Zak y Tyler son dos fugitivos que cruzan su camino de manera fortuita. El primero, un chico con síndrome de Down, ha escapado del asilo donde vivía desde hace más de dos años por mandato de las autoridades. Mientras que el otro individuo, perseguido por la culpa de una tragedia familiar, busca huir no sólo de sus propios fantasmas, sino también de un par de pescadores locales con sed de venganza. Las circunstancias no podrían ser más distintas, pero en el fondo, los dos hombres anhelan exactamente lo mismo: encontrar la fuerza dentro de ellos mismos para demostrar al mundo su valor.
The Peanut Butter Falcon es la simpática y conmovedora ópera prima de Tyler Nilson y Mike Schwartz, quienes escribieron el guion pensando en Zack Gottsagen, el actor que da vida al protagonista del filme, y a quien habían conocido años atrás en un campamento para actores con discapacidad. Shia LaBeouf y Dakota Johnson acompañan a Gottsagen en esta inspiradora historia, al igual que Bruce Dern y Thomas Haden Church quienes complementan el elenco.
En la cinta, Zak (Gottsagen) se embarca en una épica aventura por la costa este del territorio norteamericano con la finalidad de conocer en persona a Salt Water Redneck, un luchador cuyos videos en formato VHS le han ayudado a descubrir su propia fuerza interior. Toda su vida, Zak ha sido catalogado como alguien débil que requiere apoyo para completar hasta la tarea más pequeña. Incluso Eleanor (Johnson), quien se encarga de cuidar al joven en la casa de retiro donde éste vive, actúa como una madre sobre-protectora, cuidando al extremo que éste coma saludable y que no vaya a lastimarse.
Luego de ejecutar el escape perfecto, el protagonista se refugia en un pequeño bote, propiedad de Tyler (LaBeouf), sin saber que también está en fuga. Aunque al inicio Tyler ve a Zak como un estorbo en sus planes para llegar al estado de Florida, el joven pescador de aspecto desaliñado comienza a ver en su nuevo acompañante la oportunidad de enmendar los errores que cometió y jamás pudo resolver con su hermano fallecido. Es así como ambos personajes se embarcan en un conmovedor – aunque predecible – viaje que cambiará sus vidas para siempre.
Los realizadores Nilson y Schwartz evitan caer en el melodrama chantajista y condescendiente. Ambos consiguen apoyarse en el trabajo y la química tan auténtica de sus actores, y en una historia que se vale de pequeños momentos, para ir capturando el lazo que surge entre los personajes. El drama no se siente forzado ni artificial, ya que uno va involucrándose emocionalmente en las relaciones de Zak y sus nuevos amigos. Tanto el debutante Gottsagen, como LaBeouf y Johnson sorprenden con sus encantadoras interpretaciones.
El único inconveniente con The Peanut Butter Falcon es que, en cuestión narrativa, la cinta no toma riesgos ni propone algo distinto al resto de historias similares que hemos visto anteriormente. Uno sabe perfectamente el rumbo que tomará la película desde sus primeros minutos, y las decisiones de algunos de sus personajes, particularmente los villanos. No hay grandes sorpresas, más allá de mantenerse al margen de algunos detalles (como el pasado de Tyler) que ayudan a controlar los niveles de sacarina.
Pese a ello, The Peanut Butter Falcon es una experiencia recomendable, divertida e inspiradora. Es también un gran ejemplo para el resto de la industria cinematográfica, especialmente Hollywood, de continuar defendiendo la importancia de la inclusión y llevando historias que representen voces distintas a las nuestras en la pantalla grande. Un emotivo relato de amistad sobre dos personajes que a través de sus diferencias encontraron la fuerza necesaria para salir adelante y aprender a vivir a plenitud.
Calificación: ***
Título original: The Peanut Butter Falcon
Año: 2019
País: Estados Unidos
Dirige: Tyler Nilson y Mike Schwartz
Con: Zack Gottsagen, Shia LaBeouf, Dakota Johnson, John Hawkes, Bruce Dern y Thomas Haden Church
Cine Sin Fronteras 