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Reseña: Ghostlight

Ficha técnica de la película: Título original: Ghostlight. Año: 2024. País: Estados Unidos. Duración: 115 minutos. Dirección: Kelly O’Sullivan y Alex Thompson. Guion: Kelly O’Sullivan. Reparto: Keith Kupferer, Dolly De Leon, Tara Mallen, Katherine Mallen Kupferer, Hanna Dworkin, Tommy Rivera-Vega y Alma Washington. Distribución: IFC Films.

En el mundo del teatro, se le conoce como ghost light (luz fantasma) a la única bombilla del escenario que permanece encendida durante el transcurso de la función. Una tradición que, según algunos, nació de la superstición de actores y directores, quienes temían que la oscuridad del recinto fuera a atraer a los espíritus que ahí habitaban. Otros más afirman que el foco simplemente ha existido para cumplir un solo objetivo práctico: evitar que los artistas caigan accidentalmente del plató. Para Kelly O’Sullivan y Alex Thompson, el par creativo detrás de Ghostlight, este curioso recurso teatral guarda otro significado más. El arte visto como una luz capaz de iluminar nuestras vidas, de ayudarnos a salir de las sombras que nublan nuestra mente y nuestro corazón, y de brindarnos el confort que tanto anhela nuestra alma a través del cálido abrazo de su experiencia comunal. Un espacio seguro donde las emociones son bienvenidas y las tragedias nos permiten enfrentar los miedos y las culpas que hemos reprimido.

Dan (Keith Kupferer) es un hombre estoico que trabaja para una compañía de construcción en el estado de Illinois. Su proyecto más reciente se localiza justo enfrente de un teatro antiguo donde un pequeño grupo de actores y aficionados están montando una nueva versión del clásico de William Shakespeare, Romeo y Julieta. El ruido de la maquinaria pesada ha irrumpido su tranquilidad, por lo que Rita (Dolly De Leon) ha decidido ir en representación de sus compañeros para solicitar a los obreros que moderen el nivel del bullicio que retumba tan estruendosamente al interior del dilapidado inmueble. El encuentro entre el protagonista y la ex-estrella de Broadway no es del todo cordial, ya que ambos son incapaces de llegar a un acuerdo. Tras atestiguar un altercado entre el trabajador y un transeúnte, el cual escala rápidamente de lo verbal a lo físico, la veterana actriz interviene, invitándolo a unirse a una de los ensayos del colectivo artístico. «Es tu oportunidad de ser alguien más», le dice Rita, quien conoce a la perfección el poder del teatro para sanar las heridas y liberar todas esas emociones que uno carga en su interior.

Aunque al principio la convocatoria le resulta inusual, la curiosidad empuja a Dan a asistir en secreto a las reuniones de la compañía de teatro comunitario, descubriendo que el arte escénico es la terapia que necesitaba para soltar toda esa ira y angustia que había ido acumulando a través de los años. Chapado a la antigua, el protagonista creció creyendo que su rol como hombre y jefe de familia le exigía mostrarse siempre al mundo como un individuo fuerte e impasible. Cualquier expresión sentimental era vista como una señal de debilidad, de cobardía y poca hombría. Dicha incapacidad para lidiar con las emociones irresueltas a raíz de una tragedia familiar lo ha convertido en el villano de su propia historia, distanciándolo de su esposa Sharon (Tara Mallen) y su hija adolescente Daisy (Katherine Mallen Kupferer). Sin embargo, entre los rítmicos textos de Shakespeare y el espíritu de camaradería de la agrupación teatral, éste encontrará la salvación que tanto había buscado. Esa luz brillante que encenderá nuevamente la esperanza y su pasión por vivir, las cuales habían permanecido ocultas bajo la penumbra de sus traumas.

En Ghostlight, O’Sullivan y Thompson logran crear algo realmente mágico. El nivel de intimidad necesario para que la película funcione requiere de un esfuerzo descomunal, no solo del duo de realizadores sino también de su reparto. Afortunadamente, el trabajo de Keith Kupferer, Tara Mallen y Katherine Mallen Kupferer), los tres actores de profesión y miembros del mismo núcleo familiar en la vida real, añade un toque de autenticidad que, por momentos, nos hace creer que estamos presenciando una obra documental. Como protagonista, Keith es estupendo, y el proceso de liberación a través del cual nos lleva de la mano es absolutamente conmovedor. Mientras que Katherine, quien quizá tiene la tarea más difícil al interpreta al personaje con mayor complejidad emocional de todos, consigue darnos una nota perfecta con tremenda natural, permitiéndonos contemplar el nacimiento de una nueva estrella. El elenco se complementa magistralmente por Dolly De Leon, quien nos conquistó hace un par de años en la cinta ganadora de la Palma de Oro Triangle of Sadness, y que aquí vuelve a cautivarnos con una actuación que irradia empatía y compasión.

Si bien el paralelismo entre la obra Romeo y Julieta y los problemas familiares de Dan resultan ingeniosos al inicio del filme, dicho recurso comienza a gastarse y sentirse un tanto reiterativo rumbo a su tercer acto. Pese a ello, Ghostlight encuentra el camino de vuelta a la luz, donde nos recibe con un golpe emocional tan duro, capaz de exprimir hasta la última lágrima de nuestros ojos. Un filme sobre el poder redentor y transformador del arte, pero, sobre todo, de esos vínculos interpersonales y esas experiencias comunales que nos brindan la oportunidad de expresarnos libremente, sin prejuicios, y de hallar el apoyo incondicional para sobrellevar el peso de la carga sentimental que nos corresponde llevar a diario.

Ghostlight estrena en cines selectos de Estados Unidos a partir del 21 de junio del 2024.

(3.5 estrellas de 4)

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