Desde su arranque, con la pantalla totalmente oscura mientras suena la escalofriante obertura a cargo de Mica Levi, The Zone of Interest (La Zona de Interés) nos sumerge inmediatamente en una atmósfera de terror absoluto. Una donde los horrores están presentes de manera constante, ya sea en los gritos de angustia que alcanzan a escucharse a lo lejos, o en el insoportable olor a muerte que cada noche impregna los rincones del pulcro hogar de la familia Höss. Una vivienda modesta que se ubica dentro de la llamada interessengebiet, o zona de interés, el área perimetral al campo de concentración situado en la ciudad polaca de Auschwitz.
Rudolf (Christian Friedel), el patriarca, es el comandante a cargo de dicho centro de exterminio, donde se estima que perecieron más de un millón de personas a manos del régimen nazi. Por el día, mientras éste cumple con las deplorables órdenes de sus superiores, su esposa Hedwig (Sandra Hüller) supervisa el trabajo de varios prisioneros que le ayudan tanto con las labores domésticas, como con el mantenimiento de su enorme huerto y jardín cuya belleza, incluso, es producto de los devastadores actos que ocurren en el terreno adyacente.
La indiferencia de ambos ante las atrocidades de las cuales son partícipes tiene un precio: la casa de campo con la que siempre soñaron, el acceso a una buena educación para sus hijos, vestimentas elegantes, y viajes de placer al extranjero. La promesa de obtener un mejor estilo de vida a cambio de seguir ciegamente una ideología, sin cuestionar moralmente las creencias o ideas en las que se basa. Un silencio, como el de la madre de Hedwig que opta por quedarse callada a pesar de observar horrorizada las fumarolas que iluminan el cielo nocturno de color rojo, que se convierte en un pecado por omisión.
Y aunque es evidente, en más de una ocasión, que tanto Rudolf como su esposa están conscientes de las graves consecuencias de sus actos, ya sea al intentar desesperadamente compartimentar sus vidas entre sus responsabilidades y el tiempo con sus hijos, o bien, en los malestares físicos que padecen con frecuencia sin explicación alguna, lo cierto es que el poder y la codicia los han llevado a perder por completo su compás moral.
Basada libremente en la novela homónima del autor Martin Amis, quien falleció justamente el día que la película tuvo su estreno mundial en la edición 76 del Festival de Cannes, The Zone of Interest se aparta del enfoque tradicional y tan convencional que suelen tener las historias sobre el Holocausto. A diferencia de otras producciones donde la tragedia es retratada a cuadro, o en las cuales los comandantes son caricaturizados para mostrar su falta de humanidad y empatía, el filme dirigido por Jonathan Glazer subvierte las expectativas y crea un relato incluso más potente y desgarrador.
Aunque a distancia, y en ocasiones hasta imperceptible, la dimensión del dolor se transmite en cada una de sus imágenes, fotografiadas por el extraordinario lente de Lukasz Zal (Ida, Cold War). Asimismo, su increíble diseño de sonido genera un entorno de absoluta inmersión, a veces más efectivo en emoción que lo que vemos en pantalla. El director coloca la cámara estratégicamente alrededor de sus personajes para darnos tomas fijas, casi como si se tratara del metraje de un dispositivo de vigilancia, permitiéndonos observar cada detalle desde una perspectiva casi voyerista, pero siempre en contexto con la tragedia que se desarrolla a su alrededor.
Tras una década de ausencia desde la aclamada Under the Skin, Jonathan Glazer retorna con una impresionante obra maestra que explora la debilidad humana y los impulsos capaces de conducir a cualquier individuo al lado equívoco de la historia. En una época en la que nuevas ideologías basadas en odio han ido ganando fervientes seguidores, o en la que incluso la veracidad de hechos como el Holocausto ha sido puesta en tela de juicio, The Zone of Interest es más que oportuna. Es un recordatorio del espiral descendiente hacia la oscuridad y del eventual olvido que aguarda al final de las escaleras para quien decida seguir ese camino sin gloria. Su audaz conclusión, además de dejarnos boquiabiertos, ha provocado que las lágrimas sean difícil de controlar. Una imagen potente y necesaria que comprende a la perfección el mensaje del filme: invitándonos a repasar el pasado para advertirnos del futuro, con la firme intención de evitar que una catástrofe de tal magnitud vuela a repetirse.
The Zone of Interest forma parte de la programación de la edición 76 del Festival de Cannes, el cual se efectúa del 16 al 27 de mayo del 2023. La película será distribuida por A24 a finales del 2023.

Título original: The Zone of Interest (La Zona de Interés)
Año: 2023
País: Estados Unidos, Inglaterra, Polonia
Dirige: Jonathan Glazer
Con: Christian Friedel y Sandra Hüller