Lealtad. Valentía. Verdad. Tres virtudes que todo gran guerrero debe poseer. Desde pequeña, Hua Mulan ha demostrado tener dichas cualidades gracias a su carácter aguerrido y a una fuerza indescriptible que emana de su interior. «El chi es para los guerreros, no para las hijas», expresa su padre. «Es hora de que ocultes tu don, de que silencies su voz». En una sociedad cuyo único destino es el de convertirse en esposa y madre, la joven protagonista desafiará las normas culturales para demostrar su valor y su lugar en el mundo.
Continuando con la tradición de adaptar sus historias animadas en producciones de live-action, Disney apuesta en grande con Mulan, una re-interpretación de la cinta de 1998, la cual se basa en una popular leyenda china. La directora Niki Caro (Whale Rider, The Zookeeper’s Wife) está al frente de esta épica de más de 200 millones de dólares de presupuesto que busca complacer no solo a los fanáticos de la película original, sino también al exigente paladar de uno de los mercados cinematográficos más importantes a nivel internacional. Una tarea difícil de balancear, sobretodo después del decepcionante desempeño de Aladdin y The Lion King, dos de las propiedades más queridas de la casa de Mickey Mouse.
Esta nueva versión de Mulan se despoja por completo de los números musicales, inclinándose por algo más serio y menos infantil. Estamos ante el primer live-action de Disney en ostentar la clasificación PG-13, una que se gana a pulso gracias a sus violentas escenas bélicas no aptas para los más pequeños de la casa. Al igual que en el clásico animado, Mulan nos transporta a un periodo antiguo de la civilización china reinado por las grandes dinastías. Tras enterarse que una tribu nómada del norte avanza en batallón hacia la ciudad imperial, el emperador (Jet Li) ordena que un hombre de cada familia se una a las filas del ejército para enfrentar a los invasores.
Hua Mulan (Yifei Liu) pone en riesgo el honor de su familia y desafía la tradición del país al hacerse pasar por hombre y enrolarse en el ejército, tomando el lugar que le pertenecía a su padre, un ex-soldado que no está en condición de participar en el combate armado. Bajo las órdenes del comandante Tung (Donnie Yen), la protagonista se someterá a un extenuante entrenamiento físico que le permitirá demostrar la fuerza, la valentía y el liderazgo que lleva consigo, y que tanto se ha encargado de reprimir durante años. La joven tendrá que andar con extremo cuidado para no levantar sospechas entre sus compañeros, ya que si estos llegaran a descubrir su verdadera identidad, le esperaría el máximo castigo: la muerte.
Este nuevo visionado de Mulan sobresale por su magnífica fotografía, a cargo de Mandy Walker, y por el increíble diseño de vestuario de Bina Daigeler. Es una lástima no haber tenido la oportunidad de disfrutar de tan fastuosa producción en formato IMAX, donde seguramente los paisajes, los colores y las secuencias de acción tendrían un mayor impacto. Aunque algunos filtros restan claridad a las escenas bélicas, éstas poseen la energía y el dinamismo que caracteriza al género Wuxia, cine de artes marciales con sofisticadas coreografías. El score añade ese toque épico a la película, y a la vez sacia la nostalgia de los amantes del musical animado al incluir las memorables notas de Reflection.
El mensaje principal de la historia mantiene el mismo poder que hace 22 años. No obstante, Disney decide darle un giro más moderno, haciendo hincapié en una nueva virtud – la devoción a la familia –, y dándole mayor autonomía a su personaje principal. El golpe emocional es más fuerte en esta nueva versión, gracias a las interpretaciones de Yifei Liu y de Tzi Ma, quien da vida al padre de la protagonista.
Aunque Mulan sale ventajosa en comparación a otros recientes remakes de Disney, el live-action pierde el humor, la simpatía y la magia que caracterizó a la producción animada. Los números musicales ayudaban al desarrollo de los personajes y a conectar con sus emociones. La ausencia de estos hace que algunos eventos sucedan por mera inercia, y el guion no sabe bien como llenar (o explicar) dichos espacios vacíos. Personajes como Mushu y la abuela de Mulan son completamente eliminados, llevándose consigo el toque cómico y ligero que ambos agregaban al relato. La película también carece de magia, pese a la introducción de Xianniang, un nuevo personaje interpretado por Li Gong con el cual se busca recuperar el toque de fantasía de la original, pero que resulta forzado e innecesario en el desarrollo de la trama. A diferencia de la antecesora, aquí la amenaza del ejército invasor es mínima y, por ende, uno siente que no hay mucho en juego en las acciones que emprenden la protagonista y sus compañeros.
Pese a todo ello, Mulan es una aventura entretenida, cuyo mensaje de aceptación y emancipación seguramente resonará con las nuevas generaciones. Una épica que merecía haber debutado en la pantalla grande, pero que, aún en casa, la escala de su ambición es palpable. Más allá de ser una princesa de Disney, Mulan consolida su legado como una valiente y honorable guerrera, devota a su familia, y siempre dispuesta a defender y proteger a su pueblo.
Calificación: ** 1/2
Título original: Mulan
Año: 2020
País: Estados Unidos, Canadá, Hong Kong
Dirige: Niki Caro
Con: Yifei Liu, Donnie Yen, Li Gong, Jet Li, Jason Scott Lee, Tzi Ma y Rosalind Chao
Esta película no tiene nada de empoderamiento. La Mulan original le enseñaba a las niñas que con esfuerzo e inteligencia podían hacer cualquier cosa. Pero esta cosa enseña que solo si naces con superpoderes puedes triunfar.