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Reseña – Mainstream

Vivimos en un mundo donde la popularidad se mide a través de la cantidad de likes y reproducciones en las publicaciones de nuestras redes sociales. Muchos sueñan en convertirse en influencers, y están dispuestos a hacer lo que sea con tal de alcanzar dicho estilo de vida de fama y privilegio. Poco a poco, el internet ha dejado de ser una herramienta esencial para la comunicación y la búsqueda de información, para irse transformando en un espacio tóxico de falsas apariencias y comentarios hirientes que es parte fundamental de nuestra cultura. Así como en su momento se decía que los videos musicales mataron a la estrella de radio, hoy en día las redes sociales han matado no solo a las celebridades de Hollywood, sino también parte de nuestra humanidad.

En Mainstream, el segundo largometraje de Gia Coppola, la directora y guionista nos lleva a través de un viaje alucinante que explora distintos temas que van desde la obsesión con el mundo virtual, el rápido ascenso a la fama de las estrellas virales, la cultura de cancelación, y la división de opiniones auspiciada por el anonimato que brindan estas herramientas digitales de comunicación. Aunque mantiene ese mood californiano e indie que caracterizó a Palo Alto, su debut cinematográfico estrenado hace 8 años, Coppola se embarca en temáticas y estilos más ambiciosos con resultados irregulares que no siempre funcionan.

La actriz Maya Hawke da vida a Frankie, una chica que vive en la ciudad de Los Angeles y que, como cualquier otra persona de su generación, busca la aceptación del mundo a través de sus publicaciones en redes sociales. Pese a su talento para producir y editar videos, su canal de YouTube apenas alcanza los 100 suscriptores. Sin embargo, las cosas cambian tras filmar el peculiar discurso de un joven disfrazado de ratón quien trabaja en un centro comercial de la localidad. El video se convierte en un hit instantáneo, provocando un sinfín de reacciones entre los cibernautas quienes, al igual que Frankie, desean descubrir la identidad del alocado protagonista.

Por obra del destino, estos vuelven a cruzar su camino y, tras una larga conversación en un restaurante de comida tailandesa, deciden unir sus talentos para comenzar un original proyecto en el que buscan mofarse de la banalidad de las celebridades salidas de Instagram y YouTube. Es así como el excéntrico Link (Andrew Garfield) se transforma en el desquiciado No One Special, un influencer dispuesto a todo con tal de mostrar al mundo su obsesión por una falsa realidad. No obstante, conforme su fama comienza a aumentar, éste va cayendo en las seducciones de un estilo de vida vacío y falaz, contraponiéndose a la idea inicial del proyecto y poniendo el futuro de su colaboración con Frankie en jaque.

Con una fascinante banda sonora de melodías con sintetizadores a cargo de Devonté Hynes (Blood Orange), Mainstream nos sumerge en una especie de pesadilla que busca exponer los excesos de una cultura adicta al internet, fácilmente manipulada por pseudo-influyentes que no son congruentes con las ideas que predican. Desafortunadamente, la cinta de la más joven de la dinastía Coppola no aporta algo nuevo a la conversación, y su diversidad y ambición temática termina jugando en su contra, dejando algunas ideas al aire con su atropellado aterrizaje. Asimismo, la historia pareciera llegar al menos cinco años tarde, ya que en la actual era de celebridades de TikTok, varios aspectos de ésta se sienten anticuados.

Ya sea corriendo semidesnudo por las calles de Hollywood o conduciendo un programa de concursos con hartos momentos de cringe, Andrew Garfield se entrega por completo a su extravagante personaje en una interpretación arriesgada, delirante y polarizante. El joven actor británico continúa sorprendiéndonos cada vez con sus eclécticas actuaciones, demostrando el rango de su enorme talento. Maya Hawke, hija de Ethan Hawke y Uma Thurman, hace su debut como protagonista y el resultado es excepcional. Hawke captura a la perfección esa ingenuidad y frustración que caracteriza a una generación de jóvenes que han crecido bajo estándares inalcanzables de popularidad y belleza.

Pese a lo interesante y relevante de su premisa y de sus temas, Mainstream se traiciona a si misma en su afán por mostrarnos más estilo que sustancia, ofreciéndonos una surrealista pero superficial mirada a la actual cultura de los influencers y a su – valga la redundancia – fuerte influencia dentro de la corriente popular. Su excentricidad la hace entretenida, aunque a su sátira social le hace falta un colmillo más afilado y original.

Calificación: **

Título original: Mainstream

Año: 2020

País: Estados Unidos

Dirige: Gia Coppola

Con: Maya Hawke, Andrew Garfield, Nat Wolff y Jason Schwartzman

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