El tiempo se convierte en el principal enemigo de un batallón del ejército inglés que ha sido atrincherado por las tropas alemanas. La vida de miles de soldados depende de la peligrosa misión de dos jóvenes reclutas, quienes deberán atravesar la tierra de nadie para entregar un mensaje urgente que evite una terrible masacre. El director Sam Mendes (Skyfall, Spectre) confecciona una intensa carrera contra reloj que pareciera desarrollarse en tiempo real, esto gracias al excepcional trabajo de fotografía y de edición que dan la impresión de que el filme estuviese filmado en una sola y larga toma continua.
El título 1917 hace referencia al año en el que la historia transcurre. Para ese entonces, gran parte del territorio europeo yacía en ruinas luego de casi tres años de combate en un conflicto bélico que posteriormente conoceríamos como la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial. Tras la repentina retirada del ejército alemán de sus trincheras, el comando inglés inmediatamente planea un golpe estratégico para derrocar a su enemigo. Uno que, por cierto, jamás observamos en pantalla. Sin embargo, una serie de fotografías tomadas desde el aire confirman que los alemanes han tendido una trampa que podría acabar con la totalidad de las tropas inglesas desplegadas en territorio francés. Es entonces cuando el General Erinmore (Colin Firth), desesperado por detener la matanza, encomienda al cabo Blake (Dean-Charles Chapman) y a su compañero Schofield (George MacKay) la entrega de un aviso urgente dirigido al Coronel MacKenzie (Benedict Cumberbatch), responsable de ordenar el avance del escuadrón a primera hora del día siguiente.
Blake fue elegido no sólo por ser un experto en leer mapas y conocer a la perfección el camino a recorrer, sino también porque su hermano, el teniente Joseph Blake, forma parte del primer batallón que enfrentará a las tropas enemigas. Es por ello que para el chico, la misión va más allá de simplemente cumplir con las órdenes de sus superiores. La vida de su hermano está en riesgo, y el bienestar de éste depende únicamente de realizar eficientemente su encargo. No obstante, su viaje se convertirá en una agotadora y desafiante lucha contra reloj, llena de obstáculos y contratiempos, que también mostrara a los jóvenes los horrores de una guerra que dejó un saldo de casi 10 millones de pérdidas humanas.
A veinte años de haberse llevado el Oscar a Mejor Director por su ópera prima American Beauty, Sam Mendes pareciera estar destinado a repetir dicha hazaña este año. Y es que lo que éste consigue realizar en 1917 es algo de proporciones épicas que jamás habíamos visto en el género de cintas bélicas. Mendes crea una experiencia que pone al espectador en pleno campo de batalla junto a sus personajes, como si se tratara de un videojuego en primera persona. Observamos los desoladores paisajes a través de los ojos de Blake y Schofield, y experimentamos en conjunto el ensordecedor ruido de las bombas y la furia de los disparos. A ello hay que sumarle el majestuoso trabajo de fotografía de Roger Deakins, el cual, al ser acompañado por las hechizantes composiciones musicales a cargo de Thomas Newman, se convierte en poesía pura. Deakins nos ofrece algunos de los momentos cinematográficos más hermosos y emblemáticos del 2019. Por ejemplo, la escena de la caída del avión, o cuando uno de los soldados flota sobre un río cubierto de flores de cerezo.
Pese a que 1917 logra mantenernos con el corazón latiendo a mil por hora, desafortunadamente la película no llega a tocar las fibras más profundas de dicho órgano. Definitivamente su estructura narrativa, la cual solamente permite mostrarnos la historia en orden secuencial, termina limitando su habilidad por involucrarnos tanto en los conflictos emocionales y personales de sus personajes, como en sus motivaciones. Vivimos el horror de la guerra junto a los protagonistas, pero nunca llegamos a conocerlos a fondo o a entablar un lazo íntimo con ellos. Por lo tanto, cuando el punch dramático llega durante el tercer acto de la cinta, éste carece de toda fuerza sentimental.
Aunque, en mi opinión, me parece que Dunkirk de Christopher Nolan es el mejor filme de guerra de la década, 1917 sorprende por su exuberancia visual y por sus impresionantes cualidades técnicas: diseño de producción, sonido, vestuario, maquillaje y efectos especiales. Una épica cinematográfica que demuestra el nivel de perfección de Sam Mendes, sobretodo al montar una historia que, al desenvolverse a través de varias tomas extendidas, requiere de gran precisión y un minucioso trabajo de coordinación. Lástima que la historia sea tan carente de sentimentalismo, y que lo único que consiga sea tenernos con el alma en un hilo, mas no con el corazón devastado.
Calificación: ***
Título original: 1917
Año: 2019
País: Inglaterra, Estados Unidos
Dirige: Sam Mendes
Con: Dean-Charles Chapman, George MacKay, Colin Firth, Mark Strong, Benedict Cumberbatch y Richard Madden