Tras el merecido éxito de su ópera prima The Babadook, la realizadora australiana Jennifer Kent está de regreso para presentarnos su segundo largometraje titulado The Nightingale. En esta ocasión, Kent decide adentrarse en un género totalmente distinto, el western, para contar una brutal historia de venganza que toma lugar durante el periodo de la llamada Guerra Negra en la isla de Tasmania, al sur de Australia. Los horrores de este violento conflicto entre los colonizadores británicos y los habitantes de la región es retratado sin tapujos por el lente de la directora, resultando en una experiencia cinematográfica urgente, pero incómoda y poco placentera.
Clare (Aisling Franciosi) es una convicta de origen irlandés cuya hermosa voz evoca el canto de un ruiseñor. A pesar de haber cumplido con su condena, Clare sigue viviendo bajo las órdenes de Hawkins (Sam Claflin), un teniente británico quien se considera su dueño. Cansada de aguantar los abusos y decidida a obtener su libertad, la protagonista planea un silencioso escape junto a su esposo y su hija recién nacida. Sin embargo, cuando Hawkins se da cuenta de lo que sucede, el militar pierde los estribos y termina arrebatándole lo que más ama en la vida.
Es entonces cuando Clare, consumida por una inagotable sed de venganza, decide ir tras los pasos de Hawkins, quien ha emprendido un peligroso viaje rumbo al norte de la isla. La protagonista pide ayuda a Billy (Baykali Ganambarr), un joven que conoce la geografía de la región a la perfección, para que éste se convierta en su guía. Aunque al principio Billy se muestra renuente a las órdenes de Clare, éste pronto se da cuenta que ambos comparten el mismo dolor.
Jennifer Kent retrata un capítulo oscuro y salvaje en la historia de Australia, y lo hace de una manera totalmente brutal y desgarradora. Los actos barbáricos e inhumanos de los colonizadores son presentados de forma explícita y sin refreno. El aspect ratio utilizado en la película comprime espacios, lugares y emociones, consiguiendo elevar la tensión e intensidad del relato.
Aunque la cinta tiene un arranque muy prometedor, la historia va perdiendo su rumbo al llegar a su tercer y último acto. Varias decisiones narrativas terminan sintiéndose forzadas y algunos personajes, especialmente Hawkins, rayan un poco en lo absurdo. Sus motivaciones no son exploradas a detalle, restándole fuerza a un importante y necesario relato. La interpretación de Aisling Franciosi es sobresaliente, y ésta logra cargar con el peso completo de la película bajo sus hombros. Un trabajo excepcional considerando que se trata de su primer protagónico en cine.
Como experiencia fílmica, The Nightingale es tremendamente perturbadora e incómoda. Definitivamente no será una cinta para todos gustos debido a su alto contenido gráfico. Habrá quienes quizá consideren que la violencia es demasiado gratuita o simplemente como una forma de generar una reacción visceral inmediata. En mi opinión, no me pareció que Kent haya intentado irse por el shock value, sino por ser lo más fiel posible a las atrocidades que sucedieron hace más de 200 años.
La historia de opresión, racismo, odio y violencia presentada en The Nightingale resulta de gran relevancia ante el clima político y social que se vive actualmente en varias partes del mundo. La directora Jennifer Kent demuestra que The Babadook no fue ningún golpe de suerte. Su talento está en total despliegue en este bestial y conmovedor viaje al pasado. Una importante obra de empoderamiento, de libertad y de igualdad.
Calificación: ***
Título original: The Nightingale
Año: 2018
País: Australia, Canadá, Estados Unidos
Dirige: Jennifer Kent
Con: Aisling Franciosi, Baykali Ganambarr y Sam Claflin
Cine Sin Fronteras 