Private Life (Vida Privada) es el esperado follow-up de la directora y escritora Tamara Jenkins. Tuvo que pasar más de una década para que Jenkins volviera al cine con un nuevo dramedy, aunque esta vez haciéndolo de la mano de Netflix. La cinta protagonizada por Paul Giamatti y Kathryn Hahn pareciera desarrollarse en el mismo universo cinematográfico de Noah Baumbach y Woody Allen, teniendo a la ciudad de Nueva York como escenario y personaje central en la historia.
Giamatti y Hahn interpretan a Richard y Rachel, una pareja de artistas que han hecho hasta lo imposible con tal de tener un hijo. Aunque ya rozan los cincuenta años de edad, ambos aún mantienen la esperanza de convertirse en padres, intentando desde costosos procedimientos de fecundación in vitro, hasta decepcionantes experiencias de adopción. Mientras sus seres cercanos opinan que la pareja ha llegado al borde de la obsesión, lo cierto es que la constante preocupación ha comenzado a cobrar factura en su relación.
Ante la esperanzadora noticia sobre la posibilidad de conseguir un donante de óvulos, la pareja decide involucrar a su sobrina Sadie (Kayli Carter), una jovencita sin metas fijas en la vida que se encuentra viviendo temporalmente en el apartamento de éstos. Ahora será Sadie quien deberá tomar una importante decisión, la cual podría costarle su ya deteriorada relación con su madre (Molly Shannon), o bien, ayudar a sus tíos que siempre han estado de su lado cuando requiere de apoyo.
Private Life nos muestra los extremos a los que muchas parejas se someten con tal de procrear un hijo. Existe una cierta predisposición o exigencia de la misma sociedad sobre la necesidad de formar una familia, de lo contrario, uno es juzgado como si estuviera infringiendo una norma importante. Tal es el caso de Richard y Rachel, quienes a pesar de tener una relación y un estilo de vida envidiable, ambos se sienten insatisfechos y derrotados al no poder traer un hijo al mundo.
Aunque gran parte de la película gira en torno al proceso de embarazo y adopción de los protagonistas, al final lo más importante es su viaje como pareja, el aprendizaje, y la manera de enfrentar juntos los conflictos y obstáculos que se les presentan en la vida. Ya extrañábamos al Paul Giamatti de Sideways y American Splendor, aunque aquí la verdadera estrella del filme es la comediante Kathryn Hahn. Su interpretación captura tanto la dulzura y la desesperación de su personaje. No podemos concebir la misma actuación con otra protagonista que no sea Hahn, quien imprime naturalidad a un rol que demanda talento para el melodrama y la comedia. Una de mis actuaciones favoritas del 2018. La otra gran actuación es la de Kayli Carter, quien da vida a Sadie. Aunque Carter ya había participado previamente en series de televisión y en cine, su interpretación es toda una revelación.
Tamara Jenkins captura el estilo bohemio y artístico de la ciudad de Nueva York y lo contrasta con los conflictos personales de la pareja central. De pronto nos olvidamos de la inmensa ciudad que les rodea para enfocarnos en las problemáticas de los dos personajes principales. Su exquisito guión logra el perfecto balance entre el drama y la comedia, y sus diálogos tan asertivos e inteligentes son de lo mejor que hemos disfrutado este 2018.
Private Life es uno de los mejores filmes originales que Netflix ha lanzado, y es una de mis comedias preferidas del año. Un relato contado con mucha naturalidad y mucho corazón sobre el deseo humano de la paternidad y la maternidad, y el difícil camino que algunas personas están dispuestas a recorrer con tal de lograrlo.
Calificación: ****
Título original: Private Life (Vida Privada)
Año: 2018
País: Estados Unidos
Dirige: Tamara Jenkins
Con: Kathryn Hahn, Paul Giamatti, Molly Shannon, Kayli Carter y John Carroll Lynch
Cine Sin Fronteras 