¡Bienvenidos sean (nuevamente) al mundo jurásico! Jurassic World: Fallen Kingdom (Jurassic World: El Reino Caído) es la quinta entrega dentro de la popular franquicia cinematográfica creada por Steven Spielberg en el año 1993, y la secuela inmediata a Jurassic World, la cuál fue estrenada hace tres años convirtiéndose en uno de los más grandes éxitos taquilleros tanto en los Estados Unidos como a nivel internacional. A la fecha, Jurassic World ocupa la posición número seis en el ranking doméstico, solamente unos cuantos millones detrás de Titanic. En esta nueva aventura, Colin Trevorrow cede la silla de director al español J.A. Bayona (The Impossible, A Monster Calls), aunque éste aún continúa involucrado en la secuela como escritor y productor ejecutivo.
Tres años después de la terrible tragedia ocurrida en el parque de diversiones Jurassic World, la ficticia Isla Nublar permanece abandonada a excepción de sus habitantes prehistóricos, los cuales están en peligro de muerte ante la inminente amenaza de un gigantesco volcán a punto de hacer erupción. La posible segunda extinción de estas criaturas modificadas genéticamente ha causado gran revuelo en la sociedad norteamericana. Grupos de activistas consideran la falta de acción por parte del gobierno como una forma de maltrato animal. La única persona que se ha pronunciado en contra de salvar a los dinosaurios es el doctor Ian Malcolm (Jeff Goldblum), a quien no veíamos en esta saga desde The Lost World: Jurassic Park.
Es entonces cuando los protagonistas de la cinta anterior entran en escena. Claire (Bryce Dallas Howard) deja a un lado los tacones para ponerse sus botas y regresar a la isla centroamericana con el objetivo de rescatar a más de una docena de especies prehistóricas. Esto forma parte de un plan maestro orquestado por Benjamin Lockwood, el co-creador de los primeros dinosaurios del Parque Jurásico. Lockwood busca salvar a las criaturas del desastre natural, y crear un nuevo oasis en el que éstas puedan vivir libremente sin convertirse en la atracción principal de un espectáculo circense. Claire pide ayuda a su ex-compañero sentimental Owen (Chris Pratt), ya que éste es el único capaz de comunicarse con el último velociraptor del lugar.
Al igual que en The Lost World: Jurassic Park, los dinosaurios son trasladados al estado de California donde se desarrolla la mayor parte de la segunda mitad de la película. Asimismo, tal y como ocurrió con dicha secuela en 1997, Jurassic World: Fallen Kingdom tampoco consigue superar la hazaña de su antecesora y vaya que eso era fácil de lograr. Jurassic World fue un exitoso revisionado de la cinta original de Steven Spielberg que funcionó gracias al factor nostalgia, y al re-introducir la franquicia a una nueva generación de espectadores que aún no nacían hace 25 años. Sin embargo, Jurassic World estaba lejos de alcanzar la perfección. Desde el mansplaining frecuente, hasta la infame secuencia en la que la protagonista corre en tacones con antorcha en mano mientras la persigue el Tiranosaurio Rex.
Visualmente, esta secuela es mucho más atractiva que la entrega previa, y tiene una atmósfera más apegada al Jurassic Park original. Las secuencias en la isla se sienten menos artificiales, y las torrenciales lluvias hacen eco a los recuerdos del primer filme de la franquicia. Bayona se avienta un par de secuencias dignamente Spielbergianas que resultan siendo de las más memorables de la cinta: la primera es la escena de un Brontosaurio escapando del fuego del volcán, y la segunda ocurre en la mansión de Lockwood cuando el nuevo dinosaurio híbrido, el Indoraptor, abre la puerta de la habitación de Maisie (Isabella Sermon, una gran revelación).
Fuera de ello, Jurassic World: Fallen Kingdom se siente tan forzadamente calculada que las escenas de acción pierden intensidad y se vuelven inverosímiles. Aunque las secuencias arrancan con mucha adrenalina, pronto éstas van perdiendo gas al darnos cuenta que los protagonistas serán capaces de sobrevivir a cualquier reto o desafío que se les ponga de frente. La historia se torna predecible, hay un nulo desarrollo de personajes, y sus decisiones resultan incongruentes con la manera en que alguien con tantito sentido común actuaría ante las situaciones que deben enfrentar.
A diferencia de la cinta anterior, aquí los personajes de Chris Pratt y Bryce Dallas Howard pasan a segundo plan. Los dinosaurios se convierten en los verdaderos protagonistas, y por lo tanto, tenemos que soportar constantes escenas de pelea entre dos o más de estas criaturas. Hay momentos en los que se siente que Jurassic World: Fallen Kingdom intenta ser una película de monstruos al estilo Godzilla o King Kong, y no tanto como una nueva entrada dentro del universo creado por Spielberg. Aunque hay espacio para introducir el dilema sobre la modificación genética y el rol del humano por creerse Dios, estas temáticas no son llevadas a ninguna parte en la película.
Jurassic World: Fallen Kingdom es la peor entrada de este universo cinematográfico, y una tremenda decepción para quienes hemos crecido junto a esta franquicia de ciencia ficción. La película carece de los elementos que convirtieron a su antecesora en todo un éxito de taquilla pese a sus desaciertos. Fallen Kingdom sacrifica coherencia por agilidad, y desarrollo de historia por múltiples peleas entre dinosaurios y harto CGI. Tal vez ha llegado el momento de considerar que la saga llegue a la extinción.
Calificación: * 1/2
Título original: Jurassic World: Fallen Kingdom (Jurassic World: El Reino Caído)
Año: 2018
País: Estados Unidos
Dirige: J.A. Bayona
Con: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Rafe Spall, Justice Smith, Daniella Pineda, Jeff Goldblum e Isabella Sermon