El cine de ciencia ficción nos ha llevado a explorar los confines del universo en busca de respuestas a nuestros cuestionamientos existenciales. La odisea espacial 2001 de Stanley Kubrick estudiaba la obsesión del humano por el conocimiento, al grado de llevarlo a su propia extinción. Décadas más tarde, Christopher Nolan nos conduciría por un épico viaje intergaláctico para reflexionar sobre las relaciones entre padres e hijos en Interstellar. Ante la imposibilidad de responder a interrogantes tan simples como ¿quiénes somos y de dónde venimos?, los humanos hemos volteado al espacio con la esperanza de encontrar explicaciones a nuestras incertidumbres. Son tantos los misterios que se esconden a millones de años luz de la Tierra, que quizá esos lugares logren aclarar finalmente las dudas filosóficas que, por siglos, han consumido a la humanidad.
En Ad Astra (Hacia las Estrellas), el director James Gray (The Lost City of Z, The Immigrant, Two Lovers) retoma la idea de utilizar la travesía espacial como la representación de un viaje más introspectivo y existencial. El aislamiento y la soledad se convierten en catalizadores de un auto-estudio emocional y liberador. Una expedición hacia lo desconocido en busca de respuestas personales, donde los miedos más profundos deberán enfrentarse con valor.
En un futuro cercano, los avances científicos y tecnológicos han permitido que el hombre salga a la conquista del universo. Los asentamientos en la Luna y Marte son una realidad, y los viajes al espacio son tan comunes como volar en un avión. Sin embargo, la inquietud sigue siendo la misma: ¿estamos solos en el universo?. Un cuestionamiento que un grupo de apasionados astronautas busca resolver como parte de la misión del llamado Proyecto Lima.
Tras una serie de extrañas descargas eléctricas provenientes del espacio, el astronauta Roy McBride (Brad Pitt) recibe la tarea de investigar dicho fenómeno cósmico. Las primeras averiguaciones indican que las alteraciones tienen su origen cerca de la órbita de Neptuno. Estas corresponden con las últimas coordenadas del Proyecto Lima, cuya nave espacial perdió comunicación hace más de 16 años. De inmediato, Roy se sobresalta. Su padre, Clifford McBride, a quien no ha visto en más de tres décadas, formaba parte de dicha misión. El protagonista decide embarcarse en una peligrosa travesía por el sistema solar para confirmar si su padre sigue vivo, y de paso, salvar al planeta de una terrible catástrofe.
Ad Astra se convierte entonces en una misión de carácter personal para el personaje principal. Un viaje de redención en busca de paz interior. La película deja en claro que la relación entre Roy y Clifford nunca fue armoniosa, y que Clifford prefirió enfocarse completamente en el trabajo, abandonando las necesidades de su familia. Pese a ello, el protagonista siempre vio a su padre como un ejemplo a seguir, y gracias a él fue que decidió convertirse en astronauta. Roy fue acumulando todos estos sentimientos en su interior, trayéndole insatisfacción y fracaso en sus relaciones interpersonales.
Brad Pitt captura las emociones de su personaje a la perfección. Desde su carácter estoico al inicio de la cinta, hasta los momentos tan íntimos en los que la cámara se posa sobre su rostro y observamos su lucha por externar sus sentimientos, la presencia de Pitt es cautivadora e hipnótica. Sus conflictos son, en cierta medida, el resultado de las normas sociales que dictan que los hombres no deben llorar ni expresar sus emociones. La película nos muestra las consecuencias de intentar reprimir los sentimientos, y sus efectos en la salud mental de los individuos.
Quienes vayan en busca de una cinta de acción y aventuras saldrán un poco decepcionados, ya que Gray ofrece un relato de ciencia ficción más contemplativo. Un gran punto a su favor es la impresionante fotografía a cargo de Hoyte Van Hoytema, quien también trabajo junto a Nolan en Interstellar y Dunkirk. En lo personal, Ad Astra me pareció visualmente arrebatadora, pero no logró tener el mismo impacto a nivel emocional. Pitt es magnífico, pero a su personaje le falta mayor definición, sobretodo al momento de establecer la relación con su padre y su pareja. Estos pequeños detalles fueron creando una barrera que me impidió conectar más a fondo con los conflictos internos del protagonista. No obstante, Ad Astra es una experiencia para disfrutarse en la pantalla grande y apreciar no solo su proeza técnica y la maravillosa música de Max Richter, sino también la interpretación de Brad Pitt, quien en el mismo año nos ha dado dos de las mejores actuaciones de su carrera.
Calificación: ***
Título original: Ad Astra (Hacia las Estrellas)
Año: 2019
País: Estados Unidos, China, Brasil
Dirige: James Gray
Con: Brad Pitt, Tommy Lee Jones, Donald Sutherland, Ruth Negga y Liv Tyler