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Reseña – Tenemos la Carne (We Are the Flesh)

Tenemos la Carne (We Are the Flesh) fue uno de los títulos que más llamó la atención el año pasado a través de su recorrido por el circuito de festivales de cine, principalmente por la gran cantidad de reacciones negativas y walk-outs (gente abandonando la sala de cine) que generó durante sus proyecciones en reconocidos festivales como Cannes y Morelia. El debut cinematográfico de Emiliano Rocha Minter, quien viene bajo el brazo de realizadores mexicanos como Carlos Reygadas, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, nos ofrece en su ópera prima un festín que raya entre la provocación, el mal gusto, la pornografía y el cine de arte. Todo ello con un aire de presunción que termina por opacar la supuesta crítica social sobre la falta de moral en México.

La película arranca con un cierto tono apocalíptico en el cual nos presenta a vagabundo llamado Mariano (Noé Hernández) quien habita en un edificio abandonado y en el cual construye una cueva con cajas de cartón y mucha cinta adhesiva. En sus ratos libres, éste tiene todo un proceso para generar gasolina, la cuál intercambia por comida. A quién se la vende y qué es lo que sucede afuera de este edificio no lo sabemos. Un día, dos hermanos llegan a este lugar en busca de asilo y alimento, y Mariano los recibe con los brazos abiertos. Sin embargo, éstos no saben que su estadía está por convertirse en su peor pesadilla, ya que este hombre los empujará a explorar y satisfacer sus necesidades más bajas con tal de sobrevivir.

Tal pareciera que Rocha Minter puso la filmografía de Gaspar Noé en la licuadora, le agregó un toque de Holy Motors de Leos Carax y una pizca de Lars Von Trier, y al final nos dejó con una mezcla sin pies ni cabeza que busca ser perturbadora y causar shock a toda costa, pero que al final termina siendo traicionada por su propia pretensión. Aquí todo se siente forzado, sin lógica y con el mero propósito de que el espectador de estómago débil opte por abandonar el recinto cinematográfico. Las escenas de sexo son gratuitas y profanas, y los diálogos son una colección random de ideas que no tienen sentido o coherencia. Según esto, el director se inspiró en el cine de Cantinflas para la realización del guión. ¿Será que la película nos está cantinfleando? Si es así, y su único objetivo era el de presentar una historia sin sentido o sustancia, lamentablemente Tenemos la Sangre se toma muy en serio a ella misma que termina saliéndole el tiro por la culata.

A excepción de Noé Hernández, quien nos ofrece una actuación arriesgada y sumamente perturbadora, al resto del elenco le falta fuerza y compromiso, y se siente que no están en la misma sintonía con las locuras de su guionista y director. La película tiene varios momentos visuales que funcionan muy bien, así como un diseño de sonido bien realizado. Detrás de toda la sangre, eyaculaciones, orgías y demás, Tenemos la Sangre busca retratar la falta de moral y la decadencia de la sociedad mexicana de la manera más escandalosa posible con tal de llamar la atención. Desafortunadamente, su sed transgresora hace que el mensaje se pierda por completo al enfocarse únicamente en el morbo y en el shock como los recursos principales de ejecución.

Como experiencia cinematográfica, Tenemos la Carne ha sido una de las que más he sufrido, y no tanto por su contenido y su temática, sino por su nivel de arrogancia y pretensión al tratar ser un filme de arte para público de amplio criterio, intentando copiar el trabajo de otros realizadores, y buscando llevar al espectador a través de emociones fuertes de una manera totalmente forzada. Un filme manipulador y poco original que seguramente llamará la atención de curiosos por su clasificación D en México.

Tenemos la Carne (We Are the Flesh) se encuentra en cartelera en México, y a la venta y renta en formato físico en los Estados Unidos.

Calificación: *

Título original: Tenemos la Carne (We Are the Flesh)

Año: 2016

País: México

Dirige: Emiliano Rocha Minter

Con: Noé Hernández, María Evoli, Diego Gamaliel y Gabino Rodríguez

 

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