Muchos hombres y mujeres entregan su vida entera en este mundo con tal de alcanzar el paraíso. Para los dos protagonistas masculinos de Tiempo Compartido, Pedro y Andrés, esa idealización del paraíso se ve representada en un resort vacacional ubicado en las costas del Pacífico mexicano. Uno es empleado del complejo hotelero, el otro es un huésped que busca formar parte de la organización. Ambos tienen la esperanza que dicho paraíso traerá la anhelada felicidad tanto a sus vidas como a la de sus familiares cercanos.
Estrenada en enero pasado como parte de la selección oficial del Festival de Cine de Sundance, en el cuál se hizo merecedora del premio a Mejor Guión, Tiempo Compartido se aleja de los convencionalismos narrativos que normalmente se nos presentan en el cine mexicano, para dar paso a una fábula que el mismo director Sebastian Hofmann (Halley) describió como un sueño que se convierte en una pesadilla antes del arranque de la primera función ante el público mexicano como parte de la edición número 33 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
Aunque Hofmann señaló a Stanley Kubrick y The Shining como mayores influencias para la realización de su segundo largometraje, nosotros observamos más guiños hacia el estilo visual y narrativo del cineasta norteamericano David Lynch al crear atmósferas que nos hacen cuestionar la realidad de lo ficticio. Un flamenco rosa aparece en repetidas ocasiones en pantalla, como símbolo de lo mágico y lo irreal. Es entonces, con los paralelismos entre las historias de los dos personajes principales y el uso del color, que uno comienza a preguntarse dónde termina la línea entre lo real y lo imaginario.
La cinta arranca como si se tratara de una comedia de enredos. Pedro (Luis Gerardo Méndez) y su familia se hospedan en una de las villas del hotel como parte del programa de tiempo compartido. Sin embargo, sus perfectas vacaciones se verán interrumpidas por la llegada de Abel (Andrés Almeida), acompañado por su esposa y dos hijos pequeños. Resulta que el personal del resort sobre-vendió las propiedades, por lo que no les queda de otra más que compartir su estancia en la misma villa. Abel acepta la oferta de inmediato, mientras que Pedro se muestra renuente. Pronto, la paranoia lo invade, haciéndolo pensar que la corporación hotelera está dispuesta a separarlo de su familia.
Al mismo tiempo se desarrolla la historia de Andrés, interpretado por un Miguel Rodarte casi irreconocible, quien junto a su esposa Gloria han trabajado por años en el complejo vacacional. Después de sobrevivir una tragedia familiar, la vida de Andrés pierde todo sentido, por lo que la administración del hotel decide refundirlo en el área de lavandería. Andrés verá reflejado en Pedro sus propios conflictos personales y familiares, por lo que decidirá ayudarlo ante los maquiavélicos planes del conglomerado norteamericano que recién acaba de tomar el mando del paradisiaco hotel mexicano.
Tiempo Compartido es ambigua por naturaleza, dejando al espectador a sacar sus propias conclusiones e interpretaciones. Para nosotros, la película funciona por su comentario con tintes políticos y sociales. Primeramente observamos la perdición del mexicano ante la tentación del materialismo y el capitalismo. El personaje de Pedro pareciera resistirse a ello, aunque al mismo tiempo éste cree que este paraíso terrenal es la única forma de conseguir la felicidad. Asimismo, la película nos habla del colonialismo casi invisible que existe hoy en día, en el cual corporaciones extranjeras manejan las principales atracciones turísticas en México, convirtiéndose en oasis vacacionales para personas de otros países, pero en pesadillas vueltas realidad para los mexicanos. Estas empresas parecieran estar dispuestas a remover la identidad nacional, transformando sutilmente la manera en como sus trabajadores hablan e interactúan con sus clientes.
Aunque nos pareció que Tiempo Compartido intenta abordar muchos temas y no todos ellos logran encontrar un cierre perfecto, la película sorpresivamente funciona. Gran parte de ello se debe al trabajo del elenco, pero también al estilo visual y a la edición del filme. Es una aventura que jamás toma la ruta más corta o el camino ya conocido, sino que nos lleva por un laberinto alucinante y lleno de misterios.
Calificación: ***
Título original: Tiempo Compartido (Time Share)
Año: 2018
País: México, Holanda
Dirige: Sebastián Hofmann
Con: Luis Gerardo Méndez, Miguel Rodarte, Cassandra Ciangherotti, Monserrat Marañon y Andrés Almeida