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Reseña – Darkest Hour (Las Horas Más Oscuras)

Darkest Hour (Las Horas Más Oscuras) es la «otra» película de Dunkerque que llegará a las pantallas cinematográficas este año, y la cual complementa el trabajo del director Christopher Nolan, estrenado con gran éxito hace apenas unos meses. A diferencia de Dunkirk de Nolan, la cual nos llevaba hasta las trincheras para vivir la pesadilla del conflicto bélico en carne propia, la cinta del realizador Joe Wright (Atonement, Pride & Prejudice) toma una postura más académica e histórica, llevándonos hasta los recintos gubernamentales de Inglaterra donde fueron tomadas las más difíciles decisiones en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Darkest Hour deja a un lado la adrenalina y la guerra para mostrarnos la figura detrás de uno de los eventos que marcaron el rumbo del país europeo.

El actor Gary Oldman se somete a una extraordinaria transformación física para interpretar al Primer Ministro Winston Churchill, quien al poco tiempo de tomar su cargo debe sortear la grilla que existe tanto en su partido político, como en la oposición, con tal de tomar una decisión que beneficie al país entero. Los alemanes, bajo las órdenes de Hitler, han situado al ejército británico en la ciudad francesa de Dunkerque y existe la amenaza de que éstos acaben con toda la reserva militar de Inglaterra. Invadidos por el pánico, miembros del partido político de Churchill insisten que éste llegue a un acuerdo de paz con el comandante alemán. Sin embargo, el Primer Ministro considera que esta situación es clave para definir el futuro, no solo de su país, sino del resto de la naciones europeas.

Joe Wright nos ofrece una cinta densa en diálogo que desgraciadamente termina volviéndose un tanto aburrida, pese a sus momentos de humor que existen para alivianar la seriedad de la temática principal. El cine de Wright se caracteriza por su perfección técnica y Darkest Hour no es la excepción. La recreación de la época es meticulosa, el diseño de producción, vestuario y maquillaje están al nivel de una cinta de alto calibre, y la música de Dario Marianelli es un gran acompañante para la historia.

La actuación de Gary Oldman es impresionante y seguramente terminará llevándose todos los premios de esta próxima temporada. Al igual que Philip Seymour Hoffman lo hizo hace más de una década en Capote (en un rol que eventualmente le dio el premio Oscar), Oldman se transforma físicamente en Winston Churchill, copiando su personalidad y sus manierismos, haciéndonos olvidar en varios momentos que estamos ante la presencia de un actor, y no del mismísimo político. La actuación es buena, pero en estos casos siempre mantengo un poco de reservas cuando parte de ésta recae en la utilización excesiva de maquillaje y prótesis. El resto del reparto es bueno, pero no aporta mucho a la historia ya que ésta solamente gira en torno al personaje principal. Los personajes secundarios no tienen gran peso en la cinta, y es por ello que las actuaciones de Lily James y Ben Mendelsohn pasan demasiado desapercibidas. Aunque la crítica después de su estreno en Telluride y Toronto alabó el trabajo de Kristin Scott Thomas, a nosotros nos pareció un tanto exagerada y en un tono totalmente distinto al de Oldman.

Como bien lo mencionamos anteriormente, la cinta gira únicamente alrededor del personaje principal y es por ello que Darkest Hour no tiene la misma urgencia y adrenalina que su contraparte fílmica Dunkirk. Obviamente las dos cintas van por un tipo de cine y una audiencia totalmente distinta, pero a final de cuentas las dos tienen el mismo objetivo de conectar con la audiencia, y siento que a Wright le falla un poco su fijación por Churchill, dejando de lado el contexto bélico de la cinta y el desarrollo de sus personajes secundarios, lo cual pudo haberle dado mayor agilidad y tensión. El ritmo es muy monótono e incluso me atrevo a decir que la película termina por sentirse un tanto anticlimática.

Como pieza cinematográfica, Darkest Hour llega en un periodo importante para Inglaterra. El liderazgo y la facilidad de palabra de Winston Churchill refleja la falta de figuras políticas en la actualidad que sean capaces de unir a la nación, en lugar de dividirla y apartarla del resto de Europa. Caso reciente está lo de Brexit, que va en contra de la ideología de Churchill que es presentada en la cinta. Asimismo, podríamos extrapolar la historia a un nivel internacional, dejando en claro que los políticos de hoy en día se mueven por intereses personales y no tanto por el bienestar y futuro de las naciones que dirigen.

Darkest Hour seguramente se convertirá en uno de los contrincantes a vencer en la próxima entrega de los premios Oscar, y aunque cuenta con una extraordinaria actuación de Gary Oldman y una producción técnica impecable, lo cierto es que la historia tenía más tela de donde cortar y su ritmo termina por volverla un tanto tediosa. No obstante, tiene su mérito artístico e histórico que ayuda a poner la cinta de Christopher Nolan en un contexto más definido. Si me preguntaran, les diría que ésta es la versión aburrida de los hechos de Dunkirk que quizá interese al público que calificó el trabajo de Nolan de superfluo y falto de sustancia.

Calificación: **

Título original: Darkest Hour (Las Horas Más Oscuras)

Año: 2017

País: Inglaterra

Dirige: Joe Wright

Con: Gary Oldman, Lily James, Kristin Scott Thomas y Ben Mendelsohn

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