objeto inanimado. Y aunque las travesuras del parlanchín Daijin son simpáticas, una vez que el personaje demuestra sus verdaderas intenciones, éstas resultan un tanto rebuscadas. El road trip de Kobe a Miyagi, con escala en Tokio, es todo un deleite visual, a pesar de que las situaciones se tornan un poco reiterativas en su afán por mostrar la bondad y el apoyo desinteresado de todas aquellas personas que Suzume encuentra durante su travesía.
Al ir abriendo y cerrando las puertas en este imaginativo viaje, la joven protagonista debe encarar las emociones que había reprimido por años, algo que suele caracterizar a la cultura japonesa. Es, a través de este ejercicio de introspección, que Suzume invita a uno como espectador a recapacitar y observar si uno también ha echado llave a ciertos sentimientos, ya sea por angustia o temor. A descubrir que es mejor abrir el cerrojo de nuestro corazón de una buena vez, en lugar de continuar acumulando miedos, dudas y penas, las cuales, algún día inevitablemente, terminarán por reventar el pasador de la puerta estemos o no preparados para enfrentarlos.
Suzume estrena en cines de Estados Unidos a partir del 14 de abril del 2023.

Título original: Suzume no tojimari (Suzume)
Año: 2022
País: Japón
Dirige: Makoto Shinkai
Con: Nanoka Hara, Hokuto Matsumura, Eri Fukatsu y Ann Yamane