La primera secuencia de Angels Wear White, el segundo largometraje de la escritora y directora Vivian Qu, nos muestra una imponente estatua de Marilyn Monroe situada en una playa de China de la cuál desconocemos su precisa ubicación. Aunque al principio pareciera que la figura de la actriz y cantante norteamericana representa el empoderamiento femenino en dicha nación asiática, lo cierto es que conforme avanza la cinta nos vamos dando cuenta que este monumento es más que nada un reflejo de cómo la sociedad del país trata a sus mujeres como si éstas fueran objetos sexuales.
Wen es una adolescente de doce años quien, junto a una de sus compañeras de escuela, es víctima del abuso sexual por parte de su padrino, un respetado teniente que trabaja para el gobierno. Luego de realizar una denuncia formal ante las autoridades, toda la evidencia necesaria para inculpar al responsable del delito desaparece de manera sospechosa. Mientras Wren lucha por superar dicho evento traumático, sus padres – una pareja divorciada que se la vive peleando constantemente – no le brindan el apoyo emocional que ésta requiere para sobreponerse de semejante experiencia.
La chica encuentra el consuelo en su abogada, una mujer dispuesta a que el responsable pague por los daños físicos y psicológicos causados a la menor de edad. Es entonces cuando ésta comienza a interrogar a Mia, la reservada camarera del motel donde ocurrieron los hechos. Aunque Mia tiene suficiente evidencia en su teléfono celular para ayudar a que el culpable vaya a la cárcel, la jovencita prefiere apartarse de los reflectores ya que se encuentra trabajando de manera ilegal, y lo último que desea es ser enviada de regreso al humilde pueblo del cual escapó en busca de un mejor futuro.
Angels Wear White presenta un desgarrador e incómodo relato sobre las distintas problemáticas diarias a las cuales se enfrentan las mujeres que habitan en China. Desde la obsesión de la población masculina por la belleza y virginidad de las mujeres, hasta el mismo sistema social y judicial que se ha encargado de abandonarlas, coartando su libertad y su voz. La cinta lanza duras críticas hacia las autoridades y el gobierno del país, quienes actúan en conjunto de forma ilícita e impune para proteger los intereses de sus instituciones en lugar de servir a sus ciudadanos con justicia y honradez.
Cargada de grandes momentos que sobresalen gracias al fabuloso trabajo de su reparto, Angels Wear White no está exenta de caer en varias situaciones donde el melodrama se vuelve excesivo. Esto termina convirtiéndose en uno de sus puntos en contra, especialmente cuando la música incidental pareciera estar fuera de sintonía con el tono de la historia. Un ejemplo es la extraordinaria secuencia final, que a pesar de contar con un sólido desarrollo dramático, termina siendo arruinada por una melodía que pareciera acompañamiento de un thriller.
Pese a ello, lo importante de Angels Wear White es su mensaje, y es uno que resuena con mayor fuerza en plena era posterior al movimiento internacional del #MeToo. Una cinta con una visión y un toque feminista que demuestra que para lograr un cambio en la sociedad es necesario la práctica de empatía, respeto, y unión entre mujeres.
Angels Wear White se estará proyectando como parte de la programación del Seattle International Film Festival 2018. Para más información, visiten el sitio oficial del festival.
Calificación: ***
Título original: Jia nian hua (Angels Wear White)
Año: 2017
País: China
Dirige: Vivian Qu
Con: Vicky Chen, Meijun Zhou, Ke Shi, Le Geng y Weiwei Liu