Okja es el proyecto cinematográfico más ambicioso que el gigante de streaming Netflix ha lanzado hasta la fecha, el cual forma parte de la estrategia maestra de la compañía por quebrantar el modelo de distribución de películas que los grandes estudios de Hollywood han monopolizado desde hace décadas. Para algunos realizadores, el «modelo Netflix» ofrece una oportunidad única: no solamente posiciona la película en los televisores y dispositivos móviles de más de 98 millones de suscriptores alrededor del mundo, sino que también otorga a los directores plena libertad creativa. Esto último fue uno de los factores principales que empujaron al director coreano Bong Joon-ho a darle el sí a Netflix. Reconocido por los filmes The Host y Snowpiercer, Bong Joon-ho pasó un trago amargo con la distribución de ésta última ya que Harvey Weinstein se empeñó en hacer cambios al corte final de la cinta. El director se opuso y en venganza, The Weinstein Company lanzó la película a cines sin promoción y con un estreno simultáneo en plataformas digitales. Por el contrario, Netflix le dio un trato totalmente distinto: completa libertad creativa y un presupuesto de 50 millones de dólares.
El cine de Bong Joon-ho se caracteriza por sus temáticas de denuncia social y Okja no es la excepción. La cinta arranca en el año 2007 con la excéntrica Lucy Mirando (Tilda Swinton) quien acaba de tomar las riendas de la corporación Mirando, la cual estuvo al mando de su tirano padre y de su hermana, quienes le dieron una mala imagen a la compañía. La nueva CEO quiere cambiar las cosas para que la gente vuelva a confiar en la empresa, y eso espera lograr con la llegada de un producto innovador, «orgánico» y sustentable: se trata de una especie de cerdo que acaba de ser descubierta, la cuál será capaz de acabar con la problemática mundial del hambre dentro de 10 años. Es por ello que la compañía decide enviar un grupo de mega-puercos a distintas partes del mundo con tal de que éstos sean criados de forma natural por ganaderos, para posteriormente ser sacrificados (y convertidos en comida) en el 2017.
Uno de estos puercos es Okja, quien termina en Corea del Sur bajo el cuidado de la pequeña Mija (An Seo Hyun) y su abuelo. Mija y su mascota han desarrollado una conexión tan estrecha que cuando llega la hora de que Okja regrese a los Estados Unidos, Mija hará todo lo posible por evitar que esto suceda y lograr que la criatura regrese a su hogar. Esto desatará una serie de aventuras en las cuales la protagonista recibirá la ayuda de un peculiar grupo en contra del maltrato animal liderado por Jay (Paul Dano).
Okja arranca como un tierno y conmovedor relato sobre una jovencita que ante la ausencia de sus padres ha encontrado el cariño y apoyo en su gigantesca mascota, la cuál en ocasiones parece un perro enorme, mientras que en otras se asimila a un elefante o hasta un hipopótamo. Posteriormente, con el traslado de Okja a los Estados Unidos, la película deja atrás su inocencia para llevarnos por una frenética persecución en las calles de Seúl. Finalmente, la película vuelve a cambiar el tono y ésta se convierte en un relato oscuro y macabro totalmente opuesto a lo que vimos durante la primera parte de la historia. Aunque cada parte tiene lo suyo, lo cierto es que el cambio tan drástico de tono a lo largo de la cinta hace que la experiencia sea un tanto irregular.
Okja nos receta grandes efectos especiales comparables a los de un blockbuster de verano y eso es precisamente una de nuestras críticas: Okja es un trabajo arriesgado, original y de grandes proporciones que merecía ser exhibido en las pantallas grandes de todo el mundo. El hecho de que la cinta será relegada a un catálogo virtual de películas disponible a través de teléfonos celulares y tabletas hará que se pierda mucha de la magia. Nosotros tuvimos la oportunidad de ver la película en el cine y fue una experiencia única que jamás podrá ser reemplazada por la televisión en mi casa.
La inglesa Tilda Swinton es quien se roba la película junto a la jovencita An Seo Hyun, quien actúa mayormente en coreano. Swinton ha demostrado su capacidad camaleónica en repetidas ocasiones a través de sus colaboraciones con Wes Anderson y los hermanos Coen. En Okja no es la excepción, y Tilda vuelve a hacer mancuerna con Bong Joon-ho luego de trabajar juntos en su filme previo, Snowpiercer. Quien de plano no logró convencernos con su interpretación fue el norteamericano Jake Gyllenhaal, dando vida a un conductor de televisión experto en animales cuya carrera va en pique. La actuación es tan exagerada y caricaturesca que desencaja con el resto de la película.
Pese a sus problemas de ritmo y tono, Okja es una aventura divertida, llena de acción y con mucho corazón. Bong Joon-ho no sólo nos ofrece un relato con un gran mensaje ecológico y ambiental, sino que también hace una dura crítica a las grandes corporaciones que se jactan de estar a favor del cuidado del planeta y de sus habitantes, cuando en realidad su codicia es el principal motor que dirige su toma de decisiones. La película muestra la despiadada manera en cómo estas organizaciones buscan enriquecerse sin importar los medios que se requieran para lograr sus intereses económicos, destruyendo ecosistemas y alterando la naturaleza.
Okja no es el mejor filme del aclamado director coreano (Snowpiercer aún nos parece su mejor película a la fecha), pero si es una de las cintas más originales y más refrescantes que podrán disfrutar este verano. Y lo mejor de todo es que si son suscriptores de Netflix, podrán verla desde la comodidad de su casa. Sin embargo, esperemos que Netflix recapacite un poco y que después de toda la controversia que se suscitó en la edición pasada del Festival de Cannes, lugar donde Okja tuvo su estreno mundial y compitió por la Palma de Oro, encuentre el balance adecuado para este tipo de estrenos de alto calibre que merecen ser vistos en la pantalla grande en compañía de una gran audiencia.
Calificación: ***
Título original: Okja
Año: 2017
País: Corea del Sur, Estados Unidos
Dirige: Bong Joon-ho
Con: Tilda Swinton, An Seo Hyun, Paul Dano y Jake Gyllenhaal