Reseña – Infinity Pool (Muerte Infinita)

En busca de inspiración para su próxima novela, el escritor James Foster (Alexander Skarsgård) y su esposa Em (Cleopatra Coleman) han decidido viajar a la paradisiaca isla Li Tolqa, un oasis ficticio que se ha convertido en el destino predilecto de cientos de turistas acaudalados, provenientes de todos los rincones del planeta. Confinados en las lujosas instalaciones de su hotel todo incluido, la pareja intenta olvidar la rutina y sus preocupaciones diarias mientras disfruta de los bellos paisajes que ofrece este atractivo y tranquilo edén tropical. Sin embargo, su viaje de ensueño pronto se transforma en una verdadera pesadilla luego de conocer a Gabi (Mia Goth) y Al Bauer (Jalil Lespert), un par de huéspedes que proclaman ser fanáticos de las obras literarias del protagonista.

Tras revelar el propósito de su exótico descanso, James y Em reciben una tentadora invitación por parte del enigmático matrimonio: abandonar el perímetro del exclusivo y fuertemente custodiado resort para vivir una aventura más auténtica, la cual le permita encontrar una solución a su frustrante bloqueo creativo. Seducidos por el cándido espíritu libre de Gabi, el autor y su mujer se embarcan en un paseo por carretera que, desafortunadamente, termina en una tragedia. Al enfrentarse a las estrictas leyes de la conservadora nación, las cuales imponen severos castigos a todo aquél que infrinja las normas, el protagonista descubrirá una subcultura de hedonismo y perversión, financiada por una élite de extranjeros, la cual se ha convertido en el principal atractivo de la industria turística de la región.

En Infinity Pool (Muerte Infinita), el tercer largometraje de Brandon Cronenberg (Possessor), el realizador canadiense nos ofrece una versión oscura y sumamente retorcida de la serie de televisión The White Lotus. Una cinta visceral, bañada en sangre y luces estroboscópicas, que muestra el descaro con el que individuos adinerados utilizan su posición de influencia para convertir – y destruir – pequeños oasis en países del tercer mundo en sus propios patios de recreo. Alimentando la corrupción de las autoridades locales, contribuyendo a la desigualdad social y económica de la zona, e insultando las costumbres y tradiciones de sus habitantes. Un lugar de escape lejos de casa donde encuentran el antídoto a su hastío y el sentido a sus vidas tan espiritualmente vacías.

Asimismo, el filme explora el deseo de James por pertenecer a la clase alta, tolerando burlas y humillaciones, perdiendo su dignidad, y poniendo su propia vida en riesgo con tal de ser aceptado por los miembros de una élite que solo juega con éste como si fuera un objeto de placer. Un ejemplo de los brutales y denigrantes extremos a los que algunas personas son capaces de llegar en su afán por obtener un lugar para sentarse en la mesa principal. Alexander Skarsgård realiza un trabajo impresionante, mostrándonos un lado más carnal y salvaje al que nos tiene acostumbrados. No obstante, es la actriz Mia Goth (X, Pearl) quien se roba la película con su desquiciada interpretación como Gabi, añadiendo un necesario toque de humor a la historia tan críptica y escabrosa, y cimentando su estatus como la nueva reina del cine de terror.

Con imágenes altamente sensuales, provocadoras e incómodas, las cuales evocan el trabajo de su padre, el maestro del body horror David Cronenberg, Infinity Pool es un ejercicio visual cautivador que nos transporta hasta las cloacas de la burguesía, examinando sus instintos más bajos y sus conductas más repugnantes. Y aunque la cinta es un original y perturbador viaje ácido, son tantos los temas que ésta intenta explorar en tan solo dos horas que al final no todos cierran con la misma contundencia. Por ejemplo, hay interesantes cuestionamientos sobre la muerte y las consecuencias de la inmortalidad que pasan a segundo plano para reiterar en su discurso de «eat the rich». Si bien Infinity Pool no encuentra ese preciso balance entre estilo y sustancia, se agradece ver una propuesta distinta que salga de los parámetros convencionales del género y que nos haga reflexionar sobre las infinitas interrogantes y los incomprensibles misterios de nuestra frágil e imperfecta naturaleza humana.

Infinity Pool está exhibiéndose en cines de Estados Unidos a partir del 27 de enero del 2023.