¿Permitirías que tus mejores amigos revisen el contenido de los mensajes de texto, correos electrónicos, redes sociales y llamadas de tu teléfono celular por un par de horas? Este cuestionamiento es parte de la premisa de la comedia Perfectos Desconocidos, la versión mexicana de la exitosa película italiana del mismo nombre. La historia original, estrenada en Italia hace dos años, ha acumulado – hasta el momento – seis remakes, más otros cuatro que actualmente se encuentran en producción. El director Manolo Caro, creador de la serie de Netflix La Casa de las Flores, es el responsable de adaptar esta sensación internacional a las costumbres y modismos de los mexicanos, inyectándole de paso una buena dosis de su ya característico estilo narrativo, visual y sonoro.
En Perfectos Desconocidos, varios amigos que llevan años de conocerse deciden reunirse – sin algún motivo en específico – para cenar y ponerse al tanto de sus vidas ocupadas. Eva (Cecilia Suárez) y Antonio (Bruno Bichir) abren las puertas de su hogar a Mario y Ana, una pareja de recién casados, Flora y Ernesto, un matrimonio con dos hijos pequeños, y Pepe, el incondicional amigo solterón. La reunión misteriosamente coincide con un eclipse lunar, el cuál observan detenidamente a lo largo de la noche. Ya entradas las copas de vino, los invitados deciden seguir las reglas de un peculiar juego con el objetivo de probar la sinceridad de sus amigos y parejas.
El juego consiste en colocar su teléfono celular al centro de la mesa, boca arriba, durante el transcurso de la noche. Cada mensaje de texto, correo electrónico o notificación de redes sociales recibida será leída al grupo, mientras que cada llamada telefónica será atendida utilizando el altavoz del dispositivo. Conforme avanza la cena, los ánimos se exaltan, la tensión aumenta, y finalmente el conflicto estalla, dejando al descubierto una serie de secretos que pondrán en jaque los años de amistad que les preceden.
Preferí no ver la cinta original o algunos de los remakes más populares, ya que quería disfrutar de esta adaptación mexicana con una mirada fresca. Al verla, comprendí el encanto de la historia original y el porqué su sencillo pero universal mensaje ha tenido tanto impacto en distintas latitudes y culturas. La honestidad, la lealtad y la confianza son valores fundamentales de cualquier amistad y matrimonio, sin importar que estemos en México, en los Estados Unidos, en Italia, o en China. Perfectos Desconocidos también le entra al típico (y eterno) debate entre hombres y mujeres, permitiendo abordar algunas temáticas de importante relevancia como el machismo y la homofobia en la cultura mexicana.
El tema que más llamó mi atención fue el de comparar nuestros dispositivos móviles con estas cajas negras que contienen nuestros más íntimos y oscuros secretos. Aunque en la cinta los teléfonos celulares terminan siendo una herramienta que representa la dualidad de la condición humana, lo cierto es que vivimos en un mundo donde nuestros iPhones o Androids saben todo sobre uno: con quien platicamos, a que lugares vamos, cuales son nuestros gustos musicales, preferencias, pasatiempos, etc. Antes era fácil mantener todas estas actividades en privado, pero ahora cualquier persona que adivine nuestra contraseña podrá acceder a un sin fin de información que revela quienes somos en realidad. Más allá de los teléfonos celulares, la tecnología ha propiciado crear universos virtuales donde nos sentimos libres, y donde en ocasiones podemos ser uno mismo sin recibir el rechazo o el juicio del mundo real.
En su quinto largometraje, Manolo Caro continúa forjando su propio estilo y lenguaje cinematográfico: un sentido del humor afilado, un tono que raya entre la sátira y la telenovela, y un soundtrack con melodías pop de los años ochenta. En esta ocasión, Caro rinde un pequeño homenaje a la agrupación musical Timbiriche, al incluir temas como Princesa Tibetana y Rompecabezas (nuestra canción favorita de Timbiriche) dentro de la banda sonora de la película. Cabe mencionar que ésta es la primera vez que Manolo dirige un guión que no sea de su autoría. Aunque los diálogos mantienen cierto aire teatral que ha distinguido a los filmes previos de Caro (algunos de ellos adaptaciones de sus puestas en escena), aquí observamos una mayor estructura y solidez narrativa que en sus dos últimos trabajos: La Vida Inmoral de la Pareja Ideal y Elvira, Te Daría mi Vida pero la Estoy Usando. Eso sí, la influencia del cine almodovariano aún sigue latente en esta producción.
Una de las principales razones por la cual Perfectos Desconocidos funciona es gracias a su envidiable elenco, uno que reúne a grandes actores y actrices de la industria del cine mexicano y que también incluye a algunos consentidos del director como Cecilia Suárez, Manuel García Rulfo y Mariana Treviño. Esta última es quien arranca más carcajadas gracias a su timing natural para la comedia, y nos da gusto verla en una película que sepa aprovechar su enorme talento. Suárez se siente tantito desaprovechada, sobretodo después de haberla visto recientemente en La Casa de las Flores donde terminó robándose el papel protagónico.
Perfectos Desconocidos es una divertida comedia sobre un mundo de falsas apariencias que se ha agudizado con la inmersión tecnológica en nuestra vida diaria. Hoy en día, nuestra relación más sincera y honesta es con nuestros dispositivos móviles, ya que éstos saben absolutamente todo sobre uno y es imposible guardar secretos de ellos. ¿Llegará el día en el que tengamos que revisar el teléfono de alguien para conocer realmente su verdadera identidad y personalidad?
Calificación: ***
Título original: Perfectos Desconocidos
Año: 2018
País: México
Dirige: Manolo Caro
Con: Cecilia Suárez, Mariana Treviño, Bruno Bichir, Manuel García Rulfo, Miguel Rodarte, Ana Claudia Talancón y Franky Martín