Tras la muerte de su abuela, y luego de años de ausencia, Teresa (Barbara Colen) emprende su retorno a Bacurau, una villa brasileña tan minúscula que ni siquiera aparece en el mapa. La llegada de la joven a su pueblo natal coincide extrañamente con una serie acontecimientos inusuales que van dejando una amarga estela de muerte, trastocando la armonía entre los pobladores de la localidad. Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles co-dirigen Bacurau (Tierra de Nadie), una historia difícil de encasillar en un sólo género cinematográfico. Una especie de western distópico con elementos post-apocalípticos que carga con un fuerte mensaje político y social, el cual refleja algunas de las problemáticas actuales del país sudamericano. Quienes vayan en espera de algo similar a Aquarius (el trabajo previo de Mendonça Filho) se llevarán una inesperada pero grata sorpresa, ya que Bacurau no podría ser más diferente a ésta tanto en tono, como en estilo.
La película nos transporta a un futuro no muy lejano, en el cuál la escasez de agua ha convertido al indispensable líquido en un bien valioso y codiciado por todos. Algo así como Mad Max: Fury Road, pero en menor escala. Asimismo, el país se encuentra dividido en dos bandos. Los habitantes del sur parecieran tener un complejo de superioridad sobre sus vecinos del norte, presumiendo sus rasgos europeos como una característica distintiva e importante. Ante la falta de apoyo de un gobierno que los tiene relegados y que nunca ha cumplido con sus promesas, los pobladores de Bacurau han tenido que crear su propio sistema de mando y de defensa. Sin embargo, cuando unos extraños drones con forma de platillos voladores aparecen surcando los cielos, éstos se verán obligados a defender su tierra hasta las últimas consecuencias.
Mendonça Filho y Dornelles (este último responsable del diseño de producción de los filmes Aquarius y Neighboring Sounds) nos envuelven en una bizarra saga acompañada de situaciones absurdas, un humor punzante, y una alta dosis de violencia. Aunque al inicio toma un poco de tiempo acostumbrarse al estilo y ritmo de la cinta, una vez que se establece cierta familiaridad con los personajes, sus costumbres y las reglas de su entorno, Bacurau se transforma en una aventura mística y salvaje que nos lleva por caminos poco explorados. El trabajo del ensamble actoral es sensacional, pero la veterana actriz Sonia Braga se roba la película como la doctora del pueblo que en ocasiones se pasa de copas.
Bacurau es más que una simple alegoría sobre los conflictos internos que aquejan actualmente a la sociedad brasileña. El filme también aprovecha la oportunidad para hablar sobre aquellos problemas que provienen del exterior. Un colonialismo barbárico que amenaza con borrar la identidad del pueblo y saquear los recursos que les pertenecen. Asimismo, Bacurau es un retrato satírico sobre el sistema político del país, el cual guarda ciertas similitudes con otras naciones latinoamericanas. Gobernantes convertidos en celebridades que solamente velan por sus intereses personales, y un pueblo cansado que ha llegado al límite de sus falsas promesas.
Cautivadora y enigmática, Bacurau es un ambicioso y arriesgado proyecto que funciona gracias a su mensaje, al efectivo trabajo de dirección, a las extraordinarias atmósferas que genera, y a la sobresaliente labor del elenco. Una experiencia fílmica única e inolvidable.
Calificación: ***
Título original: Bacurau (Tierra de Nadie)
Año: 2019
País: Brasil, Francia
Dirige: Kleber Mendonça Filho, Juliano Dornelles
Con: Barbara Colen, Thomas Aquino, Sonia Braga, Silvero Pereira y Udo Kier
Cine Sin Fronteras 