Tras el éxito de su aclamada ópera prima Hereditary, el realizador norteamericano Ari Aster nos trae Midsommar (El Terror No Espera La Noche), un drama de terror psicológico que nuevamente utiliza el dolor de una tragedia como punto de partida para el desarrollo de este perturbador relato. Un proyecto sumamente ambicioso que consigue generar auténticas atmósferas de gran tensión a través de sus imágenes poderosas, y al mismo tiempo crípticas, sin recurrir a los típicos guiños del género. Aquí todo sucede bajo la luz del día, y eso ayuda en gran medida a que Midsommar se sienta aún más inquietante.
Unos meses después de haber sufrido una terrible pérdida familiar, Dani (Florence Pugh) decide unirse al viaje de verano de su novio Christian (Jack Reynor) con tal de despejar su mente por un rato. La pareja, en compañía de otros tres jóvenes, se dirigen a una zona rural en Suecia para ser partícipes de un tradicional festival que ocurre justamente durante el solsticio de verano. Una fiesta pagana que entre flores, cánticos y banquetes celebra el eterno ciclo de la vida y la muerte. Un grupo de personas, todas ellas vestidas de blanco, recibe a los visitantes con gran júbilo al festejo. Sin embargo, la aparente amabilidad de los anfitriones pronto se transforma en una desquiciada y alucinante pesadilla sin escapatoria.
Midsommar pareciera una versión extendida de la perturbadora secuencia final de Hereditary. Aster nos envuelve en imágenes llenas de símbolos que poco a poco van generando gran desconcierto e inquietud. Si bien, este nuevo proyecto resulta menos aterrador que su trabajo previo, lo cierto es que la ambición del realizador consigue llevarnos por un demencial y sanguinario viaje difícil de olvidar. Desde sus prístinas y coloridas secuencias hasta la geometría de sus tomas, Midsommar es el meticuloso resultado de un director en pleno control de su forma.
Florence Pugh, a quien habíamos visto previamente en cintas como Lady Macbeth y Outlaw King, se convierte en la absoluta reina del verano fílmico gracias a su extraordinaria interpretación protagónica. A través de la película, somos testigos de la catarsis emocional de su personaje. La oscuridad que lleva en su interior contrasta con la pureza de los paisajes de Suecia. Un viaje que le permite liberar las emociones que lleva guardadas en su corazón y deshacer las ataduras que le impiden vivir a plenitud.
Midsommar es una de esas experiencias cinematográficas que merecen ser vistas al menos un par de veces para poder absorber por completo sus múltiples mensajes e interpretaciones. Una especie de sueño lúcido que nos lleva por un espiral de locura y terror para mostrarnos que el final es tan solo el comienzo para algo nuevo y emocionante por venir.
Calificación: ****
Título original: Midsommar (El Terror No Espera La Noche)
Año: 2019
Dirige: Ari Aster
Con: Florence Pugh, Jack Reynor, Will Poulter, William Jackson Harper y Vilhelm Blomgren