Reseña – Frankie

Bien dicen que todo en la vida son ciclos. Desde el momento en que nacemos hasta el minuto final de nuestra vida, todo es una sucesión continua de etapas. Mientras unas inician, otras van cerrando su curso: amistades, relaciones sentimentales, empleos, incluso nuestro paso por este mundo. El realizador norteamericano Ira Sachs (Love is Strange, Little Men) hace una observación minuciosa de estos constantes ciclos en su más reciente obra titulada Frankie, la cual tuvo su estreno mundial dentro de la competencia oficial del Festival de Cannes 2019. Con un elenco de primera, encabezado por la siempre gloriosa Isabelle Huppert, este sutil relato nos muestra los conflictos emocionales de una familia que atraviesa una difícil prueba.

Françoise Crémont (Huppert) es una reconocida actriz de cine que ha decidido reunir a sus familiares y amigos más cercanos en la encantadora villa portuguesa de Sintra. Ahí, entre la tranquilidad de sus bosques y la magia de sus maravillosos palacios y castillos de estilo morisco y manuelino, la matriarca busca limar las asperezas del pasado y preparar a sus seres queridos ante su eventual partida. Además de enfrentar el fatídico destino de la protagonista, cada uno de los personajes aprovechará este receso vacacional para echar un vistazo a su propio interior, e intentar resolver los problemas que han eludido durante varios años.

Como es costumbre, Isabelle Huppert brinda una magnífica interpretación que envuelve a la cinta en una íntima atmósfera de melancolía, pero también de optimismo. Aunque Huppert es quien brilla y carga con el peso de la historia bajo sus hombros, el resto del reparto hace un trabajo encomiable. Brendan Gleeson sobresale como el cabizbajo marido de la protagonista que busca hacer las paces con el destino, mientras que Marisa Tomei se luce con una breve pero memorable aparición como la ex-compañera de trabajo de Frankie, quien utiliza su visita a Portugal para analizar el estatus de su relación amorosa. Jérémie Renier, Vinette Robinson y Greg Kinnear complementan el elenco de este reflexivo relato.

Con el característico estilo narrativo y visual tan sosegado e intimista que caracteriza a Ira Sachs, el director nos transporta hasta uno de los más importantes patrimonios culturales de Portugal para sumergirnos en la quietud, belleza y nostalgia de sus paisajes. Un lugar donde la arquitectura y la naturaleza coexisten en perfecta armonía, permitiéndonos reconciliar el pasado y el presente. Este escenario se transforma en el catalizador emocional de los personajes, quienes atraviesan por distintas etapas de sus vidas. Mientras algunos de ellos se muestran ilusionados ante el inicio de un nuevo ciclo, ya sea el primer enamoramiento en el caso de Maya, la nieta de la protagonista, o la nueva aventura profesional de Paul (Renier) en Nueva York, hay otros que enfrentan valientemente el ocaso de su matrimonio y de su vida.

En un punto de la cinta, Sachs reúne al elenco en un enorme acantilado junto al mar, mientras estos observan detenidamente el precioso atardecer. Una escena poderosa que no sólo celebra el presente lleno de vida y júbilo, sino que también retrata esa melancólica contemplación hacia un futuro tal vez incierto, pero colmado en oportunidades. Manteniéndose alejada del sentimentalismo propio del melodrama, Frankie añade un toque etéreo a un relato tan humano sobre las disyuntivas que atravesamos en la vida, y sobre la incertidumbre del viaje que estamos por emprender.

Calificación: ***

Título original: Frankie

Año: 2019

País: Francia, Portugal

Dirige: Ira Sachs

Con: Isabelle Huppert, Brendan Gleeson, Marisa Tomei, Jérémie Renier, Vinette Robinson y Greg Kinnear