La obra literaria de la autora Guadalupe Loaeza es el punto de partida para la cinta mexicana Las Niñas Bien (The Good Girls), el segundo largometraje de ficción dirigido por Alejandra Márquez Abella (Semana Santa). La historia nos transporta hasta el México de 1982. En la radio suenan las melodías de Julio Iglesias, la moda consiste en usar vestidos con hombreras anchas, y el entonces presidente Miguel de la Madrid acapara las primeras planas de los periódicos con su estricto plan de austeridad como forma de combatir la terrible crisis económica por la cuál atraviesa el país. Lo único que permanece constante entre 1982 y el 2018 es la frivolidad y la falsedad que caracteriza a la clase alta mexicana.
Sofía (Ilse Salas) es una socialité que vive en Las Lomas, una de las colonias más exclusivas de la Ciudad de México. Cuando ésta no se encuentra de compras en las boutiques más prestigiosas de Nueva York, la vemos en el club deportivo tomando café junto a sus amigas u organizando grandes eventos que reúnen a la crème de la crème de la capital. Sus hijos asisten a campamentos de verano en el extranjero donde el único requerimiento es que no se junten con otros niños que hablen español. Proviene de una cultura llena de privilegios que la hacen sentirse dueña del mundo que le rodea.
Sin embargo, Sofía está a punto de llevarse el gran reality check de su vida luego de que su marido pierde su empleo y gran parte del patrimonio que poseen. De pronto, sus amistades más cercanas comienzan a esfumarse hasta que se convierte en una persona non grata. A pesar de la crisis familiar (y existencial) por la que atraviesan, Sofía decide mantener la frente en alto, vistiendo sus prendas más elegantes y presumiendo un estilo de vida que ahora le resulta tan distante. Desafortunadamente, nada logra llenar el gran vacío en su interior, ni siquiera sus sueños donde el cantante Julio Iglesias llega para rescatarla de la monotonía y la soledad.
Las Niñas Bien tiene un estilo impecable que conquista al espectador desde el primer instante. Márquez Abella nos ofrece una producción de gran calidad técnica, empezando por el magnífico diseño de vestuario, maquillaje y escenografía que nos transportan de inmediato al México de los años ochenta. La música y el trabajo de fotografía también juegan roles de suma importancia en la cinta, sobretodo para ir reflejando la caída del personaje principal de su pedestal de oro.
La otra razón por la cual Las Niñas Bien funciona es gracias a la fabulosa actuación de Ilse Salas en el papel protagónico. Una soberbia interpretación que transmite la melancolía y la confusión de un personaje que ha crecido con todos los privilegios, y que no logra comprender la idea de que el mundo a su alrededor se está cayendo a pedazos. Vemos esa fachada que intenta construir para ocultar sus emociones, para crear una una farsa de la cuál se ha convertido en la actriz principal. Flavio Medina, Paulina Gaitán y Cassandra Ciangherotti complementan el reparto del drama. Por cierto, Cassandra está estupenda como siempre y su look a la Rebecca Jones en Cuna de Lobos da en el clavo.
Obviamente Las Niñas Bien busca criticar la hipocresía, la falsedad y la soledad que existe en los altos círculos sociales de México, y aunque por momentos lo consigue, como cuando vemos a Sofía comer (y disfrutar) una quesadilla luego de haber preparado pulpo para sus invitados, el resultado termina siendo un tanto mixto. La temática me hizo recordar a La Ciénaga de la argentina Lucrecia Martel, también una dura crítica a la burguesía de su país. Las absurdas situaciones nos permiten burlarnos de las ridiculeces de un grupo social que se alimenta del chisme y de la desgracia ajena. Sin embargo, Las Niñas Bien también intenta generar simpatía a través de su personaje principal, y ahí fue donde la película me perdió un poco. Entiendo el querer pintar a la protagonista como víctima de sus propias circunstancias y de su formación, pero me pareció imposible empatizar con sus desgracias.
El título de la película no solo es un término utilizado para describir a alguien con dinero. Es también la expectativa de la sociedad con respecto al comportamiento de las mujeres. Se expone el machismo en la cultura mexicana y el rol de «niña bien» que se espera de las esposas. Alguien cuya opinión no tiene el mismo peso que la del marido. Alguien incapaz de tomar decisiones por cuenta propia sin la aprobación del esposo. En este aspecto, la película sale mejor librada al hablar y criticar esa doble moral que existe en la sociedad del país.
Las Niñas Bien es una interesante propuesta con un alto nivel de manufactura y con una extraordinaria actuación principal de Ilse Salas. Aunque termina faltándole un poco de punch al juzgar a la clase alta de México, la película aventaja en su crítica hacia el rol de las mujeres en la cultura del país. Las Niñas Bien también es un triste recordatorio que el estilo de vida y la idiosincrasia de la alta sociedad no ha cambiado en casi cuarenta años. Lo seguimos viendo diariamente con los escándalos que involucran a mirreyes, lords y ladies, quienes continúan viviendo en su propia burbuja, creyendo que el resto del mundo está a su disposición.
Calificación: ** 1/2
Título original: Las Niñas Bien (The Good Girls)
Año: 2018
País: México
Dirige: Alejandra Márquez Abella
Con: Ilse Salas, Flavio Medina y Cassandra Ciangherotti