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Reseña – A Ghost Story (Historia de Fantasmas)

Nuestro viaje en este mundo es pasajero y a veces el tiempo suele ser nuestro peor enemigo. Vivimos recordando y aferrándonos a nuestras memorias, olvidándonos de disfrutar a plenitud el presente para luego entender que el tiempo no perdona. Al final, a todos se nos agotará el tiempo, a unos antes que otros, y lo que sucede después de la muerte continúa siendo un total misterio. Hay quienes creen en el más allá, en la vida eterna, en la re-encarnación en otros seres vivos. A Ghost Story (Historia de Fantasmas), el más reciente trabajo cinematográfico del director y escritor David Lowery, es exactamente eso: una sutil y poética reflexión sobre la vida y la muerte, sobre el ciclo del tiempo, y principalmente, sobre el deseo humano por trascender y dejar una huella indeleble a través de nuestro breve peregrinaje.

Antes de dirigir el blockbuster infantil de los estudios Disney Pete’s Dragon, David Lowery había trabajado junto a Casey Affleck y Rooney Mara en el filme de bajo presupuesto Ain’t Them Bodies Saints, el cuál puso al realizador en el mapa del mundo del cine independiente. Con A Ghost Story, Lowery vuelve a sus raíces al presentarnos una historia filmada en formato 1.33:1 que pareciera como si estuvieramos disfrutando una secuencia de Polaroids en pantalla. Arropada con un tono lúgubre, la cinta nos introduce a una pareja que habita en una vieja casa. Sus identidades jamás son reveladas, y los créditos finales solamente identifican a los protagonistas como C (Affleck) y M (Mara). A Ghost Story retrata la intimidad de la pareja momentos antes de que el hombre pierda la vida en un accidente automovilístico. Después de la tragedia, C regresa al mundo como un fantasma que deambula por los rincones de la casa, recapacitando sobre su vida, e intentando descifrar el significado de la muerte.

Es así como este fantasma, el cual viste solamente una sábana blanca, observa detenidamente la rutina de su ex-pareja. Hay una escena memorable al principio del filme en el que vemos al personaje de Rooney Mara devorar un pay de chocolate sentada en el piso de la cocina. Es una larga toma de aproximadamente cinco minutos, en los que vemos la fragilidad del personaje y entendemos su manera de asimilar el dolor por la pérdida de un ser querido. Es una secuencia que podrá resultar incómoda e incluso aburrida para algunos espectadores, pero para otros este momento tan íntimo y quizá tan irrelevante en la vida del personaje, es lo que hace de esta cinta una experiencia única, mágica y completamente humana.

De pronto, al igual que el fantasma, vamos perdiendo la noción del tiempo. No sabemos si han pasado días, meses o años, pero conforme avanza la cinta vamos conociendo a nuevos inquilinos que habitan la casa. Y junto a ellos, el protagonista pareciera ir perdiendo la memoria. Lo único que mantiene vivo su espíritu es encontrar un pequeño mensaje que M escondió en una de las paredes de la casa antes de mudarse: tal vez un mensaje de amor, unas palabras de aliento, una forma de conectar con el más allá.

Una de las escenas más interesantes de toda la película es cuando nos lleva a una fiesta en la cual los invitados discuten sobre el deseo de los humanos por trascender y dejar un legado después de su muerte. Todos queremos ser recordados, ya sea por nuestros seres queridos, hijos, nietos y demás descendientes. Queremos que nuestros logros profesionales sean reconocidos. Los artistas quieren que sus obras perduren el paso del tiempo, los científicos quieren que sus inventos e investigaciones sean estudiadas en el futuro. De cierta forma, uno piensa que si nuestro legado continúa de generación en generación es la manera de seguir vivo en este mundo. Ésta es una temática compleja, que se presta a la discusión y reflexión, y que a la vez describe el anhelo del mismo Lowery, quien como realizador cinematográfico, busca crear algo que trascienda el paso del tiempo.

Con un estilo que evoca el trabajo de Terrence Malick (The Tree of Life, Knight of Cups) tanto a nivel narrativo como visual, A Ghost Story sobresale no solo por su temática, sino también por sus actuaciones, su grandiosa cinematografía y especialmente su musicalización. Tanto el score como la canción I Get Overwhelmed de Dark Rooms tienen ese toque fúnebre y de misticismo que van de la mano con el sentimiento que la película logra plasmar en cada una de sus bellas escenas, desde el observar al fantasma caminar por unos pastizales, hasta sentir la soledad al verlo encerrado entre las paredes de las habitaciones.

A Ghost Story es una experienca cinematográfica única y completa: es una expresión de arte y es una manera de provocar en uno esa conexión con el mundo, con el presente y con el entendimiento de la historia y del pasado. Es una película que nos reta a preguntarnos si estamos viviendo plenamente cada día, o si estamos preocupados por dejar una huella en el mundo que probablemente se borrará con el paso del tiempo. Al final uno solo se lleva las memorias, y uno espera que la mayoría de éstas sean momentos de regocijo y felicidad.

Calificación: ****

Título original: A Ghost Story (Historia de Fantasmas)

Año: 2017

País: Estados Unidos

Dirige: David Lowery

Con: Casey Affleck y Rooney Mara

2 comentarios

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