Continuando con su fascinación por explorar el concepto del héroe nacional y su significado en la sociedad moderna, Clint Eastwood lleva a la pantalla grande la increíble historia verídica de Richard Jewell, un guardia de seguridad señalado por el FBI como el principal sospechoso de un acto terrorista perpetrado en el Centennial Olympic Park de la ciudad de Atlanta durante la edición de los Juegos Olímpicos de 1996. Eastwood utiliza este puntual relato para lanzar una dura crítica en contra de dos de las más poderosas instituciones en Norteamérica: las agencias federales de justicia y los medios tradicionales de comunicación. A sus 89 años, el veterano director no titubea en mostrarnos cómo la ambición del poder es capaz de transformar a cualquiera en un monstruo despiadado.
Richard Jewell (El Caso de Richard Jewell) nos remonta hasta el año 1986 cuando el protagonista se encargaba de suministrar artículos de oficina en un despacho de abogados. «Yo creo en proteger a la gente» confiesa Jewell a Watson Bryant (Sam Rockwell), uno de los defensores de la firma, tras revelarle sus sueños de convertirse en policía. Sin embargo, diez años más tarde, dicho sueño jamás se hizo realidad. Aprovechando la euforia por los Juegos Olímpicos con sede en Atlanta, Georgia, Richard obtiene empleo temporal como guardia de seguridad del Centennial Olympic Park, una de las locaciones principales del magno evento deportivo.
Durante uno de sus rondines de rutina, Richard identifica una mochila de apariencia sospechosa. Al hacer un llamado a sus superiores, éstos descubren que el bolso contiene varios artefactos explosivos, por lo que de inmediato comienzan a desalojar a la gente en medio del caos y la confusión. Desafortunadamente, las maniobras de evacuación tardan demasiado y las bombas estallan, provocando la muerte de una persona y dejando a más de un centenar de asistentes con heridas de gravedad.
De la noche a la mañana, Jewell se convierte en toda una celebridad a nivel nacional. La historia del hombre común y corriente cuyas acciones lo convierten en un héroe instantáneo. Sin embargo, para el FBI, el protagonista encaja perfectamente en el perfil terrorista del «lobo solitario»: un hombre blanco, soltero, y sin muchas amistades, que aún vive con su madre. Kathy Scruggs (Olivia Wilde), reportera del Atlanta Journal, es la primera en revelar dichas sospechas, desatando un circo mediático que irrumpe la privacidad de Richard y Bobi, interpretada por Kathy Bates.
No cabe duda que Richard Jewell es la mejor película de Clint Eastwood desde Sully en el 2016, otra historia que también cuestionaba la hazaña heroica de su personaje principal. El mesurado y aséptico estilo de Eastwood está presente a lo largo de la cinta, al igual que su visión conservadora, la cual observamos no sólo a través de las imágenes que muestran la bandera confederada, sino también en algunos diálogos que hacen eco a los lamentos de un sector de la sociedad norteamericana que lleva años sintiéndose abandonado por el sistema que se supone debía protegerlos.
Sin embargo, son las actuaciones de su elenco las que elevan este material basado en hechos reales. Paul Walter Hauser, a quien habíamos visto previamente en breves roles cómicos en cintas como I, Tonya y BlacKkKlansman es toda una revelación protagónica. Hauser comanda el filme con una entrañable y conmovedora interpretación que captura la nobleza y la fortaleza de su personaje. Kathy Bates es espectacular como la alfigida madre de Richard, en una actuación que podría darle su cuarta nominación al premio Oscar. Mientras que Sam Rockwell sorprende al salirse del molde de personajes al que nos había acostumbrado últimamente. Su rol como el defensor legal de Jewell es sólido, y brinda justo ese toque necesario de humor a la historia.
Quien de plano está en otra sintonía es la actriz Olivia Wilde como la periodista Kathy Scruggs del Atlanta Journal. La actuación de Wilde no es mala, pero su personaje tan extravagante y problemático no encaja con el resto de la película. Entiendo que Eastwood y el guionista Billy Ray hayan querido retratar la ambición de los medios de comunicación a través de la personalidad y las acciones tan desenfrenadas de Kathy, pero de ahí a presumir que ésta intercambiaba información confidencial del FBI por favores de índole sexual (cosa que ha sido desmentida por los ex-colegas de la reportera), la cinta termina cruzando una delgada, pero peligrosa línea de libertad narrativa.
En una época en la que la veracidad de las noticias es cuestionada con frecuencia, los medios de comunicación prefieren ganancias sobre calidad de contenido, y la credibilidad del sistema judicial de los Estados Unidos ha sido puesta en tela de juicio, la temática principal y el mensaje de Richard Jewell resulta pertinente. Si continuamos viviendo en un mundo donde los héroes son tachados de traidores entonces, como expresa el protagonista en la cinta, estamos fomentando una sociedad en la que ya no habrá más Richard Jewells. Una comunidad arraigada en la indiferencia y el miedo a actuar con la verdad.
Calificación: ***
Título original: Richard Jewell (El Caso de Richard Jewell)
Año: 2019
País: Estados Unidos
Dirige: Clint Eastwood
Con: Paul Walter Hauser, Sam Rockwell, Kathy Bates, Olivia Wilde y Jon Hamm