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El culto detrás The Room, el nuevo clásico del cine de medianoche

En vísperas del estreno de la comedia The Disaster Artist, dirigida y protagonizada por James Franco, decidí echarle un vistazo por vez primera a The Room (no hay que confundirla con Room, el filme del 2015 que le valió el Oscar a Brie Larson). The Room es una película del año 2003, la cual fue inmediatamente calificada como una de las peores películas jamás realizadas en la historia del cine norteamericano. La cinta se estrenó en dos cines de la ciudad de Los Angeles con poca publicidad y terminó recaudando tan solo 2 mil dólares luego de dos semanas de exhibición. Catorce años después de su arribo a la pantalla grande, The Room se ha convertido en un clásico de culto alrededor del mundo, proyectándose en exitosas funciones de medianoche en las cuales la audiencia tiene la oportunidad de interactuar y dejarse llevar por el bizarro mundo creado por Tommy Wiseau. ¿Cómo explicar su transformación en un clásico de culto al estilo de The Rocky Horror Picture Show? Digamos que es igual de difícil y complejo como tratar de entender la trama de la película.

Mi curiosidad por descubrir esta «joya cinematográfica» era tal que no pude esperar a la próxima proyección de medianoche en algún cine de la ciudad de Seattle. Desgraciadamente, es imposible encontrar la película a través de las plataformas digitales (y legales) de streaming o de VOD (video on demand). La única opción disponible era comprar el DVD en formato físico a través de Amazon en los Estados Unidos, por lo que mejor decidí visitar Scarecrow Video, una de las pocas tiendas de video en todo el país que han sobrevivido la llegada de Netflix. Ahí encontré The Room disponible a la renta en formato Blu-ray, y de inmediato me lancé a mi casa para disfrutar de esta experiencia cinematográfica por primera vez.

The Room es el trabajo de Tommy Wiseau, quien no sólo produce, escribe y dirige la cinta, sino que también la protagoniza. Wiseau interpreta a Johnny, un tipo de cabellera larga que camina medio encorvado, y quien vive junto a su prometida Lisa en un pintoresco townhouse situado en la ciudad de San Francisco. La película inicia con varias tomas aéreas de la ciudad que incluyen al emblemático Golden Gate Bridge, así como al Palacio de Bellas Artes al ritmo de una melodía que promete una buena dosis de suspenso. Posteriormente, la cámara nos lleva hasta el interior de la vivienda de la pareja donde transcurre la mayor parte de la historia por los siguientes 90 minutos. Johnny llega del trabajo y sorprende a Lisa con un regalo: un vestido de color rojo. Esta decide ponérselo mientras acompaña a su amado a la habitación (el supuesto room de título) donde terminan haciendo el amor. La escena, acompañada de una balada cursi de los años noventa, carece de sensualidad y química. Tanto Wiseau como su co-protagonista Juliette Danielle están tiesos e incómodos, en ocasiones pareciera que no saben que hacer, y sus diálogos son risibles.

Personajes van y vienen, entran y dejan la escena de forma abrupta y jamás conocemos sus intenciones o motivaciones. Entre los personajes tenemos a Denny, un jovencito voyerista que goza con observar a la pareja tener relaciones sexuales. En el fondo, Denny está enamorado de Lisa, a pesar de que Johnny es como una figura paterna para él. Luego tenemos a Claudette, la madre de Lisa, una mujer interesada que se la pasa quejándose de todo. Hay otra ocasión en la que una pareja entra a la casa para tener relaciones mientras comen chocolates, y nunca entendemos quiénes son o porqué tienen llaves para entrar al domicilio. Junto a estas incongruencias, también perdemos noción del tiempo y no sabemos si lo que observamos es un sueño, una pesadilla, o una realidad en la que desconocemos si han transcurrido horas, días, semanas o meses desde que inició la película.

The Room gira alrededor del conflicto entre Johnny y Lisa. Resulta que Lisa ya no está enamorada de su prometido, por lo que decide engañarlo con su mejor amigo Mark. Mark se rehusa al principio, y nos repite constantemente que Johnny es su mejor amigo, pero al final termina cediendo a la pasión. Durante la película, Lisa se debate entre confesarle la verdad a su futuro esposo, o pretender que nada ha sucedido con tal de tener asegurado su bienestar económico. El resto de las sub-tramas que incluyen a Denny involucrándose en problemas con un narcotraficante, y Claudette confesándole a su hija que padece cáncer, resultan irrelevantes y sin sentido.

La película es una oda a la incongruencia, malos diálogos, pésimas actuaciones y un sin fin de problemas de continuidad e iluminación. Pero es exactamente todo eso lo que hace que The Room sea una experiencia única y entretenida. Aunque Tommy Wiseau concibió la película como un drama erótico de suspenso, el resultado final fue totalmente opuesto: una comedia que te mantendrá botado de la risa de principio a fin. Es imposible no reir con tan solo ver la caracterización del personaje principal, su manera de recitar y entonar los diálogos («You’re tearing me apart, Lisa!»), y su risa nerviosa. Pequeños detalles como las extrañas fotografías de cucharas que se ven alrededor de la casa, así como la enajenación por traer un balón de futbol americano han sido parte importante dentro del misterio y del culto que ha surgido por la cinta.

Y es que hay tantos misterios que no sabemos en realidad si Wiseau es un genio y todos los descuidos técnicos y de dirección fueron a propósito, o si éste es realmente un mal actor y un mal director, y ahora simplemente disfruta del éxito inesperado de la cinta. Supongo que estas cuestiones y más serán exploradas en la comedia The Disaster Artist, dirigida y protagonizada por James Franco, la cuál llegará a los cines de Estados Unidos el próximo mes de diciembre. En The Disaster Artist, Franco interpretará a Tommy Wiseau y hará una recreación del detrás de cámaras de la filmación de The Room. Seth Rogen, Dave Franco, Zac Efron, Alison Brie, Kristen Bell, Sharon Stone y Bryan Cranston forman parte de este proyecto que se basa en el libro homónimo de Greg Sestero, quien interpretó a Mark en la cinta original y retrató el descabellado rodaje de la cinta.

Pero bueno, ¿The Room es una mala película o no? Definitivamente lo es, de eso no cabe duda, pero es una de esas películas que son tan malas que terminan siendo buenas con el paso de los años. Es de esos placeres culposos como Showgirls de Paul Verhoeven cuyas sobreactuaciones, diálogos sosos y situaciones inverosímiles hacen que pasemos un buen rato de diversión. Y aunque resulta imposible descifrar que fue lo que desencadenó el fenómeno de The Room como éxito del cine de culto de medianoche de una cosa si estoy seguro: es una cinta que aunque no fue concebida como comedia, es más graciosa que la mayoría de las «comedias» producidas por Hollywood hoy en día. Al final del día, la audiencia solo quiere escapar por un par de horas de la rutina y divertirse, y eso es exactamente lo que ofrece The Room a pesar de ser un verdadero y rotundo desastre.

Aquí les dejamos el trailer de The Room:

Y aquí el trailer de The Disaster Artist, en cines este próximo diciembre:

 

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