En una de las escenas de la película, Mrs. Whatsit, interpretada por la ganadora del Oscar Reese Witherspoon, le ofrece a Meg, la joven protagonista de la historia, un regalo: el de sus defectos o imperfecciones. Y es precisamente esa frase la que se me vino a la mente luego de terminar la función de A Wrinkle in Time (Un Viaje en el Tiempo), la más reciente mega-producción de ciencia ficción de los estudios Walt Disney, basada en la popular novela homónima de Madeleine L’Engle, y llevada a la pantalla grande por la realizadora Ava DuVernay (Selma). Una producción de alto presupuesto que pese a sus buenas intenciones, termina perdiéndose en un universo plagado de desaciertos e imperfecciones.
La historia gira en torno a Meg (Storm Reid), una adolescente que no consigue superar la misteriosa desaparición de su padre, Mr. Murry (Chris Pine), un científico en busca de traspasar los límites del tiempo y del espacio. Con la ayuda de su hermano menor Charles Wallace, y acompañada de su compañero de clase Calvin, los tres chicos se embarcan en un fantástico viaje que los llevará a descubrir nuevos mundos llenos de magia, con la finalidad de rescatar a Mr. Murry quien ha quedado atrapado en un planeta rodeado de oscuridad.
Los personajes no estarán solos durante esta peligrosa misión. Ellos estarán bajo el cuidado de tres seres mágicos: Mrs. Whatsit (Whiterspoon), capaz de convertirse en una enorme lechuga voladora, Mrs. Who (Mindy Kaling), quien recita frases célebres de figuras importantes, y Mrs. Which (Oprah Winfrey), cuya majestuosidad pareciera la de un dios.
A pesar de que la obra original de A Wrinkle in Time está cargada de temas cristianos y religiosos, la película opta por enfocarse únicamente en la batalla entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, que existe en cada uno de nosotros. Y aunque dicho mensaje está presente a lo largo del largometraje, desafortunadamente su afán por crear un relato lleno de símbolos y metáforas termina por convertir este viaje en uno lleno de aburrimiento y confusión.
Para una producción de este calibre, los efectos especiales dejan mucho a desear, incluyendo la lechuga voladora que termina siendo uno de los detalles más memorables de esta fallida historia de ciencia ficción. DuVernay, quien se convirtió en la primera mujer afro-americana en dirigir un proyecto cinematográfico con un presupuesto mayor a los 100 millones de dólares, se esfuerza por ponerle corazón y emoción a un relato denso y complejo. La historia se siente apresurada y forzada, algunos personajes no aportan algo significativo a su desarrollo (como el compañero de escuela Calvin, o el médium interpretado por Zach Galifianakis), mientras que otros como Charles Wallace, pasa de ser un simpático niño a un irritante villano sin mucha explicación.
Más allá de reconocer y abrazar sus imperfecciones, A Wrinkle in Time opta por tomarse demasiado en serio y es por ello que resulta imposible pasar un rato agradable. La trama se vuelve tediosa y confusa, el humor es inexistente, y el sentimentalismo demasiado artificial. A Wrinkle in Time es una de las primeras grandes decepciones cinematográficas del 2018.
Calificación: * 1/2
Título original: A Wrinkle in Time (Un Viaje en el Tiempo)
Año: 2018
País: Estados Unidos
Dirige: Ava DuVernay
Con: Storm Reid, Oprah Winfrey, Reese Witherspoon, Mindy Kaling, Levi Miller, Deric McCabe, Chris Pine y Gugu Mbatha-Raw
Cine Sin Fronteras 