La estrella nació… y perdió su brillo. A Star is Born, considerada por muchos como la favorita de la temporada de premios, y la rival a vencer en la entrega número 76 de los Golden Globes se fue casi con las manos vacías. Solamente consiguió un premio, el de Mejor Canción Original. Los Golden Globes (o Globos de Oro como se les conoce en español) son unos premios otorgados por la Hollywood Foreign Press Association (HFPA), un organismo conformado por un centenar de periodistas de diversas partes del mundo quienes tienden a reconocer celebridades de alto calibre, más que la calidad de los trabajos en sí. (¿Recuerdan cuando The Tourist fue nominada a Mejor Película Comedia/Musical en el 2011 por el simple hecho de estar protagonizada por Johnny Depp y Angelina Jolie?).
Es por ello que A Star is Born tenía todos los ingredientes para llevarse el máximo premio de la noche: Bradley Cooper + Lady Gaga + un hit de taquilla de más de 200 millones de dólares en Norteamérica. Sin embargo, la celebración tomó un inesperado rumbo cuando Bohemian Rhapsody y Green Book se alzaron con los galardones de Mejor Película Drama y Mejor Película Comedia/Musical respectivamente. Olvidándonos por un momento del fraude de categoría (Green Book es más drama que comedia, y Bohemian Rhapsody es un mejor fit en la categoría musical), resulta casi inexplicable cómo es que dos películas que ciertamente han causado gran división entre el público se coloquen por encima de trabajos como The Favourite, BlackKklansman, If Beale Street Could Talk, e incluso Black Panther.
Entiendo que en gustos se rompen géneros, pero estamos hablando de dos historias «basadas en hechos reales» que han sido duramente criticadas por transformar la verdad de sus protagonistas. En el caso de Bohemian Rhapsody, la sexualidad del vocalista Freddie Mercury es relegada a segundo plano y su comportamiento es reprochado mientras que el resto de sus compañeros de la banda salen mejor parados al obviamente tener voz y voto en el corte final de la cinta. En Green Book, la familia de Don Shirley, interpretado en pantalla por el actor Mahershala Ali, ha salido a la luz para desmentir los hechos que se presentan en la cinta. Principalmente que éste si mantenía contacto frecuente con sus familiares, y que su amistad con Tony Lipp no era tan cercana como lo plantea el filme. Ali ha pedido disculpas formalmente a la familia del difunto artista.
El 2018 nos trajo grandes filmes que reflexionaron en la problemática racial que se vive en los Estados Unidos. Desafortunadamente, Green Book no es uno de ellos. Spike Lee, Ryan Coogler, Boots Riley, Barry Jenkins y George Tillman Jr. nos entregaron trabajos excepcionales en BlackKklansman, Black Panther, Sorry to Bother You, If Beale Street Could Talk y The Hate U Give, cada uno de ellos revolucionario y con un potente discurso en su propio estilo y género. Si me cuestionaran cuál es el filme del año que mejor captura la problemática social actual de los Estados Unidos, definitivamente Green Book es la última que cruzaría mi mente. La cinta posee sus cualidades, principalmente las actuaciones de su par protagónico, pero su tacto y mensaje sobre los conflictos sociales del país se siente obsoleto y fuera del contexto actual.
Hubo otras sorpresas durante la entrega de premios que sí nos emocionaron. Especialmente el triunfo de Glenn Close y Olivia Colman en el rubro de actuación. La reacción de Close al enterarse que ganó el trofeo a Mejor Actriz – Drama por su interpretación en The Wife lo dijo todo. Un shock absoluto, pero un reconocimiento bien merecido. Su discurso puso a toda la audiencia del Beverly Hilton de pie, elevando sus posibilidades de llevarse la estatuilla dorada en los premios Oscar. Olivia Colman le sigue de cerca haciéndole competencia, y aunque su discurso quizá fue carente de emoción como el de Close, ésta mostró su simpatía y sentido del humor al llamar a sus co-estrellas Emma Stone y Rachel Weisz «my bitches» (mis perras), haciendo alusión a la dinámica retratada en el filme The Favourite del griego Yorgos Lanthimos. Al final, The Favourite posee mayores cualidades por encima de The Wife, así que habrá que ver cómo se desenvuelve esta categoría en los premios de la Academia.
La otra buena sorpresa fue Regina King, quien ganó el premio a Mejor Actriz de Reparto por su trabajo en el drama If Beale Street Could Talk. King está en una difícil posición luego de haber sido omitida en las nominaciones de los SAG. Los SAG suelen alinearse más con los premios Oscar, pero creo que el discurso de aceptación de la veterana actriz volvió a ponerla nuevamente en la carrera por la codiciada estatuilla dorada.
