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Reseña – Independence Day: Resurgence (Día de la Independencia: Contraataque)

Hace exactamente veinte años, en el verano de 1996, la cinta de acción y ciencia ficción Independence Day (también conocida como ID4) llegó a los cines para convertirse en la película más taquillera de ese año, recaudando más de 300 millones de dólares en los Estados Unidos y un total de 817 millones alrededor del mundo. El director de dicho blockbuster, Roland Emmerich, continuó con su fascinación por las cintas de destrucción masiva – esas donde nuestro planeta se enfrenta a una terrible calamidad, ya sea climática, extraterrestre o apocalíptica – en trabajos como 2012, Godzilla y The Day After Tomorrow. Resulta extraño que la secuela de una de las cintas más exitosas y queridas por el público de los años noventa haya tardado casi dos décadas en prepararse, pero después de la larga espera Independence Day: Resurgence (Día de la Independencia: Contraataque) finalmente llega a la pantalla grande con el objetivo de no solo revivir el factor nostalgia para todos aquellos que crecimos junto a la primera entrega, sino también de potencialmente re-lanzar una franquicia de ciencia ficción que ayude al estudio 20th Century Fox a competir en el reñido mercado cinematográfico internacional.

La acción en Independence Day: Resurgence toma lugar veinte años después del ahora llamado «ataque de 1996», en el cual la humanidad triunfó luego de vencer a los invasores extraterrestres. Dicha victoria generó un ambiente de paz y armonía entre todas las naciones del mundo, las cuales unieron sus fuerzas para reconstruir ciudades enteras y aprender de la avanzada tecnología de origen alienígena para desarrollar y mejorar los sistemas de transportación, defensa y protección. Sin embargo, la aparente calma se ve interrumpida en plena celebración del 4 de julio cuando una extraña nave hace su aparición en una base militar ubicada en la Luna y los máximos líderes internacionales optan por abrir fuego y acabar con la posible amenaza de una segunda invasión. Momentos después, una nave del tamaño del Océano Atlántico entra en la atmósfera de nuestro planeta, causando caos y destrucción al por mayor en su búsqueda por construir un hoyo gigantesco que le permita llegar al centro de la Tierra y acabar con todos los recursos de la misma.

Gran parte del elenco original regresa a la secuela, con la excepción del príncipe del rap, Will Smith, quien prefirió engalanar las pantallas de cine este verano con la cinta Suicide Squad, y nosotros creemos que fue una acertada decisión. Jeff Goldblum, quien sorpresivamente estuvo ausente el año pasado en Jurassic World – otro reboot de una saga clásica de los años noventa – retoma el papel del científico sabelotodo que busca descifrar los motivos detrás del segundo ataque y encontrar la manera rápida y correcta de evitar otra mega catástrofe. Junto a él también regresa su padre, interpretado por Judd Hirsh, y a la cinta se suma la presencia de Charlotte Gainsbourg quien tiene una participación breve y poco relevante como una investigadora y supuesto interés amoroso del personaje de Goldblum. El ex-presidente de la nación (Bill Pullman) también retorna, aunque esta vez en calidad de esquizofrénico debido a una serie de visiones y pesadillas que parecen tener conexión con la segunda venida de los seres extraterrestres.

Maika Monroe, Liam Hemsworth y Jessie T. Usher conforman el nuevo reparto juvenil. La primera da vida a la hija del ex-presidente, mientras que Jessie interpreta al hijo del personaje de Will Smith. Los dos, junto con el personaje de Liam, son parte de la fuerza aérea y a la vez se traen un triángulo amoroso que carece de fuerza e importancia en la historia. La cinta introduce a una serie de personajes secundarios que no tienen peso suficiente en el desarrollo de la misma, y cuyas subtramas solamente sirven para generar momentos cómicos que resultan sosos y que tienen un sabor anticuado de los noventas.

El guión de Independence Day: Resurgence es un desafortunado desastre que no tiene salvación. A diferencia de la primera cinta, aquí el desarrollo de personajes es nulo, y vaya que ID4 no era la maravilla narrativa pero al menos trataba de agregarle contexto a sus personajes para hacernos sentir empatía con ellos. La historia pasa a segundo plano para dar lugar a un increíble despliegue de efectos especiales que si bien son mucho mejor que los que vimos en 1996 (obviamente la tecnología no es la misma veinte años después), éstos no logran tener el mismo impacto que la destrucción de la Casa Blanca o del Empire State Building en la cinta original. Aquí la destrucción es masiva, de mayor calidad y mucho más elaborada, pero sin un trasfondo. Todo ocurre sin o con muy pocas explicaciones. La película sigue una fórmula gastada, aburrida y con un clímax demasiado débil que no provoca emoción alguna.

Independence Day: Resurgence no sólo era nuestra película más esperada de este verano, también lo era de este año, y vaya que nos hemos llevado una tremenda decepción. Fuera del vistoso despliegue visual, no hay absolutamente nada que logre redimir a esta cinta sin pulso, ni siquiera el factor nostalgia. Emmerich ha revivido una de sus película más populares haciéndola pedazos al reciclar su fórmula ya probada, pero anticuada. Parte de mi piensa que si esta secuela se hubiera estrenado a finales de los 90s, su impacto pudiera haber sido mayor. Sin embargo, dos décadas después, con un sin fin de cintas de destrucción, y con un público que está expuesto a historias más inteligentes, no solo en cine sino también en televisión y otras plataformas digitales, Independence Day: Resurgence termina por ser un producto genérico y meramente desechable.

Independence Day: Resurgence se encuentra actualmente en cartelera en los Estados Unidos y México

Calificación: * 1/2

Título original: Independence Day: Resurgence (Día de la Independencia: Contraataque)

Año: 2016

País: Estados Unidos

Dirige: Roland Emmerich

Con: Liam Hemsworth, Jeff Goldblum, Bill Pullman, Maika Monroe, Jessie T. Usher y Charlotte Gainsbourg

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