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Reseña – No Sudden Move (Ni Un Paso En Falso)

La década de 1950 es considerada por muchos como parte de la Epoca de Oro de los Estados Unidos. Un periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial en el cual la nación gozó de un grandioso boom económico gracias al impulso industrial. Las oportunidades laborales eran plenas y la realización del llamado sueño americano se encontraba en su máximo apogeo. No obstante, la nostalgia por ese pasado glorioso ha generado una especie de mitología en torno al mismo. A veces olvidamos que detrás de la susodicha prosperidad económica existía un clima de desigualdad y de segregación. Que mientras la clase media se fortalecía y emigraba hacia los nuevos suburbios, la violencia y la pobreza aún plagaba a las grandes urbes del país, afectando principalmente a comunidades minoritarias que también buscaban probar, aunque fuera una pequeña rebanada, del decadente pay de manzana del capitalismo.

En No Sudden Move (Ni Un Paso En Falso) de Steven Soderbergh, los mitos de la era dorada son expuestos a través de una historia que muestra la constante lucha de distintos personajes por alcanzar esa fortuna que tantos anhelan, pero que solo unos cuantos obtienen. El realizador lo hace muy a su manera, con un intrincado pero sumamente estilizado relato criminal que nos transporta al Detroit de 1954, y con un majestuoso reparto encabezado por Don Cheadle y Benicio Del Toro. Un filme lleno de sorprendentes giros que muestra cómo cada individuo ha armado meticulosamente su propio plan y cómo, cualquier tropiezo, podría poner en riesgo esa meta final de abundancia y éxito.

Cheadle y Del Toro interpretan a Curt y Ronald, dos criminales pertenecientes a distintos grupos de la mafia que son reclutados por un misterioso hombre de apellido Jones (Brendan Fraser) para asistir en el robo de un importante documento, propiedad de una de las principales manufactureras automotrices del país. Ambos ladrones no tienen mucho que perder. Curt acaba de salir de prisión y busca una manera rápida de conseguir dinero para pagar su pasaje hacia Kansas City y huir de sus enemigos, mientras que Roland se ha convertido en el hazmerreír de sus compañeros, restringiendo sus oportunidades de trabajo.

La tarea de los hombres es sencilla: vigilar a la familia de Matt Wertz (David Harbour), un contador de la General Motors, mientras éste hurta la documentación confidencial de la oficina de su jefe. Sin embargo, el plan se viene abajo luego de que Matt encuentra vacía la caja fuerte, y los criminales caen en cuenta que su encomienda no es más que una trampa para desaparecerlos. Dispuestos a demostrar quién manda a quién, Curt y Ronald deciden trabajar en sus diferencias para montar un plan que les permita salir con vida y, de paso, con unos cuantos miles de dólares. Para ello, deberán negociar con los cabecillas de las peligrosas mafias que controlan la ciudad y con los ejecutivos de las compañías automotrices, al mismo tiempo que intentan escapar de las autoridades y de sus rivales, quienes han puesto un elevado precio por sus cabezas.

Soderbergh y el guionista Ed Solomon construyen en No Sudden Move una historia impredecible que nos mantiene en completo suspenso de principio a fin. Algunos giros funcionan mejor que otros pero, en conjunto, consiguen que el ritmo y la energía del relato no decaiga. Gran parte de ello también se debe al trabajo del reparto, iniciando por Don Cheadle y Benicio Del Toro, quienes tienen buen rapport como co-protagonistas. Tras años de ausencia en cine, es un deleite volver a ver a Brendan Fraser, aunque sea en una breve aparición secundaria. El resto del elenco es complementado por David Harbour, en un papel completamente distinto al que le vimos recientemente en Black Widow, Ray Liotta, Jon Hamm, Julia Fox, Amy Seimetz, Kieran Culkin y Noah Jupe, así como un invitado sorpresa que no revelaremos para evitar arruinarles su experiencia.

El director utiliza varios lentes de tipo fish eye que, si bien son efectivos en tomas fijas de interiores, resultan un tanto desconcertantes durante secuencias con excesivo movimiento. Es probable que dicha decisión creativa sea una manera de Soderbergh para hacer más tangible esa realidad desfigurada por la que atraviesan los personajes, y posiblemente funcione mejor en la pantalla de cine. Desafortunadamente, el resultado final no tiene el mismo impacto al verlo en la pantalla de televisión. Algo más que también funciona en su contra es lo confuso de su enmarañada historia, sobre todo al introducir a tanto personajes en tan poco tiempo. Aunque las amistades, enemistades y confabulaciones van aclarándose durante la segunda mitad del metraje, hubo momentos al inicio del mismo en los que uno se distrae por estar tratando de atar cabos y entender las motivaciones detrás de los hechos que se nos presentan.

A pesar de ello, No Sudden Move es un sólido drama criminal con mucho suspenso y buenas actuaciones. La recreación de los años 50 es fantástica, y la ejecución – fuera del lente tan abrumador – es precisa. Una historia que muestra la lucha de poder y la ambición capitalista de la Epoca de Oro de los Estados Unidos, y que rompe con los mitos de una sociedad perfecta donde todo era prosperidad y copiosidad. Una de sus principales virtudes es la de mostrarnos esa desigualdad en la obtención del sueño americano, incluso en una era donde se nos ha enseñado que éste se encontraba al alcance de todos.

Calificación: ***

Título original: No Sudden Move (Ni Un Paso En Falso)

Año: 2021

País: Estados Unidos

Dirige: Steven Soderbergh

Con: Don Cheadle, Benicio Del Toro, David Harbour, Jon Hamm, Brendan Frasier, Julia Fox, Amy Seimetz, Kieran Culkin, Ray Liotta y Noah Jupe

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