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Reseña – Ready Player One (Comienza el Juego)

Hace apenas unos meses estábamos conversando sobre Steven Spielberg y The Post, un drama político con un gran mensaje de urgencia que terminó llevándose dos nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Película. En nuestra reseña hablábamos de cómo Spielberg, tras cinco décadas de trabajo, continuaba sorprendiéndonos con su manejo de estilo en una de sus cintas más importantes desde Saving Private Ryan. Ahora, con el estreno de Ready Player One (Ready Player One: Comienza el Juego), su más reciente proyecto cinematográfico, el director de 71 años de edad no solo consigue volver a sorprendernos, sino que también deja en claro el porqué es uno de los cineastas más versátiles de la industria, y uno de los grandes autores aún vigentes dentro del mundo de Hollywood.

El término blockbuster, que se aplica hoy en día a las películas que consiguen convertirse en fenómenos de taquilla, surgió gracias a la cinta Jaws en 1975. Desde entonces, y en cada década, Spielberg se ha encargado de revolucionar este género de cine. Lo hizo en los años ochenta con E.T.: The Extraterrestrial, Jurassic Park en los noventa, y – en nuestra opinión – Minority Report en los 2000s. Mezclando live-action con animación ultra-realista, Ready Player One está destinada a convertirse en la entrega que defina la filmografía del norteamericano en esta segunda década del siglo presente.

Basada en la novela homónima de Ernest Cline, Ready Player One nos transporta hasta el año 2045 en la ciudad de Columbus, Ohio. Ahi conocemos al protagonista de la saga Wade Watts (Tye Sheridan), un jovencito amante de la cultura pop de los años 80 que, al igual que el resto de su generación, se la vive conectado al Oasis todo el día. El Oasis es un mundo de realidad virtual que ha existido por casi veinte años, y que permite a cualquier persona convertirse en su alter-ego virtual para vivir fascinantes aventuras e interactuar con otros usuarios de la gigantesca plataforma de videojuego. Cuando Halliday (Mark Rylance) fallece, el creador del Oasis deja una serie de easter eggs o pistas escondidas dentro del universo y ofrece, a quien logre resolver acertadamente a los acertijos, el completo control de la plataforma.

Wade, a través de su avatar llamado Parzival, buscará encontrar las tres llaves escondidas por Halliday, aunque para ello deberá enfrentarse al líder de la compañía tecnológica IOI (Ben Mendelsohn), quien movido por el interés económico desea convertirse en el nuevo dueño del Oasis. Wade encontrará ayuda en un grupo de amigos que, al igual que él, desean que el mundo de realidad virtual quede en manos de alguno de sus usuarios, y no de un conglomerado.

Lo que sigue a continuación es un impresionante despliegue de efectos especiales, plagado de una gran cantidad de referencias a la cultura pop norteamericana de los años 80, y acompañado de una banda sonora que incluye los grandes éxitos que inmortalizaron a dicha década. La carrera de automóviles que tiene lugar en los primeros minutos de la película es una secuencia vertiginosa y llena de adrenalina que funciona a la perfección gracias a la destreza detrás de cámaras de Spielberg. Es como si estuviéramos inmersos en una de las atracciones de un parque temático como Disneyworld o Universal Studios, pero desde la comodidad de nuestra butaca de cine.

El realizador también aprovecha la oportunidad para incluir referencias a otros directores de cine que al igual que él, marcaron a la generación que nació y creció en 1980. Tenemos, por ejemplo, el cubo de Zemeckis (en honor a Robert Zemeckis, director de Back to the Future), referencias a The Breakfast Club de John Hughes, e incluso el nombre de la ciudad Columbus, podría tomarse como referencia a Chris Columbus (escritor de Gremlins y otras obras ochenteras). Por último, tenemos la referencia máxima a Stanley Kubrick, cercano colega de Spielberg, en una secuencia que dejará a los fanáticos del aclamado realizador con la boca abierta.

A pesar de sus casi dos horas y media de duración, Ready Player One logra tenerte al filo del asiento y completamente entretenido de principio a fin. En lo personal, Ready Player One nos llevó hasta nuestra infancia, y nos hizo sentir como la primera vez que disfrutamos de películas como Jurassic Park en la pantalla grande.

Mark Rylance, quien vuelve a colaborar con Steven Spielberg por tercera ocasión, ofrece uno de los personajes más memorables de esta aventura, al interpretar al enigmático y simpático creador del Oasis. El elenco juvenil encabezado por Tye Sheridan, Olivia Cooke y Lena Waithe hace un trabajo formidable, y Ben Mendelsohn es un temible villano que en ocasiones raya en la caricatura, pero que jamás se aparta del tono de la cinta.

Detrás del escapismo y diversión que Ready Player One ofrece a uno como espectador, la película también aprovecha la ocasión para ofrecer una crítica sobre el rol que la tecnología juega en nuestras vidas. A pesar de que la historia se ubica en el futuro, la forma en la cual los personajes interactúan con la tecnología en su vida diaria es un reflejo de lo que ya podemos ver hoy en día: la pérdida de interacción humana, la vulnerabilidad de la información privada que estas aplicaciones recolectan, y la obsesión de vivir en un mundo virtual detrás del anonimato que ofrecen avatares o alter-egos. Spielberg no se pronuncia en contra de la tecnología, sino que propone el alcanzar un balance necesario para disfrutar de la belleza que ofrece «el mundo real».

Prepárense para vivir esta aventura de ciencia ficción, y para ser sorprendidos nuevamente por Steven Spielberg y este fantástico universo lleno de personajes entrañables que los dejará cantando los grandes éxitos musicales de hace 30 años.

Calificación: *** 1/2

Título original: Ready Player One (Comienza el Juego)

Año: 2018

País: Estados Unidos

Dirige: Steven Spielberg

Con: Tye Sheridan, Olivia Cooke, Lena Waithe, Ben Mendelsohn y Mark Rylance

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