Never Rarely Sometimes Always, el tercer largometraje de la directora Eliza Hittman (Beach Rats), es un crudo y realista drama sobre el aborto que busca llevar la conversación más allá del eterno debate que suele dividir a liberales y conservadores. A través de la incomodidad de sus silencios y de los horrores que se esconden en lo implícito, el filme observa cuidadosamente la raíz de una problemática que nace desde el momento en el que existe una marcada desigualdad de género. Un mundo donde los hombres dictan, oprimen y violentan sin reparo alguno, infundiendo sentimientos de culpa, temor y vergüenza en los demás. Una pesadilla hecha realidad, donde la hermandad entre mujeres se ha convertido en la herramienta principal para luchar contra las injusticias y los abusos de la misma sociedad.
La cinta gira alrededor de Autumn (Sidney Flanigan), una joven que vive en una zona rural del estado de Pennsylvania. A sus 17 años de edad, la idea de convertirse en madre no era algo que contemplaba en sus planes a corto plazo. Sin embargo, tras recibir los análisis de una prueba de embarazo que indican un periodo de gestación de casi 10 semanas, la chica acude a una pequeña clínica de la localidad en busca de opciones. Al percatarse que las normas del estado le impiden tomar una decisión por cuenta propia, la protagonista se embarca en un arriesgado viaje rumbo a la ciudad de Nueva York en compañía de su prima Skylar (Talia Ryder), quien se convierte en su único apoyo emocional durante esta difícil y dolorosa experiencia.
Los pormenores del embarazo de Autumn jamás son puestos en tela de juicio, y eso ayuda a Hittman a centrar la atención en el sistema fracturado que empuja a jovencitas como la protagonista a recurrir a medidas desesperadas e inseguras, las cuales incluso ponen en riesgo su propia vida. En una de las escenas más desgarradoras de la película, Autumn es cuestionada por una trabajadora social quien busca comprender la naturaleza de su embarazo para determinar si ésta se encuentra inmersa en una situación de peligro. De pronto, la protagonista se quiebra emocionalmente frente a nosotros. Las lágrimas recorren su rostro y sus palabras no consiguen articular una respuesta coherente a las preguntas de la consejera. En los silencios de este lenguaje implícito que ambas utilizan para comunicarse, una réplica no es necesaria. La realizadora recurre a momentos similares a lo largo de la cinta para mostrarnos ese lazo invisible, pero sumamente poderoso, que une a las mujeres en el mismo sufrimiento y dolor.
Never Rarely Sometimes Always se convierte en un semillero de nuevo talento gracias al extraordinario debut de Sidney Flanigan y Talia Ryder, las dos figuras protagónicas del filme. Flanigan es uno de esos grandes descubrimientos en la escena del cine norteamericano independiente. La naturalidad que imprime a su personaje da un toque más realista y auténtico a la historia, evitando que ésta caiga en el melodrama. Por su parte, Ryder, a quien veremos próximamente en el nuevo visionado del musical West Side Story, complementa la frialdad y el nerviosismo de Autumn con la calidez y la hermandad desinteresada que emana de Skylar.
Si bien, Never Rarely Sometimes Always nos muestra sin tapujos la cruel y triste realidad de un peligroso mundo, también se convierte en un potente relato de compasión y amistad. Es por ello que la escena en la que las dos jóvenes sujetan fuertemente de su mano, a pesar del muro que las separa, es una de las más conmovedoras de la cinta, y posiblemente, una de las más memorables del año. Una enternecedora secuencia que, sin la necesidad de recurrir a diálogos, nos muestra el valor de ese inquebrantable lazo fraternal. Una cinta que en lugar de juzgar las decisiones de sus personajes, exhibe las grietas del sistema social que las lleva a tales circunstancias, y nos invita a prestar atención en las verdaderas causas y problemáticas.
Calificación: *** 1/2
Título original: Never Rarely Sometimes Always
Año: 2020
País: Estados Unidos
Dirige: Eliza Hittman
Con: Sidney Flanigan, Talia Ryder, Théodore Pellerin y Sharon Van Etten