Desde los primeros minutos de Clara Sola, el largometraje debut de la directora Nathalie Álvarez Mesén, observamos a su protagonista extender sus brazos para intentar alcanzar a Yuca, una yegua blanca, y traerla de regreso a su propiedad, cuyo perímetro ha sido delimitado por listones de color púrpura. Una acción quizá ordinaria, pero que simboliza el profundo deseo de la mujer por escapar del estricto régimen impuesto por su madre y encontrar su autonomía. Después de todo, Clara (Wendy Chinchilla Araya) ha sido un instrumento de Dios sin voz ni voto, incapaz de elegir cómo vestirse o peinarse, y obligada a llevar una vida de castidad con tal de cumplir con su supuesto mandato celestial.
De pequeña, la protagonista presenció la aparición de la Virgen, otorgándole grandes dones que le permiten realizar milagros. Su madre Fresia (Flor María Vargas Chavez) ha sacado provecho a dicho suceso, montando un altar en una de las habitaciones de su casa, situada en medio del bosque tropical de Costa Rica, para recibir a los feligreses de la región, quienes acuden fervorosamente al encuentro de Clara para que ésta cure sus padecimientos: cáncer, dolores de rodilla y problemas del corazón. Sin embargo, el arribo de Santiago (Daniel Castañeda Rincón), un joven que alquila a Yuca para actividades turísticas, transformará su vida radicalmente, desatando una candente pasión que enciende sus entrañas cual luciérnagas en la oscuridad, y despertando un anhelo de libertad capaz de hacer rugir el centro de la Tierra.
Álvarez Mesén nos envuelve en hipnotizantes atmósferas que se desplazan entre lo terrenal y lo espiritual para mostrarnos cómo la religión ha sido utilizada para oprimir la voluntad de las mujeres por siglos, privándolas de experiencias que son parte esencial de la naturaleza humana. La directora explora las finas líneas que separan a la fe del fanatismo y a la ciencia de la tradición con absoluta delicadeza, conduciéndonos por una travesía al fondo de la cultura latinoamericana, retratada con tremendo lirismo por el contemplativo lente de Sophie Winqvist. La historia juega con una sutil ambigüedad con respecto a los poderes que posee su protagonista, haciendo que este viaje se convierta en algo enigmático y entrañable.
Wendy Chinchilla Araya encabeza el extraordinario reparto de actores debutantes en cine con una potente y conmovedora interpretación, transmitiendo la represión física y emocional de su personaje a través de su postura encorvada y de una mirada vacía que refleja la soledad de esa doble vida que Clara esconde detrás de su segundo nombre. Daniel Castañeda Rincón hace un trabajo formidable como la única persona que trata a la protagonista con dignidad y sin condescendencia, mientras que la joven Ana Julia Porras Espinoza completa el cuadro actoral dando vida a María, la sobrina de Clara, cuyo aniversario número 15 provee la oportunidad perfecta para contrastar la femineidad que le fue arrebatada al personaje principal desde temprana edad.
Absorbente y alegórica tanto visual como narrativamente, Clara Sola es una experiencia cinematográfica única y catártica. Una impresionante debut que muestra las devastadoras consecuencias de un adoctrinamiento opresivo, tan normalizado en ciertas latitudes de Latinoamérica, que se ha encargadode extirpar toda autonomía a las mujeres en base a costumbres arcaicas y patriarcales.

Clara Sola está exhibiéndose en cines selectos de Estados Unidos a partir del 15 de julio del 2022.
Título original: Clara Sola
Año: 2021
País: Costa Rica, Suecia, Bélgica, Alemania, Francia, Estados Unidos
Dirige: Nathalie Álvarez Mesén
Con: Wendy Chinchilla Araya, Ana Julia Porras Espinoza, Daniel Castañeda Rincón y Flor María Vargas Chavez