featured reseñas

Reseña – Climax

Climax es el más reciente y delirante largometraje del provocateur argentino Gaspar Noé, el cual tuvo su estreno mundial el año pasado dentro de la programación del Festival de Cannes. Complejas rutinas de baile, música electrónica, alcohol y drogas se entremezclan en una experiencia cinematográfica capaz de alterar y jugar con nuestros sentidos. Desde su arranque con la secuencia de créditos finales, Climax anuncia una estructura narrativa poco convencional. Impresionantes planos secuencia abundan a lo largo del filme, uno destinado a convertirse en un futuro clásico de culto de medianoche.

Noé nos lleva hasta mediados de los años noventa para conocer a un grupo de bailarines, quienes se encuentran ensayando un intrincado número musical al ritmo de Supernature de Cerrone en una vieja escuela. Momentos antes de observar la impresionante rutina de baile de estos jóvenes talentosos – filmada en una toma continua – somos testigos de una serie de entrevistas, las cuales nos ayudan no sólo a identificar fácilmente a los personajes, sino también a distinguir sus personalidades tan diversas. Estos testimoniales son presentados en un viejo televisor, rodeado de libros y películas en formato VHS. Todos éstos parecieran ser fuente de referencia e inspiración para esta historia que pronto se convierte en un relato de horror.

Los chicos celebran el último día de ensayos con una íntima fiesta en uno de los salones de la escuela, cuya única decoración es una enorme bandera francesa. Al ritmo de los electrizantes tracks de Kiddy Smile y Thomas Bangalter, la inocente velada comienza a descontrolarse cuando los personajes descubren que alguien puso una gran cantidad de droga en los jarros de sangría que éstos habían estado consumiendo durante la noche. Los efectos de los estupefacientes provocan que los jóvenes pierdan sus inhibiciones, llevándolos a un estado de conducta casi primitiva. Como espectador, uno va descendiendo junto a ellos por un espiral que nos lleva hasta el infierno.

Climax es una experiencia desquiciada y demasiado visceral. Quienes estén familiarizados con los trabajos previos de Gaspar Noé sabrán que el realizador gusta de provocar una fuerte reacción en el espectador a través de sus relatos, y esta nueva producción no es la excepción. La cámara en constante movimiento asemeja la confusión y el delirio de los personajes, en ocasiones causando incomodidad por sus tomas tan bruscas y nauseabundas. Sin embargo, es imposible resistirse ante la proeza visual de Noé. Un espectáculo de luces neón y rítmicas melodías que representan lo mejor de su filmografía. Sofia Boutella, a quien habíamos visto previamente en Star Trek Beyond y Kingsman, hace un trabajo fantástico al interpretar a Selva. Una demandante actuación tanto física como psicológicamente que Boutella logra al cien.

Aunque la historia se sitúa veinte años atrás, ésta bien podría ser una representación de los conflictos sociales que atestiguamos con frecuencia en la actualidad. En apariencia, todos bailan y conviven en perfecta armonía, pero cuando los ánimos se exaltan, éstos comienzan a mostrar su verdadera cara y a actuar en base a sus más bajos instintos.

Climax es una cinta controversial y polarizadora que cumple con su objetivo principal: generar una fuerte reacción emocional en la audiencia. Habrá quienes la consideren un panfleto para educar y advertir a los jóvenes sobre el consumo de las drogas, y habrá otros más que respondan a lo visceral y a lo crudo de sus imágenes. Para nosotros, fue imposible resistirnos a la perfección técnica de la película, y a la forma en como ésta jugó con nuestros sentidos a través de la mezcla de sus elementos. Una experiencia difícil de olvidar, y que seguramente nos invitará a re-visitarla una y otra vez para analizar cada detalle con mayor precisión.

Calificación: *** 1/2

Título original: Climax

Año: 2018

País: Francia, Bélgica

Dirige: Gaspar Noé

Con: Sofia Boutella, Romain Guillermic, Kiddy Smile y Giselle Palmer

Deja un comentario