Basada en la obra teatral In Moonlight Black Boys Look Blue (Bajo la luz de la luna, los chicos de raza negra se ven azules) de Tarell Alvin McCraney, el director norteamericano Barry Jenkins transporta este relato sobre la búsqueda de identidad personal a la pantalla grande y lo hace de una manera magistral en Moonlight (Luz de Luna), su segundo largometraje. La película combina a la perfección el desarrollo de una historia emotiva junto a una producción impecable que resalta por traernos un estilo auténtico, cargado de momentos que guardan magia y poesía.
Moonlight es un detallado estudio de personaje que nos presenta tres etapas de la vida de un chico afroamericano que vive en Florida. La primera parte, titulada Little, gira en torno a su infancia. Criado por una madre soltera que sufre de un problema de adicción a las drogas, el protagonista de carácter reservado encuentra en Juan (Mahershala Ali), un vendedor de droga, la figura paterna que tanta falta le hace. Juan protege al pequeño del acoso de sus compañeros de escuela, quienes le hacen burla por ser diferente, y poco a poco, éste va convirtiéndose en su guía y mentor, enseñándole no solo a nadar a través de las tempestuosas aguas de la vida, sino también a siempre ser él mismo, sin importar el que dirán de los demás.
La segunda etapa se titula Chiron y en ésta vemos al adolescente luchar contra el problema de adicción de Paula, su madre, el cual se ha salido de control. Para colmo, sus problemas no acaban ahí, ya que en la escuela Chiron continúa siendo blanco del constante acoso y abuso físico por parte de sus compañeros de clase. La violencia escala ferozmente y lo único que logra mantener la cordura de nuestro protagonista es su amistad con Kevin, uno de sus mejores amigos de la infancia por quien empieza a desarrollar sentimientos más profundos que lo llevan a explorar su sexualidad. Finalmente, el tercer acto, Black, nos presenta al personaje en su vida adulta, un hombre que detrás de su fachada de rudeza esconde un alma destrozada que anhela encontrar la felicidad.
Y de eso precisamente trata Moonlight, del viaje de auto-descubrimiento de un alma solitaria, incomprendida y sin apoyo emocional. Una persona incapaz de establecer una conexión con los demás, pero que dentro de sí anhela ser feliz. Un personaje cuya falta de guía y ejemplos a seguir lo han llevado a convertirse en lo que la sociedad espera de él, negándose la oportunidad de ser auténtico, de ser él mismo, de seguir sus sueños y de no tener que rendirle cuentas a alguien. Ese es el mensaje principal de la película y va de la mano con el título de la obra de teatro en la cual está basada. En la cinta, el personaje de Juan relata como una anciana le dijo que todos los chicos de raza negra se ven de color azul bajo la luz de la luna, y por lo tanto le llamará blue (azul). Esta anécdota ejemplifica el mensaje al cual nos referimos: la sociedad siempre etiqueta a las personas, y por consecuencia, uno actúa o se comporta en base a lo que los demás esperan de nosotros. Juan le enseña a Chiron que las cosas no deben ser así, que cada quien tiene la libertad de seguir su propia voz, sus instintos y sus deseos con tal de convertirse en la persona que quieras ser. El viaje para encontrar la identidad personal.
Jenkins hace un extraordinario trabajo en Moonlight, plasmándole su estilo propio y dándole una voz llena de frescura, originalidad y honestidad. La cinematografía te roba el aliento en todo momento, la elección musical y el score van de la mano con la historia, y el guión está plagado de pequeños momentos que siempre guardan un tremendo punch emocional cuando menos te lo esperas. Las actuaciones del elenco son de primera y sobresalen las interpretaciones de Mahershala Ali y Naomie Harris, quienes con sus roles secundarios van dando forma al relato. Ali tiene un magnetismo impresionante en pantalla y su personaje tan humano, lleno de fallas pero con mucha sabiduría, es lo mejor de la película y sin duda, la mejor actuación secundaria de este 2016 a la fecha. El protagonista es interpretado por tres actores distintos en cada una de las etapas, y el detalle a resaltar aquí es que el director no permitió que estos actores interactuaran durante el rodaje, con el objetivo de que cada uno le diera su propia interpretación al personaje de Chiron. El resultado es impresionante.
Estamos ante el descubrimiento de un gran talento del cine independiente, quien ha creado en Moonlight un nuevo clásico norteamericano. Las escenas de la película son cautivadoras y se quedan contigo una vez después de abandonar el cine. He estado escuchando el score de la cinta estos últimos días, y cada vez que lo hago vienen a mi mente esas tonalidades de color azul, púrpura y amarillo que Barry Jenkins utiliza a través del largometraje. Moonlight es un filme que evita los clichés de las historias sobre la búsqueda de la identidad personal y sexual, y que nos ofrece un revolucionario relato muy conmovedor y lleno de esperanza. Va a estar muy, pero muy difícil que otra película de este año logre superar este fino y elegante trabajo.
Moonlight se encuentra en cartelera en los Estados Unidos.
Calificación: ****
Título original: Moonlight (Luz de Luna)
Año: 2016
País: Estados Unidos
Dirige: Barry Jenkins
Con: Trevante Rhodes, André Holland, Mahershala Ali, Naomie Harris y Janelle Monáe