A todos nos toca cargar con una cruz en la vida. Para Jack Cunningham, ésta se ha vuelto tan pesada que el único consuelo para alivianar sus penas ha sido el consumo excesivo de alcohol. Un vicio que poco a poco lo ha distanciando de sus seres queridos, llevándolo a abandonar un futuro prometedor, y a vivir una existencia vacía y sin propósito. Sin embargo, tras recibir la invitación para convertirse en el entrenador de un equipo juvenil de baloncesto, Jack decide aprovechar esta segunda oportunidad para encarar los demonios del pasado, y encontrar un nuevo sentido a su complicada vida.
Ben Affleck y el director Gavin O’Connor, quienes trabajaron juntos en el thriller del 2016 titulado The Accountant, vuelven a hacer mancuerna en The Way Back (El Camino de Regreso). Un drama deportivo que sigue la fórmula del hombre roto que, en su búsqueda por alcanzar la redención, termina ayudando a un grupo de adolescentes para que estos confíen y crean en ellos mismos, y así obtengan la victoria con la que siempre habían soñado. A pesar de los tropos narrativos tan convencionales a los que O’Connor y el guionista Brad Ingelsby recurren, el filme consigue sobresalir gracias a la magnífica interpretación protagónica de Ben, y al efectivo manejo del melodrama que evita caer en sentimentalismos baratos.
Affleck, quien precisamente el año pasado reveló detalles íntimos sobre su propia lucha contra el alcoholismo, sorprende al ofrecernos un auténtico y conmovedor retrato sobre las adicciones y el difícil proceso de rehabilitación. El personaje de Jack es sumamente complejo, sobretodo en cuestión emocional, y la cinta hace un gran trabajo en ir mostrándonos paulatinamente los dolorosos eventos del pasado que han llevado al protagonista a encontrar un escape simple, pero peligroso, en el mundo de los excesos. Al regresar a su alma mater y revivir su pasión por el deporte, éste va encontrando un camino hacia la salvación. En parte, también, gracias al apoyo y al afecto de los jugadores, quienes ven a Jack como un ejemplo a seguir debido a su impresionante legado en la cancha.
Al enfocarse principalmente en el arco catártico del protagonista, The Way Back termina por relegar los conflictos de los jóvenes deportistas a un segundo plano. Hay un par de sub-tramas relacionadas con los jugadores del equipo de baloncesto que a pesar de ir desarrollándose en el fondo, se olvidan con un cierre narrativo apresurado y poco contundente. A lo largo de la cinta, somos testigos del meteórico ascenso de los Bishop Hayes, quienes gracias a su esfuerzo y al trabajo en conjunto, consiguen llegar a la final de la liga de preparatorias. No obstante, toda la emoción que The Way Back va generando con sus impresionantes secuencias de baloncesto desencadena en un final anti-climático que no hace justicia por igual a la hazaña de los adolescentes en juego.
Con una mesura emocional que se equipara a la de Manchester by the Sea, el otro hermano Affleck demuestra que bajo el mando de un talentoso director como lo es Gavin O’Connor, éste es capaz de brindarnos una excelente y compleja interpretación. The Way Back quizá no re-descubra el hilo de las películas de corte deportivo, pero es un drama competente que nos enseña que no estamos solos para cargar con el peso de la cruz que nos tocó llevar a cuestas. Hay muchas personas, tal vez en los lugares menos esperados, que están dispuestas a ayudarnos y echarnos una mano para alivianar nuestro recorrido.
Calificación: ***
Título original: The Way Back (El Camino de Regreso)
Año: 2020
País: Estados Unidos
Dirige: Gavin O’Connor
Con: Ben Affleck, Janina Gavankar, Michaela Watkins, Melvin Gregg y Brandon Wilson
Cine Sin Fronteras 