Una corriente de agua enjabonada limpia los mosaicos del garage de una vivienda. A través de su reflejo alcanzamos a ver una aeronave sobrevolando por las alturas de la Ciudad de México. Esta secuencia inicial sirve como antesala y nos prepara a conocer una historia que profundiza en ese México de contrastes. El director mexicano Alfonso Cuarón coloca un espejo que nos permite reconocer y apreciar el trabajo de un sector de la población que vive en la marginación y el olvido. Pero más allá de ello, es un relato íntimo que celebra la vida de dos mujeres que formaron parte importante en la vida del realizador: su madre y su nana. La mujer que le dio la vida, y la que entregó su vida entera por él.
Han pasado más de 17 años desde que Cuarón realizó su último filme en México: Y Tu Mamá También. Una cinta que le abrió camino dentro de la industria cinematográfica de Hollywood, donde posteriormente dirigiría dos películas que lo llevaron a saborear el triunfo en la meca del cine: Children of Men y Gravity. Su retorno a México tiene sentido, ya que plasmar una historia tan personal e íntima en un escenario que no fuera la Ciudad de México no habría tenido el mismo nivel de impacto y de pertenencia que el director consigue a través de las imágenes y los sonidos de Roma, su octavo largometraje.
Roma nos transporta hasta el México de principios de 1970. El clima político y social post-1968 aún se puede respirar por las calles y grandes avenidas de la capital del país. Somos testigos del despertar de la nación a través de la mirada silente de Cleo (Yalitza Aparicio), la empleada doméstica de un hogar de clase media ubicado en la colonia Roma, uno de los barrios más tradicionales de la Ciudad de México. Lejos de su familia, Cleo ha encontrado en los cuatro hijos de sus patrones un lazo afectivo que le llena de satisfacción. Junto a su compañera Adela, quien también ayuda en las labores del hogar, ambas llenan la tristeza de sus corazones y de sus memorias con los paseos dominicales, recorriendo las grandes atracciones de una de las más grandes ciudades del mundo.
Así como el país se encuentra en un periodo de transición y de cambio, las vidas de Cleo y de su patrona, la señora Sofía (Marina de Tavira) también experimentarán grandes transformaciones. Las líneas que dividen a las dos mujeres, llámese clase social o relación laboral, comenzarán a disiparse, ofreciéndonos un extraordinario y conmovedor drama sobre la lucha de las protagonistas no sólo por hallar su lugar en la sociedad, sino también por brindar un mejor futuro a sus pequeños.
Alfonso Cuarón decidió encargarse él mismo de la fotografía de la película, luego de que su colaborador de cabecera Emmanuel «Chivo» Lubezki estuviera indispuesto. El resultado final es sencillamente hermoso y poético. Es una carta de amor al México de antaño con sus preciosas tomas en blanco y negro. Sus planos fijos nos permiten disfrutar cada detalle de su minucioso diseño de producción, el cual evoca una gran nostalgia por el pasado que ya ha quedado atrás. Mientras que los planos secuencia, característicos del director, nos hacen partícipes de la historia de sus protagonistas. Cada escena se siente como una postal de 1970.
Esa constante lucha de todo humano entre la vida y la muerte es una temática que podemos apreciar a lo largo de la cinta, y que Cuarón retrata sutilmente por medio de sus imágenes. Un recién nacido dentro de una incubadora se aferra a la vida mientras que los escombros del techo caen sobre él. Una mujer da a luz al mismo tiempo que varios jóvenes pierden la vida a su alrededor. Una pareja celebra su unión matrimonial mientras una familia compadece la reciente ruptura de sus padres. Esta temática recurrente en Roma describe una parte importante de la cultura mexicana. Una que nos enseña a mofarnos – e incluso – celebrar la muerte como parte de nuestra vida diaria.
Roma es un homenaje al México que llevo dentro de mi corazón. Más allá de las imágenes, son los ruidos de lo cotidiano que me hicieron extrañar y añorar a mi tierra aún más. A pesar de no haber crecido en la Ciudad de México, los mismos sonidos podían escucharse desde la habitación de mi casa en Monterrey, situada al norte del país. El cantar de los pájaros y el gruñir de los perros, combinado con la campana del camión recolector de basura, la música de la banda de guerra, y los inconfundibles timbres del afilador y el vendedor de camotes nos remontan a las calles de cualquier rincón de México. Definitivamente es una experiencia sensorial que merece ser disfrutada en el cine para poder apreciar su destreza técnica.
Yalitza Aparicio es una enorme revelación, y Alfonso Cuarón merece nuestro reconocimiento al proveer una plataforma para el descubrimiento de nuevo talento dentro del cine mexicano. Con sus diálogos en español y mixteco, una mirada tierna y melancólica, y un temple de acero, Yalitza entrega cuerpo y alma en la personificación de Cleo, y el resultado es impresionante. Al tratarse de una cara nueva en la industria del cine, su aporte brinda mucha naturalidad y frescura a la historia. Marina de Tavira ofrece un gran complemento como la madre de familia que se ve forzada a convertirse en la cabeza del hogar.
Aunque Roma hace una mirada incisiva al pasado, su temática principal sigue resonando en la actualidad. El clasismo y el racismo continúan siendo dos problemáticas sociales que se viven en el territorio mexicano. Por medio de la historia en Roma, Cuarón deja en claro que no existen diferencias entre las distintas clases sociales. Todos estamos en este mundo en busca del amor, el respeto y la armonía, y todos necesitamos la ayuda del prójimo en los momentos más difíciles. Las tragedias que han azotado a la Ciudad de México y gran parte del país en años recientes han sido un importante recordatorio sobre el poder de la unidad y la solidaridad. De olvidarnos por un momento de las etiquetas sociales y de los prejuicios para alcanzar y luchar por el mismo bien común.
Roma es una obra maestra que cautiva por su impresionante proeza técnica, sus excelentes actuaciones, y por una historia llena de humanismo y emoción. Alfonso Cuarón nos entrega un conmovedor homenaje, no sólo a la ciudad que lo vio crecer físicamente, sino también a las dos mujeres que fueron parte fundamental de su crecimiento personal y emocional. Estamos ante el mejor trabajo de la carrera de un director que se ha encargado de romper con los patrones previamente establecidos, y que continúa re-inventándose en cada uno de sus proyectos cinematográficos. Una historia llena de nostalgia y empatía que nos hace mirar al reflejo de nuestra sociedad, y reconocer a aquellos que son la columna vertebral de México.
Si tienen la oportunidad de verla en el cine, no dejen pasarla. Es una experiencia que merece ser disfrutada en la pantalla grande con un sistema de sonido envolvente. Netflix se encargará de lanzar la película a través de su plataforma digital a finales del 2018.
Calificación: ****
Título original: Roma
Año: 2018
País: México, Estados Unidos
Dirige: Alfonso Cuarón
Con: Yalitza Aparicio, Marina de Tavira y Nancy García García