A pesar de llevar más de una década viviendo en los Estados Unidos, apenas el año pasado descubrí quién era Fred Rogers gracias al fascinante y conmovedor documental Won’t You Be My Neighbor?, del director Morgan Neville. Si tú, al igual que yo, creciste fuera de los Estados Unidos, lo más seguro es que tampoco estés tan familiarizado con el gran legado de este conductor de televisión, quien se ganó el corazón del público gracias a su programa de corte infantil titulado Mister Rogers’ Neighborhood. Por fortuna, no es necesario conocer a fondo el trabajo del hombre para poder entender y disfrutar de A Beautiful Day in the Neighborhood (Un Buen Día en el Vecindario), ya que la cinta se aparta del típico biopic para enfocarse principalmente en los valores y las enseñanzas de carácter universal que éste compartía a través de su show televisivo.
Tom Hanks da vida al venerado anfitrión, uno de los pioneros en utilizar la televisión como un medio educativo para los niños. Desde 1968 y hasta el año 2001, el programa de Fred Rogers, transmitido a través del canal público PBS, se convirtió en parte importante en la formación de varias generaciones de estadounidenses. A pesar de su modesta producción, conformada principalmente por marionetas y sets en miniatura que él mismo realizaba, Mister Rogers’ Neighborhood se distinguía por la calidad de su contenido, así como por la sinceridad y la bondad de su conductor. A diferencia de otras emisiones infantiles, las cuales pretendían embrutecer en lugar de educar, Fred optó por una estrategia distinta: hablar abiertamente con los niños de temas sensibles, pero importantes, como lo son el divorcio, la muerte y la depresión. Gracias a ello fue que el presentador no sólo logró ganarse la confianza de adultos y pequeños, sino también convertirse en un héroe ejemplar.
En A Beautiful Day in the Neighborhood, la directora Marielle Heller (Can You Ever Forgive Me?) decide colocar a Rogers como personaje en segundo plano, mas no sus enseñanzas de amor propio y empatía hacia el prójimo, las cuales se convierten en el motor principal de esta conmovedora historia. La cinta gira alrededor de Lloyd Vogel (Matthew Rhys), un arrogante y cínico periodista que recibe la tarea de escribir una breve semblanza sobre el adorado conductor de televisión para una edición especial sobre ídolos y héroes americanos. Para Lloyd, la adoración del público hacia Rogers resulta inexplicable, ya que éste considera que su fachada de dulzura y bondad es parte de un acto, de una farsa. En busca de desenmascarar al verdadero Fred, el reportero emprenderá un viaje hasta la ciudad de Pittsburgh para concretar una entrevista en el set de televisión. No obstante, los roles se invierten durante el interrogatorio y es Lloyd quien termina respondiendo una serie de cuestionamientos que lo llevan a reflexionar sobre su rol como esposo, padre e hijo.
Lo que en un principio comenzó como una simple asignación profesional, pronto se transforma en un estrecho vínculo de amistad entre ambos caballeros. Es gracias a sus cándidas conversaciones que el protagonista comprende que el resentimiento y el odio que guarda hacia su padre, interpretado por Chris Cooper, no sólo lo han convertido en alguien frío y agresivo, sino que también lo han llevado a crear barreras emocionales a su alrededor, distanciándose y empujando a aquellos que buscan estar a su lado. Asimismo, Fred comparte con Lloyd sus frustraciones y problemas, mostrándonos a alguien con las mismas imperfecciones y temores que cualquier otra persona. La única diferencia es que éste ha descubierto una manera de canalizar toda esa energía negativa en algo positivo. Aprendiendo a escuchar y respetar a los demás, practicando la empatía, y aceptando su valor como individuo.
Si bien, la historia resulta un tanto familiar y el conflicto padre-hijo no explora nuevos terrenos, Heller consigue inyectar mucho corazón sin caer en excesos melodramáticos. A Beautiful Day in the Neighborhood es una película bien realizada, desde su score hasta el guiño de usar modelos a escala para rendir tributo al programa de Mister Rogers. Aunque algunas situaciones resultan un poco forzadas, como la escena en el metro o la conversación donde Hanks rompe por un instante la cuarta pared, en general la cinta funciona y cumple con su misión de transmitir y mantener vivo el importante legado de Fred.
Tom Hanks es un tesoro nacional. Su actuación da justo en el blanco, capturando a la perfección la voz y las gesticulaciones de Fred Rogers. Tanto Matthew Rhys como Chris Cooper ofrecen sólidas interpretaciones, sin embargo, la presencia de Hanks es tan imponente que cuando éste desaparece de cuadro, la historia pierde brillo. Para ser una película que ha utilizado la imagen del fallecido conductor de televisión como gancho principal de mercadotecnia, resulta un poco decepcionante que dicho personaje aparezca tan poco en pantalla y que tome un rol secundario en el relato.
A Beautiful Day in the Neighborhood es una cinta que quizá no logre explicar por completo quién fue Mister Rogers y porqué se convirtió en una figura tan importante para el público norteamericano, pero que sí consigue compartir los valores que caracterizaron a esta importante figura de la televisión. Valores tan universales que podemos poner en práctica en cualquier parte del mundo, sin importar si crecimos o no junto a Mister Rogers’ Neighborhood. Si quieren saber más sobre la vida de este ejemplar individuo, les recomiendo ampliamente echarle un vistazo al documental Won’t You Be My Neighbor?, ya que, personalmente, me parece mucho más efectivo y exhaustivo que la obra de ficción en cuestión.
Calificación: ***
Título original: A Beautiful Day in the Neighborhood (Un Buen Día en el Vecindario)
Año: 2019
País: Estados Unidos, China
Dirige: Marielle Heller
Con: Tom Hanks, Matthew Rhys, Susan Kelechi Watson y Chris Cooper