Luego del masivo espectáculo cinematográfico que fue Avengers: Infinity War y del arrollador éxito en taquilla a nivel internacional de Black Panther, la llegada de Ant-Man and the Wasp a cartelera resulta diminuta en cuestión de tamaño. La primera entrega del llamado Hombre Hormiga se estrenó en cines hace tres años, y aunque la cinta tuvo un desempeño decoroso en taquilla (180 millones de dólares en los Estados Unidos, y más de 519 millones en recaudación global), el vehículo protagónico del comediante Paul Rudd jamás tuvo el mismo impacto que otras aventuras de Marvel con personajes poco conocidos por la audiencia (por ejemplo, Guardians of the Galaxy). Aunque entretenida, la primera misión en solitario de Ant-Man terminó siendo poco memorable, y lo mismo podríamos decir de esta divertida, pero predecible, secuela.
Para ubicarnos en la cronología del Universo Cinematográfico de Marvel, Ant-Man and the Wasp toma lugar entre los hechos de Captain America: Civil War y la recién estrenada Avengers: Infinity War. Luego de haber prestado su ayuda al Capitán América, Scott Lang (Rudd) debe enfrentar las consecuencias de sus actos: un arresto domiciliario de dos años. Esto explica, en parte, el porqué este héroe-insecto brilló por su ausencia en el mega-enfrentamiento contra el malvado Thanos. A tan solo un par de días de cumplir con su sentencia, Scott tiene un extraño sueño slash visión en la que aparece la esposa del Dr. Hank Pyme, interpretada por Michelle Pfeiffer, a quien creían muerta luego de haberse quedado atrapada en el Reino Cuántico varias décadas atrás. Una llamada al Dr. Hank (Michael Douglas) de inmediato pondrá en acción un detallado plan que les permita abrir un túnel para ingresar al Reino Cuántico y rescatar a Janet.
Obviamente, los personajes deberán enfrentarse a un par de villanos que buscan detener sus planes: Ava, una chica que necesita de energía cuántica para sobrevivir, y Sonny, un mafioso que quiere vender la tecnología del Dr. Hank al mejor postor. Tal y como el título de la cinta lo indica, la única forma de vencer a estos personajes será gracias a la colaboración entre Ant-Man y The Wasp, el alter-ego heróico de Hope (Evangeline Lilly), la hija de Hank y el interés romántico del protagonista. Enfundada en un traje que le permite volar como si fuera una avispa, la participación de The Wasp será clave para poder ejecutar esta peligrosa misión.
A pesar del gran carísma que transmite Paul Rudd como Ant-Man, del gran humor que Michael Peña imprime como Luis, y de las entretenidas secuencias de acción, desgraciadamente Ant-Man and the Wasp se siente como una aventura poco trascendental dentro del universo de Marvel. El hecho de haberse estrenado dos meses después de Avengers: Infinty War tampoco ayuda a su causa, ya que no sólo la película aún está fresca en la memoria de los espectadores, sino que también elevó las apuestas con ese gigantesco e inesperado final. El drama familiar y las sub-tramas que parecieran rendirle culto al cine de superhéroes de los años 50 y 60s no consiguen tener el mismo peso, y pese a hacernos pasar un buen rato dentro de una sala climatizada, lo cierto es que la historia es demasiado predecible y olvidable.
Lo único emocionante de Ant-Man and the Wasp sucede precisamente en la escena extra dentro de los créditos finales, lo cuál dice mucho sobre el bajo perfil de esta saga de Marvel. Ant-Man and the Wasp es una secuela que se la juega a la segura, que prefiere no tomar ninguna clase de riesgos, y que no aporta mucho al conflicto (aún sin resolver) que concluirá el próximo verano en la cuarta entrega de los Avengers aún sin título oficial. Esperemos que la siguiente entrada del MCU, Captain Marvel con Brie Larson, se atreva a tomar más riesgos y ofrezca algo distinto al ya sobre-saturado mercado del cine de super-héroes.
Calificación: ** 1/2
Título original: Ant-Man and the Wasp
Año: 2018
País: Estados Unidos
Dirige: Peyton Reed
Con: Paul Rudd, Evangeline Lilly, Michael Peña, Michael Douglas, Michelle Pfeiffer y Laurence Fishburne