Roma dio el esperado triunfo a México en la terna de Mejor Película de Lengua Extranjera, una hazaña que no se repetía desde 1957 cuando Tizoc de Ismael Rodríguez se llevó dicho reconocimiento. Alfonso Cuarón subió al escenario en dos ocasiones: la primera vez para recoger el premio en dicha categoría, finalizando su discurso con un «gracias familia, gracias México» que le valió un fuerte aplauso por parte de la audiencia. Posteriormente volvió al estrado tras ganar en la terna Mejor Director. En ambas ocasiones agradeció primeramente a las dos actrices del filme Yalitza Aparicio y Marina de Tavira, y al apoyo de Netflix y sus productores por creer en este proyecto. Roma y Cuarón tienen el triunfo casi seguro en los premios de la Academia en ambas categorías: Película de Lengua Extranjera y Director.
Vice, la cinta con el mayor número de nominaciones de la noche, tan solo se llevó un premio: Mejor Actor Comedia/Musical para Christian Bale. Con ello, Bale se convierte en la mayor amenaza para Rami Malek, quien ganó en la terna dramática por su transformación en la cinta Bohemian Rhapsody. Un detalle curioso es que ambas interpretaciones deben mucho al uso de maquillaje y prótesis, similar a lo que ocurrió el año pasado con Gary Oldman por Darkest Hour.
Mientras la ceremonia de los premios Oscar continúa en busca de un host, el trabajo de conducción de Andy Samberg y Sandra Oh podría ser un buen argumento a favor de una transmisión sin animadores, únicamente presentadores. Samberg y Oh no lo hacen mal, pero varios chistes no aterrizan y se respira una tensión extraña en el recinto cuando comienzan a hacer el «roast» de las celebridades, especialmente cuando deciden irse por Spike Lee y Ryan Coogler. El mejor momento del monólogo inicial fue la reacción de Emma Stone al gritar «I’m sorry» (lo siento) luego de ser atacada implícitamente por el white-washing en la cinta Aloha, donde supuestamente su personaje debía ser de origen asiático. Si la Academia opta por buscar un presentador, tal vez deberían ponerle atención a Steve Carell quien, en mi opinión, fue de los mejores presentadores de la noche.
Los Golden Globes no son un buen predictor de los premios Oscar (lo hemos dicho en repetidas ocasiones en años anteriores), pero sí sirven para darnos una idea de la temperatura en Hollywood. Esta es el primer evento masivo de la temporada, por lo que un triunfo ayuda en la narrativa para eventualmente obtener una nominación al Oscar y, de ser posible, el triunfo. Asimismo, hace que el buzz crezca en cintas que quizá han pasado un tanto desapercibidas entre tanto blockbuster navideño.
Bohemian Rhapsody ha sido un hit de taquilla internacional con números equivalentes a las mega-producciones de superhéroes (más de 750 millones de dólares a nivel mundial). A estas alturas, es casi un hecho que Bohemian Rhapsody obtendrá una nominación a Mejor Película y, sorpresivamente, ésta tiene un grupo de fanáticos y seguidores mayor que A Star is Born, cuyo brillo no es tan deslumbrante como creíamos. Aún así, A Star is Born sigue estando en la carrera, aunque quizá su único triunfo será en el rubro musical.
Green Book está en una posición difícil. Por un lado, más gente descubrirá la película en cines y Universal continuará expandiéndola a nivel nacional en las próximas semanas. Sin embargo, creo que la controversia será aún mayor y el discurso que dio el director Peter Farrelly esta noche no le ayudará en su campaña.
En mi opinión, ni Green Book ni Bohemian Rhapsody son películas merecedoras de llevarse el máximo honor de la Academia, sobretodo en un año en el que ésta se ha pronunciado a favor de la diversidad e inclusión. Ambas representan realidades distorsionadas, y un mensaje que igual podría haber resonado con la Academia hace 20 años, pero que no es un reflejo de la actualidad. Si la Academia realmente cree en lo que pregona, dudo que alguna de estas dos cintas llegue lejos en la carrera.
The Favourite continúa en la batalla, pero sus posibilidades de un triunfo son casi nulas. Roma es la gran interrogante de la temporada. El nombre de Cuarón obviamente carga gran peso, pero al mismo tiempo tiene dos factores en su contra: es una película distribuida por Netflix y segundo, es una película en español y mixteco con subtítulos en inglés. Sería toda una hazaña que consiga llevarse la máxima distinción de la Academia el mes próximo. A su favor tiene la creciente controversia de sus rivales, la cual podría darle un empujón a la primera posición.
Todo puede suceder en esta impredecible carrera por el Oscar 2019. Y aunque la banda Queen haya cantado victoria esta noche, aún falta un largo camino por recorrer antes de que alcen la voz al ritmo de «We Are The Champions».